— ¡EMMA! — El grito de John me hizo pegar un brinco.— Que suse———— Marco tiene a Noha, lo va a matar. — Y en ese segundo mis piernas se doblaron, caí al piso de la misma forma que la comprensión cayó sobre mí, Demetri dijo que pagaron una deuda y la negativa de Prieto en decir lo que le sucedió— Noha los golpeó. — Dije con un hijo de voz, mientras mis ojos se llenaban de lágrimas.— Marco lo va a matar. — Era mi culpa, él iba a morir por mi culpa.— Vamos Emma, ahora no puedes desmayarte, tenemos que ayudar a Noha. — Y esas palabras me dieron la fuerza para levantarme.— Donde, ¿dónde lo tienen?— Bianca me envió la dirección estaba llegando a casa cuando vio que la gente de su padre se lo llevab
EMMA:Noha entra y sale de mi a una velocidad y un ritmo único, y mi cuerpo ya no lo soporta, mis piernas comienzan a temblar al mismo tiempo que el acelera el movimiento y la fricción, hasta que alcanzamos ese punto donde el cuerpo cae rendido, y nuestros fluidos cálidos se mezclan, libera mi boca y apoya su frente en la mía, ambos respiramos agitados, más que de costumbre, entonces luego que recuperamos el aliento, me mira, con una dulzura incomparable, deposita un beso en mi frente, en mis mejillas y por último en mis labios, mientras entra en la bandera aun cargándome, aún con su miembro viril dentro mío. El agua está muy caliente por la fricción y las embestidas de recién me arde un poco el contacto con ella. Él lo nota.— ¿Te encuentras bien? — Pregunta con una voz tan suave y tierna que no parece ser el mismo de recién. — Sí, estoy bien. — Disculpa, creo que fui más brusco de lo que planeaba, es que...— ¿Que?— Tú, haces que pierda el control. Me encanta cuando te mueves
EMMA: Mi corazón nunca latido tan rápido y mi respiración se agitaban de solo pensar lo que haría. — Noha… — Bien nena, prepárate, esto será rápido pero delicioso. Siento un tirón y veo volar mi braga y cuando estaba a punto de quejarme el me penetró, deliciosamente rápido y profundo, nunca lo había sentido tan adentro y era realmente maravilloso, ese ir y venir me hacía gritar, gritar como nunca lo había hecho, le rogaba más aun sabiendo que yo no podría resistirlo, cada embestida provocaba que mis pechos rozaran con las sábanas mientras Noha ejercía la presión justa en mi espalda y un agarre seguro con la otra mano en mi cadera, de pronto todo en mi comenzó a temblar y las embestidas se volvieron más rápidas hasta que me deje ir mientras gemía y él por primera vez gritó mi nombre. Y eso se sintió maravilloso, él siempre decía mi nombre o me llamaba amor cuando lo hacíamos, pero hoy, hoy lo gritó. — ¡DIOS, EMMA! Se recostó un segundo sobre mi espalda y pude sentir el sudor
Tommy:— En verdad Noha, Emma está bien, en unos minutos estaremos aquí.— Mejor encárgate del restaurante y yo voy a cuidar de ella.— Vamos amigo, déjame encargarme de esto, sabes... desde que ustedes están juntos casi no pasó tiempo con ella.— Es mi novia Tommy.— Y para mi es mi hermana, obvio que los quiero a los tres, pero Emma no se fue del orfanato como ustedes, ella siempre estuvo para ayudarme a soportar la sobreprotección de mi madre y...— ¿Y?— Esos pequeños, que te consideran su padre, yo los vi crecer en la barriga de su madre, yo toqué cada una de sus patadas, los esperé más de 5 horas en la sala de espera hasta que por fin vi sus rostros y supe que estaban bien, ellos son mis sobrinos, y para mi Emma es mi hermana, sé que ustedes terminarán casándose y querrán vivir solos como una verdadera familia y entonces... perderé a mi hermana.— Rayos Tommy, ¿qué te pasa? Siempre seremos los cuatro mosqueteros, no sabía que te sentías desplazado, sé que soy una persona irresis
DEMETRI:¿Qué le sucede? Se ve terrible.— Ya le entregué las muestras de los niños.— ¿Cómo te fue con eso?— Bien Prieto, eso salió bien, los preparé hace unos días, les dije que es para la ficha escolar, que necesitaba saber cómo estaban de salud. — Mi hermano no ha perdido oportunidad de hablar con ella en cada ocasión que puede.— Qué te parece si vamos a almorzar. — Hoy Emma es mi invitada, ella y los niños.— Claro hermano, lo entiendo, debes querer compartir tiempo con tus sobrinos.— Por favor no me siento bien no discutan.— ¿Que te sucede Emma quieres ir al médico?— No, no es nada, además ya tengo cita con el médico, lo veré a la tarde, bien nos vemos Prieto. — Ella se despide de mi hermano con un beso en la mejilla, algo que me llena de envidia, ¿por qué? Porque ella siempre hace esa diferencia.— ¿Vamos por los niños?— Claro vamos.— Este lugar es muy hermoso.— ¿Te gusta Valentina? Ustedes se merecen lo mejor.— El picnic de ayer con Prieto estuvo bien, pero debo
EMMA:— Lo ves, ese es tu bebé.— Lo veo, pero no lo puedo creer. — Sigo con la imagen de la ecografía en mis manos, esto es imposible.— Doctor estas son mis píldoras además el periodo lo eh tenido puntualmente.— ¿El periodo es normar?— Bueno, no en realidad, es muy poco el sangrado y solo un día o dos cuanto mucho.— Eso puede deberse a muchas cosas, pero en especial al estrés, debes relajarte, tomarte unos días, ahora tienes 12 semanas, deberías descansar hasta la semana 15, solo por precaución. — El doctor hablaba mientras examinaba mis pastillas y de pronto, se llevó una a la boca, lo que me dejó en shock.— Estas no son anticonceptivas, son vitaminas.— ¿Que?— ¿Alguien jugó con pastillero? — Mi mente vi
NOHA:— John hermano, ¿sabes algo de Emma?— No, hoy vino a buscar a los niños y ya no volvieron, ¿qué sucede?— Nada, cuando llegues a casa te contaré.— Tiene algo que ver con los Constantini?— Sí, ¿tú qué sabes?— Marco me pidió que hiciera dos documentos de renuncia de derechos paternos, uno para Demetri y otra para Prieto.— Bien, eso es magnífico, aun así, dile a Marco que mañana me gustaría hablar con él.— Seguro hermano no te preocupes, sabes que puedes contar conmigo.— Gracias nos vemos.¿Por qué no atendí cuando llamo, donde puede estar?— Hola Noha.— ¿Débora? ¿Cómo entraste? Hoy no abriré, creí que coloqué el cartel en la entrada.<
EMMA:Sus manos comienzan a apretarme cada vez más y el calor en mi cuerpo comienza a expandirse, hasta que recuerdo las indicaciones del médico.— Noha, para... detente.— ¿Por qué? No quiero. Ya es muy tarde.Ambos hablamos entre jadeos y dios, No, no quiero que se detenga, pero por el bien de nuestro hijo deberé detener esto.— No, Noha, basta... el bebé.Fue algo automático e incluso un poco cómico, la forma en la que se alejó de mí.— ¿Que, que sucede? ¿Te duele algo? ¿Quieres ir al médico? Acaso hice...— ¡NOHA!, para, es que el médico me recomendó que... nada de sexo hasta la semana 15, solo por precaución.— Genial, pequeño bandido, todavía no has nacido y ya comienza la cuarentena.— ¿Peque&ntil