Capitulo 11.

Capítulo 11.

Pov Calen:

Cuando la vi hecha un ovillo en el suelo, lo primero que sentí fue molestia. No era rabia ni tan siquiera pena. Solo molestia, porque estaba donde no debía, porque me estaba complicando la vida al huir de mí y porque verla así removía algo dentro de mi que prefería mantener enterrado.

Estaba temblando, sucia, con la ropa rasgada y la fiebre haciéndole brillar la piel como si estuviera a punto de prenderse fuego. El olor a miedo que desprendía era tan fuerte que tuve que hacer un esfuerzo por no fruncir la nariz. Aun así, la levanté. Porque era lo que tenía que hacer, porque alguien tenía que hacerlo. Y ese alguien, aunque me jodiera admitirlo, era yo.

No dijo nada. Ni siquiera abrió los ojos. Solo se aferró un poco a mi camisa, como si su cuerpo reaccionara por instinto. No me gustó sentirla tan frágil, tan rota, tan apagada.

—Vamos —murmuré, con desdén. La subí al coche y la recosté como si fuera una muñeca, una de esas que estan rotas.

Alexander apareci
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