Dinora y Eduard están casados desde hace muchos años, eran novios desde de la infancia hasta que se casaron, han vivido muchos momentos felices y amargos en el recorrido de su matrimonio, tienen dos hijos adolescentes y son una familia muy unida, ellos son los Collins.
Una día Dinora y Eduard fueron invitados a una gran celebración, había buena música, una linda decoración y exquisitos platillos para degustar, era un ambiente perfecto.
Asistieron mucha gente importante de la alta sociedad, entre ellos abogados, inversionistas y empresarios, todos disfrutaban de la gran fiesta entre risas y bailes.
Dinora entró tomada del brazo de Eduard y apenas ingresaron fueron atendidos por amigos cercanos los cuales disfrutaban de la fiesta.
—Oh vaya Eduard, están relucientes esta noche _comentó su mejor amigo estrechando su mano para saludar.
—Tú tampoco te quedas atrás buen amigo, te ves sensacional_respondió Eduard con una gran sonrisa correspondiendo el saludo de su amigo.
Tuvieron una charla bastante agradable, luego Eduard invitó a Dinora a bailar la cual gustosa aceptó, eran el centro de atención de todo.
Eduard colocó su mano en la cintura de Dinora y ella su mano en en el hombro de él para bailar un Valls, varias parejas los acompañaron a la pista de baile.
—¿No he dije que te ves hermosa esta noche cariño? _preguntó Eduard con una sonrisa torcida muy pícaro mirando la hermosa figura de su esposa la cual usaba un vestido rojo con corte de sirena que tenía una a abertura hasta llegar a su muslo, tenía tacones altos y un maquillaje perfecto e impecable, un peinado que la hacía ver elegante pero no tan extravagante, solo muy bella.
—No me lo has dicho pero con tu mirada no son necesarias las palabras _respondió Dinora mirando de manera coqueta a su esposo que no dejaba de admirar su belleza.
—Eres hermosa, tan hermosa que opacas a todas las mujeres de esta fiesta _le dijo al oído mientras bailaban.
—Oh Eduard basta, eres un exagerado _contestó ella escondiendo su cabeza detrás del hombro de Eduard mientras seguían al ritmo de la música la cual era muy suave y romántica.
Ambos bailaron juntando sus cuerpos, Eduard podía sentir el dulce aroma de su esposa y Dinora los latidos del corazón de él, llevan años de casados pero el amor sigue intacto, sus mismas miradas, su misma pasión y deseo, un amor que rompe barreras y que perdurará hasta el final.
En ese momento lo terrible aconteció, de repente el salón donde bailaban fue impactado por una gran explosión, pero fue justamente en la pista donde ellos bailaron.
Se escuchaban gritos desesperados, muchas personas salieron heridas las cuales estaban cerca de la pista pero los más afectados fueron Dinora y Eduard.
Eduard estaba tirado en el suelo pero logró recobrar la consciencia como pudo, veía todo un poco borroso y un chillido en su oído, estaba lleno de sangre y en todo el lugar había humo y fuego, Eduard logró ver a su esposa donde estaba tirada en el suelo inconsciente con varias quemaduras en su cuerpo y sangre por sus brazos, el de inmediato se levantó y la tomó en sus brazos, alguien llegó de repente y lo ayudó pero el solo permitió que se llevara a Dinora ya que el lugar estaba a punto de colapsar y no quedaba tiempo, además las fuerzas de Eduard eran pocas, estaba casi para declinar.
El solo vio como aquella persona desapareció en el humo con su esposa en sus brazos, en ese momento comenzaron a caerse los escombros llenos de fuego hasta que el lugar por completo colapsó, el fuego consumía todo a su paso con gran intensidad, algunas personas murieron en ese incendio incluido Eduard que lamentablemente se sacrificó para salvar a su esposa.
Dinora fue trasladada de inmediato al hospital hasta que fuera demasiado tarde, tenía heridas graves por la exploración
Pasaron dos y ella logró despertar, sus ojos se encontraron con el techo pálido de un hospital, cortinas blancas y un olor a medicina, vio que tenía tubos por todo su cuerpo y una bata blanca con varias quemaduras que le ocasionó el incendio.
En ese momento ve que entran por la puerta sus dos hijos adolescentes, sus ojos estaban cristalizados y hinchados de tanto llorar, cuando ellos vieron que su madre despertó se abalanzaron sobre ella para darle un abrazo mientras lloraban amargamente.
Dinora les correspondió el abrazo y recordó todo lo que había pasado en la fiesta, solo recuerda cuando hubo una explosión y quedó inconsciente pero de ahí no sabe que pasó.
—Mamá..._decía la joven Alison entre llantos mientras se aferraba a su madre.
—Estoy aquí hija mía _consolaba Dinora, sentía un dolor en su pecho presintiendo lo peor, sus lágrimas salían solas sin saber el porqué pero cuando escuchó las palabras de su hijo menor su mundo se vino abajo.
—Mamá... papá se ha ido, está muerto mamá _dijo Aiden sollozando en los brazos de su mamá, en toda la sala se podían escuchar los llantos dolorosos de los jóvenes, Dinora sintió una gran daga que se incrustó en su pecho, sus ojos se cristalizaron y una gruesa lágrima amarga salió de ellos.
—¿Qu-que estás diciendo? _preguntó Dinora tratando de contener sus lágrimas pero era imposible.
—Murió en la explosión mamá, eso dijo Connor _respondió Aiden sollozando mientras miraba a su madre, ella tocó su mejilla y secó sus lágrimas aún cuando ella lloraba también.
En ese momento entra a la sala Connor, es el mejor amigo de Eduard, son como hermanos, crecieron juntos y son inseparables, pero ahora su amigo no está, se vio muy afectado por su muerte al igual que todos, es una gran tragedia.
—Connor por favor, dime qué pasó no entiendo, ¿cómo pasó todo esto? por favor dime qué Eduard está bien, el no puede estar muerto, eso no es cierto ¿verdad? responde Connor dime algo _decía Dinora con lágrimas en sus ojos mirando a Connor el cual tenía cara de tragedia, los ojos de él también se cristalizaron, pasó su mano por su cara hallando la manera de decirle la verdad a Dinora, ella estaría destrozada pero no hay nada que hacer.
—Dinora... Eduard el... murió en en el incendio que provocó la explosión, el murió tratando de salvarte, yo salí cuando ocurrió la gran explosión con las demás personas pero ustedes no habían salido así que me adentré a buscarlos, había mucho humo y las llamas ardían, casi no podía ver nada hasta que vi a Eduard que te tenía en sus brazos y estaba tratando de sacarte del lugar antes que colapsara, fui hacia el y te tomé en mis brazos, el me dijo que saliera contigo porque el lugar iba a derrumbarse, yo no tuve otra opción, te saqué a ti para luego volver por el pero ya era demasiado tarde, todo estalló y varias personas murieron y otras fueron mal heridas, lo siento mucho _dijo Connor con voz quebrada, sus ojos se llenaron de lágrimas al contar con tanto dolor lo que pasó, fue la última persona que vio a Eduard con vida.
—¡No, no Connor eso no es verdad, mi Eduard está vivo! ¡no puede estar muerto no! _exclamaba Dinora entre llantos amargos, sus hijos se aferraron a ella, Connor también se acercó para acompañarla en su dolor, esa lamentable noticia conmovió a todo el mundo.
Por otro lado los accionistas de la empresa Collins estaban comentando sobre lo sucedido, había un gran revuelo, en los medios fue publicada la trágica noticia, habían comentarios buenos y también desagradables, los Collins tienen enemigos hasta en su propia empresa pero Eduard siempre los supo llevar, ahora que no está las cosas se pondrán difíciles para Dinora y sus hijos, ella con solo mirarlos tenía que ser fuerte, ellos eran su motor a seguir adelante.
Después de unos días Dinora fue dada de alta y hizo un funeral en honor a su difunto esposo Eduard Collins, asistieron familiares, conocidos y trabajadores de la empresa que también sintieron peso por la muerte de Eduard.
Dinora estaba con sus hijos a su lado, con solo saber que no volverá a ver a su esposo tiene ganas de morirse, el era su amor y su vida entera aparte de sus hijos, ahora quedó en vacío en su pecho que nada ni nadie puede llenar. Ella abraza muy fuerte a sus hijos los cuales lloraban por la muerte de su padre, ahora solo cuentan con su madre la cual trata de ser fuerte por ellos.
En ese momento una figura masculina se pone de pie frente a ellos, Dinora levanta la mirada y frunce el ceño aferrándose a sus hijos, no era alguien que quisiera ver en ese momento.
—Te doy mis condolencias Dinora _dijo Landon con una sonrisa torcida en su rostro, el es el hermano menor de Eduard y no parecía afectado de perder a su ser querido.
—Gracias, ahora si nos disculpas es hora de irnos _respondió Dinora tomando a sus hijos por la mano y luego dar la espalda para marcharse pero la voz de Landon hizo que detuviera sus pasos, un escalofrío recorrió todo su cuerpo al escuchar esa siniestra voz que escupía maldad.
—Más vale que estés preparada Dinora, serás mi mujer _dijo Landon mientras se ponía frente a ella nuevamente con sus manos en los bolsillos, tenía dibujada una sonrisa macabra y de satisfacción a la vez.
—Eres una persona sin corazón, déjame en paz, eso nunca pasará _respondió Dinora con furia en sus ojos, puso a sus hijos detrás de ella, era una tristeza que Eduard solo lleva un día de haber fallecido y su hermano solo piense en quitarle lo que le pertenecía.
—No tienes otra opción Dinora, te sugiero que hagas lo que yo diga y seas mi mujer o de lo contrario sufrirás las consecuencias y créeme, serán severas _amenazó acercándose un poco más a Dinora la cual dió pasos hacia atrás, en ese momento sus hijos le hicieron frente a Landon, ellos siendo unos adolescentes estaban dispuestos a dar la vida por su madre.
—Aléjate de mi madre, nuestro padre acaba de morir ¿y tú la amenazas? _intervino Aiden con enojo.
—Tú cállate mocoso, ¿cómo te atreves a hablarme así? _respondió Landon con mirada de furia.
—No le hables así a mi hermano, si no dejas a mi madre en paz todos aquí se darán cuenta de la persona que eres , que estando en el funeral de tu propio hermano amenazas a nuestra madre ¿eso quieres tío? _interrumpió Allison con voz amenazante y retadora.
Landon miró a todos lados disimuladamente, algunas personas presentes los miraban de reojo pero no decían nada, el decidió marcharse pero antes de irse dijo unas palabras.
—Serás mi mujer Dinora, nada podrá salvarte tenlo presente, y cuanto a ustedes mocosos no intervengan en los asuntos de los adultos, puede salir perjudicados _dijo en tono amenazante, sus ojos se tornaron sombríos y una sonrisa de labios cerrados se dibujó en su rostro, era realmente aterrador.
Dicho eso Landon se marchó del lugar, Dinora miró con tanta tristeza a sus hijos y se aferró a ellos en un abrazo, quería ser fuerte pero tenía miedo, miedo de lo que podría pasar más adelante.
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Por otra parte Eduard al otro lado ciudad se estaba recuperando en un hospital en el cual estaba internado desde hace unos días.
Afortunadamente Eduard no murió en el incendio ya que fue rescatado por alguien que inesperadamente apareció, antes que todo lograra colapsar esa persona tomó a Eduard y se la llevó a una salida trasera que había en el gran salón y lo adentró en un callejón oscuro, esa persona también recibió algunas quemaduras pero no tan graves con las de Eduard, el estaba inconsciente lleno de sangre, su rostro estaba irreconocible, su traje estaba quemado dejando ver varias partes de su cuerpo que estaban bastante afectadas.
Aquél extraño como pudo levantó a Eduard del piso, antes de salir del callejón vio a todos lados para cerciorarse de que nadie lo viera cuando saliera con Eduard, todo estaba despejado así que salió a la calle y se dirigió a un auto que tenía estacionado a unos pasos del callejón, lo adentró en el coche de la parte trasera dejando descansar su cuerpo en los asientos, luego se posicionó de la parte delantera y condujo hasta un hospital ya que Eduard estaba gravemente herido y podría morir en cualquier momento.
Cuando logró llegar al hospital de inmediato las enfermeras lo llevaron a una sala para tratar su estado crítico.
Aquél hombre que ayudó a Eduard hizo una llamada telefónica a sus hombres para llegaran al hospital a rodear todo el lugar y cuidarlo ya que no sabía si alguien pudo reconocer a Eduard y atentar con su vida, aunque es imposible que lo reconozcan ya que su rostro estaba desfigurado y lleno de sangre.
Esperó un rato para que el doctor saliera, cuando salió el doctor informó que el estado de Eduard era bastante crítico así que tenía que hacer cirugías en su rostro y esperar como reaccionaba.
Así mismo se realizó, Eduard fue sometido a varias cirugías y atendido por los mejores doctores, llevaría bastante tiempo para que se pudiera recuperar, su rostro estaba vendado al igual que su cuerpo, era un proceso largo pero lo importante es que estaba con vida.
Cuando Eduard logró recobrar el conocimiento sus ojos se encontraron con el techo de un hospital, no se podía mover, sentía que su cuerpo estaba tieso, apenas y podía girar su cuello, se miró y vio que tenía vendas por todos lados, en ese momento entra a la sala una figura masculina, este al ver a Eduard despierto hizo una reverencia.
—Es un placer estar delante de usted señor Collins, que bueno que ya despertó _dijo el hombre acercándose a él después de hacer la reverencia.
Eduard solo lo miraba extrañado, con su mirada le hacía miles de preguntas sin necesidad de mover sus labios.
—Me presento señor Eduard, soy Jacob Petrova , soy ex codirector de la junta directiva en la empresa Colleen, estoy aquí para su servicio _se presentó aquél hombre nuevamente haciendo una reverencia, Eduard al escuchar el nombre y de dónde pertenecía frunció el ceño, esa empresa a la que él está anexado son los enemigos.
—¿Porqué estás aquí? quién te envió _preguntó Eduard, eran sus primeras palabras en días, se escuchaba ronca pero fría, su mirada se tornó oscura.
—Señor yo salvé su vida de la explosión que pasó hace unos días atrás en una fiesta, pusieron una bomba para atentar con su vida y la de su esposa pero afortunadamente llegué a tiempo para sacarlo _respondió manteniendo la compostura.
—Que pasó con mi esposa, donde está, quiero verla _exigió Eduard tratando de levantarse de la camilla pero soltó un gemido de dolor al intentar hacerlo, Jacob trató de tranquilizarlo y lo puso cómodo para contarle todo lo sucedido.
—Señor su esposa está bien, no puede verla ya que si regresa nuevamente intentarán acabar con su vida, como le dije hice parte de la empresa Colleen y me enteré por terceros que alguien había puesto una bomba en la fiesta que asistiría con su esposa para atentar con su vida, me enteré esa misma noche pero la fiesta ya había empezado, cuando llegué ya era demasiado tarde, todo estaba en llamas, entré por la parte trasera del gran salón donde se realizó la celebración y afortunadamente lo vi a usted tirado en el suelo pero todavía estaba con vida, lo saqué como pude y lo introduje en un callejón, me percaté que no hubiera nadie y lo llevé a mi auto que estaba a unos pasos hasta que llegamos a este hospital _dijo Jacob sin quitar la mirada de Eduard el cual se veía enojado por todo lo que contaba.
—¿Quién fue el que planeó todo esto? ¿lo sabes? _inquirió Eduard.
—Aún no señor, pero lo que si sé es que si vuelve con su identidad lo más probable es que quieran matarlo de nuevo, en su rostro hicieron varias cirugías ya que estaba desfigurado por el impacto de la explosión así que creo que cuando le den de alta no lo van a reconocer, solo no tiene que decir quién es _sugirió Jacob.
Jacob le contó absolutamente todo a Eduard con lujo y detalle como ocurrieron las cosas, también de como estaba su esposa y sus hijos, le informó que ella se estaba recuperando en el hospital, no estaba tan grave.
Eduard ya había encontrado su hombre de confianza el cual lo ayudaría a hacer todos sus movimientos mientras que el se recuperaba, Jacob con su acción demostró que podía ser de confianza para Eduard, todo el hospital fue monitoreado con hombres que se unieron a Eduard, las enfermeras y los doctores que lo atendían fueron seleccionados y no podían dar información a nadie de lo que pasaba en ese hospital.
Dentro de poco Eduard controló todo desde el hospital, Jacob solo seguía órdenes al pie de la letra, Eduard logró ser el jefe de la empresa Colleen con su poder, todo estaba bajo su dominio, volvió a renacer como el gran jefe de sus enemigos.