Amenaza

Pasó un mes después del funeral, Landon siguió causándole problemas a Dinora, la acosaba entre amenazas constantes, quería el poder de todo, le exigía todas las acciones de la empresa de su hermano y también que ella fuera su mujer, la deseaba y al no tenerla usaba las estrategias más sucias que pudiera, ella siempre lo ha rechazado directamente, Dinora jamás estaría con un hombre tan despreciable como ese y menos el propio hermano de Eduard, en sus ojos se le nota la ambición y codicia, es un hombre si corazón que no le importó la muerte de su hermano y aprovecha cada oportunidad para tratar de presionar a Dinora y quitarle todo.

—Vete de mi casa Landon, no obtendrás nada de lo que pides, olvídate que lo lograrás porque vas a fracasar en el intento, no me interesas para nada y nunca me fijaré en ti como hombre, mantén eso claro_dijo Dinora con carácter dándole una mirada de desprecio a Landon el cual no se iba a dar por vencido.

—La acciones y toda la empresa quedará en mis manos, debes de darme ese poder y ser mi mujer, deja de hacerte la difícil porque eso te va a pesar Dinora, yo seré tu dueño así sea que te niegues_respondió Landon acercándose a Dinora hasta que quedó acorralada en la pared, ella estaba sola en casa ya que sus hijos estaban en la escuela los cuales recientemente habían vuelto a retomar sus estudios, los empleados todavía estaban en sus días de descanso ya que Dinora así se los permitió, quería estar sola con sus hijos unos días y no ver a nadie, estaba desecha, cuando Alison y Aiden no están ella llora amargamente en su habitación abrazando la fotografía de su amado, la ausencia de Eduard era un infierno constante para ella.

Dinora estaba muy tranquila en su casa esperando a sus hijos que dentro de poco llegarían de la escuela, al escuchar que alguien tocaba la puerta ella abrió con una sonrisa pensando que serían Alison y Aiden, pero esa sonrisa se borró cuando vio que era Landon el cual nuevamente se había aparecido para hacerle la vida imposible con tal de obtener lo que quiere.

Empezaron la discusión de siempre, Landon todo el tiempo que se dirige a ella es bajo amenazas, no se dará por vencido tan fácilmente pero su codicia lo puede llevar a la perdición.

—¿Qué haces? aléjate de mi o te vas a arrepentir _advirtió Dinora al ver que Landon estaba demasiado cerca.

—Te doy tres días para que lo pienses Dinora o de lo contrario te haré sufrir tanto que estarás arrodillada a mis pies pidiendo piedad, recuerda...tres días _amenazó muy decidido, luego dió pasos hacia atrás dándole la espalda para marcharse, solo se escuchó el golpe de la puerta cuando salió.

Dinora apretó sus puños con ira, estaba furiosa con aquellos que codiciaban la fortuna que dejó sus esposo justo después de su muerte, pero ella era un mujer fuerte y decidida que podía soportar cualquier dificultad, no iba a permitir que los enemigos se salieran con la suya incluyendo a Landon que es un hombre ambicioso el cual es capaz de hacer lo que sea con tal de conseguir lo que quiere.

Dinora se preparó y como viuda de Eduard ganó la confianza de sus secuaces ejerciendo sus métodos de mano dura, muchos la respaldaban así que estaba lista para enfrentar lo que viniera.

Al día siguiente Dinora se levantó muy temprano, hizo el desayuno de sus hijos y luego se fue a dar una ducha, mientras estaba en la regadera vino a su mente la última vez que estuvo con Eduard en la fiesta, todavía no lograba aceptar la muerte de su esposo, era como si hubieran arrancado una parte de ella, las risas, las palabras bonitas, sus caricias, todo se hizo presente revolviendo el dolor en Dinora, sus lágrimas empezaron a caer a medida que caía el agua se la regadera, colocó su mano en la pared apoyándose en la misma mientras que le otra mano la tenía en su pecho, no sabía si podría lograr superar ese dolor tan grande que está arraigado en lo más profundo de su ser.

Dinora salió del baño envuelta en una toalla, antes de ir a buscar algo de ropa se quedó de pie frente al espejo mirando su apariencia, sus ojos solo se reflejaba dolor, un rostro apagado sin chispa de felicidad, no había nada de la Dinora que sonriente que todos conocían.

Ella tocó su reflejo con las yemas de sus dedos, tenía que ser fuerte, el dolor no la podía vencer, tenía que pensar que tiene dos hijos los cuales la necesitan, además hay lobos merodeando que buscan devorarla, tiene que estar alerta todo el tiempo y no bajar la guardia, no era hora de ser débil porque la debilidad no es una opción.

Ella secó sus lágrimas y tomó su celular que estaba en la mesa de noche, hizo una llamada al asistente y mano derecha que trabajaba para Eduard convocando una junta de consejo administrativo lo antes posible, tenía que dar una información importante, es una decisión final tomada que no tendrá reversa.

Dinora se preparó, tomó las llaves de su auto y su bolso, cuando bajó las escaleras sus hijos estaban en la sala, ella se sorprendió porque se supone que ya deberían de estar preparados para la escuela, ella les dió una mirada interrogante y ellos se pusieron de pie al verla llegar.

—¿Porqué no están listos? Se les hace tarde para la escuela _dijo Dinora, los chicos tenían su rostro triste, ella entendió lo que les pasaba, todavía están afectados por la perdida de su padre, eran muy apegados a él y ahora que no está sienten su ausencia, ha pasado un mes pero el dolor de la perdida sigue intacto.

Ella no les permitió hablar y les dió un abrazo para darles consuelo, ellos rompieron en llanto en los brazos de su madre.

Allison y Aiden estudian en la misma escuela privada y han tenido que soportar rumores por parte de sus compañeros desde la muerte de su padre, ellos pertenecen a una familia multimillonaria así que siempre van a tener críticas por cosas buenas que hagan o por las malas que pasen.

—Tengo que regresar a la empresa hoy mis hijos, se pueden quedar con Mérida si no quieren seguir en la escuela por estos días, un profesor privado vendrá y los pondrá al día ¿de acuerdo? _sugirió Dinora, lo menos que quiere es que sus hijos entren en depresión por comentarios no deseados y malintencionados.

—¿Mamá estás bien? _preguntó Aiden porque se dió cuenta que su madre los miraba con tristeza y sus ojos se estaban cristalizando.

—Estoy bien hijo mío, solo quiero que sepan que los quiero mucho y que estaré siempre para ustedes _respondió Dinora acariciando la cabeza de ambos con mucho cariño, su contuvo las lágrimas y les dió una sonrisa fingida.

—¿Estarás bien si regresas a la empresa? no quiero que mi tío te vuelva a molestar, no me gusta su presencia _inquirió Alison la hija mayor, sabe los acercamientos malintencionados de su tío con su madre y de las amenazas que le ha hecho en presencia de ellos.

—No te preocupes por eso cariño, yo estaré bien, tengo que tomar las riendas de la empresa ahora que tu padre no está, es lo más correcto, ahora me tengo que ir, Mérida vendrá entre un rato _dijo Dinora, Mérida es la niñera de cuida a los chicos cuando ella no está, además cuida la alimentación de Aiden el cual es alérgico a algunas comidas, se encarga de contactar a sus profesores personales y de mantener al tanto a Dinora de lo que pase.

Dinora se despide de sus hijos y sale de la mansión para luego subirse en su auto, dentro de pocos minutos llegó a la empresa, todas las miradas estaban sobre ella, hicieron una reverencia al verla llegar y le dieron la bienvenida, hacía un mes con unos días que no la veían en la empresa después de la muerte de Eduard.

Ella entró a paso firme y con su cabeza en alto, antes de llegar a la oficina Cárter la detuvo para darle la información que la junta estará lista dentro de poco, ella se dirigió con el a la sala de juntas para dar la información pero se entristeció cuando vio que muchos de los directores no acudieron a su llamado para la reunió que es muy importante y tampoco se les ve las más mínima preocupación por ella, ni siquiera porque es una información que tiene que ver con el manejo de la empresa en general.

Dinora contuvo su tristeza y a la vez enojo y prosiguió con la junta, anunció a los directores presentes que ella tomaría todas las acciones de su esposo y se nombraría así misma presidenta del grupo Collins.

Los directores se miraron las caras en desacuerdo, su decisión no obtuvo apoyo por parte de ellos, lo discutieron entre ellos y no creyeron que Dinora fuera lo suficientemente capaz para desempeñar el papel como presidenta del grupo Collins.

—Señora Collins, con mucho respeto le digo que no puede venir de un día para otro a tomar esa decisión, usted es la viuda del señor Eduard y se entiende pero no creo que esté lo suficientemente capacitada para este puesto que tiene mucho peso _comentó uno de los directores, Dinora frunció el ceño de mala manera ante ese comentario.

—Concuerdo señora Collins, no creo que una mujer como usted pueda llevar una gran responsabilidad como esta sobre sus hombros, creo que debería pasar ese poder al señor Landon Collins y usted dedíquese a cuidar de sus hijos _agregó otro de los directores presentes, Dinora se levantó de su asiento con mirada de furia por la falta de respeto y la humillación delante de los demás, están en frente de la esposa del difunto Eduard Collins y no muestran un poco de respeto hacia ella, lo único que hacen es objetar su decisión y incitar a que ella ceda el poder a otra persona.

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