Capítulo 19
Abrí la boca y la volví a cerrar. Fruncí el ceño mientras lo miraba ladeando la cabeza.
—¿Está pasando algo grave?
Apretó los labios y me observó, manteniendo el rostro serio.
—¿Qué pasa, Blake?—insistí.
—Que pareces un puto fantasma de lo blanca que estás, tienes quemaduras en la boca y te siento el corazón mucho más acelerado de lo normal.
—¿Entonces no podré ver a mis invitados?—pregunté tímidamente.
—¿Invitados?—soltó, como si hubiese hecho una pregunta ridícula— Tienes que reposar. Ni siquiera deberías pensar en ir a ver a los demás en este momento.
—Pero, han venido a verme—me puse de pie, quedando frente a él. Él me miró desde su altura, serio. Tuve que echar
Le di una sonrisa con la que intentaba plasmar lo feliz y dichosa que me sentía en ese momento. Con palabras jamás lograría expresarle algo, ni siquiera el cariño que había logrado reunir por él a pesar de todas las situaciones que habíamos pasado.Ahora entendía el dicho: Del amor al odio solo hay un paso. Pues lo había experimentado con él. Ver por medio de tanto rencor y odio solo había sido un escudo para no caer. Esos ojos azules me llamaban a admirar, a querer, me inspiraban algo que nunca había sentido, ni con la mirada más larga e intensa que podían haberme dado. O cuando intentaban coquetearme, no lograban más allá de hacerme girar los ojos, como si cada persona que se me plantara delante en ese plan no fuera lo que a mí me agradaba, como si no pudiese mirar o corresponder de la misma manera. Como si esperase algo mejor, o a alguien mejor. Y ahora en
La pequeña de ojos grises soltó la ropa de su hermana y corrió a abrazar las piernas de… su hermano.¿Por qué yo no lo sabía? ¿Por qué me lo había ocultado?Blake salió de su ensimismamiento y la tomó entre sus brazos con todas sus fuerzas, sin llegar a lastimarla, claro. Yo seguía paralizada.La emoción de su rostro no pasaba desapercibida, estaba segura de que sin toda esta gente alrededor se pondría a llorar. Jamás lo había visto así.Todos parecían asombrados, atónitos, mientras murmuraban cosas muy despacio.Pasaron tantos minutos que perdí la cuenta. La niña le besaba las mejillas una y otra vez mientras hacía pucheros. Cuando por fin la bajó, su rostro se volvió serio otra vez, y antes de que el pudiese hablar, lo hizo la chica de cabello negro:—¿Es
Los ojos de Blake se posaron en la niña y en mí con una expresión de sorpresa, entreabrió los labios y frunció levemente el ceño. Probablemente pensaba que estaría enojada porque me había ocultado lo de Emma, y lo de Clara. Lo de sus hermanas en general.Se pasó las manos por el cabello y soltó un suspiro, dando una pequeña sonrisa a la niña.—Emi, cariño ¿podrías ir a jugar abajo un momento?—alcé las cejas con algo de asombro. Jamás, nunca, lo había escuchado hablar con alguien de forma tan cariñosa y suave.La niña hizo un puchero y luego se cruzó de brazos mientras sus ojos grises se entrecerraban.—Yo estaba jugando con la chica bonita primero—solté una risita y le puse una mano sobre el hombro.—Amy—rectifiqué—. Me llamo Amy.Ella me mir
Capítulo 23Ya la gente se había ido, no estaban ya los ánimos para estar de fiesta.Mi padre estaba furioso, me costó mucho que se fuera, estaba dispuesto a llevarme volando de vuelta a casa.Blake estaba a mi lado, no parecía estar herido, sin embargo, yo lo seguía estando, y él se estaba encargando de eso. Sostenía mi muñeca con delicadeza mientras me acariciaba y poco a poco el dolor desaparecía.—¿Cómo… es posible…?—balbuceé, refiriéndome a lo que su tacto provocaba en mí y la capacidad que tenía de quitar mi dolor.—No lo sé—se encogió de hombros, sin quitar la vista de mi mano ni cambiar su semblante ceñudo—, simplemente… ocurre.Me quedé callada un momento, sintiéndome tremendamente avergonzada.—¿Te ha golpeado?
AmyHabía llegado el tan temible momento para mí, lo que tarde o temprano tendría que hacer, por Marc, por mí, por toda la manada. Por la libertad de todos.Suspiré y apreté los puños, las manos me sudaban cuando me miré por primera vez al espejo esa mañana. Estaba con ropa nada apropiada para el reino, de hecho, andaba con ropa muy casual, una sudadera negra y pantalones del mismo color.Miré a Blake a través del espejo, seguía durmiendo, y sinceramente, era lo mejor.Me pasé las palmas por los costados de las piernas, intentando que dejaran de transpirar, pero era imposible. Tenía miedo y nerviosismo acumulado desde hace mucho, todo provocado gracias a Carlos.Suspiré por enésima vez y sin hacer ruido, me dirigí hacia el balcón. Si abría la puerta, Blake me escucharía enseguida, así que… iba a bajar por el muro.Deslicé el ventanal hasta que me dejó espacio para salir, y pasé de puntitas hacia el otro lado. Intenté no mirar hacia abajo, en serio lo intenté, pero terminé bajando la m
Amy Habían pasado aproximadamente dos semanas desde la pequeña discusión que Blake y yo habíamos tenido, y creí que las cosas habían mejorado y que todo estaría bien, hasta anoche.Blake había llegado, se había encerrado en su despacho sin siquiera venir a saludarme luego de terminar su horario de trabajo, y cuando vino a buscar unas cuantas cosas, apenas me miró y se marchó fugazmente.Se había estado comportando extraño, cada vez que me acercaba, huía de mí, y cada vez que hacía amago de tomarle la mano o abrazarlo, se alejaba como si tuviese una enfermedad contagiosa, y mierda que dolía.Tarde o temprano bajaría y lo encontraría, podía haberle pedido el favor a Kendra o Isabel de averiguar si había pasado algo, pero para mi desgracia, no se hallaban en el castillo. Ni ella ni ninguna persona que trabajase aquí. Sólo estábamos él y yo, y era como si estuviese sola.Mi estómago gruñó e hice una mueca. Me quité las sábanas de encima, metiéndome en mis pantuflas y comenzando a caminar
Me aferré aún más a sus hombros cuando se inclinó hacia delante conmigo entre sus brazos, pegando mi pecho al suyo sin dejar un milímetro de distancia. Su piel ardía demasiado, y eso me preocupaba.Me separé un momento, jadeando y mirándolo a los ojos—¿Estás seguro de que no tienes fieb…? ——Solo cállate—gruñó antes de volver a besarme con ganas.Su lengua se deslizó sobre la mía y me estremecí cuando su mano ascendió sobre mi espalda.Cuando me acomodé un poco más, intentando aliviar mi cuerpo tenso y deseoso, él soltó un jadeo ahogado que me afectó explosivamente. Mi entrepierna estaba justo sobre su bulto, y demonios… se sentía tan bien.—Mierda—susurró, dejando de besarme y presionando su frente sobre mi hombro.—Blake, estás demasiado caliente.—Amy…—dejó un pequeño beso sobre mi cuello y suspiró—No tienes una jodida idea.Eché mi cabeza hacia atrás cuando sus labios siguieron torturando ese lado sensible.—¿Amy? ¿Estás segura?Tragué saliva y bajé la mirada hasta sus ojos azulad
Capítulo 27BlakeMe senté sobre mi cama y me pasé las manos por el cabello, soltando un largo suspiro. Todo estaba saliendo peor de lo que esperaba.Su cuerpo permanecía quieto, pálido.Sé que era todo parte del proceso, y que tenía que ser paciente, pero en verdad me preocupaba que llevara tres días inconsciente. Tres días en que no había podido besarla, en que no había escuchado su voz, tres días en que no la había visto sonreír.Mi celo se puso en pausa, y tuve que llamar a un brujo para que se encargara de eso. No podía estarme preocupando de mi calentura y mi necesidad de sexo mientras ella estaba así. Sería desastroso.Justo en ese preciso momento me habían dado aviso de que había ocurrido un problema al interior del bosque, en el que humanos estaban involucrados. Quise por un momento no ser un rey, ser una persona normal dentro de lo que podía. Dejar mis preocupaciones de lado y solo centrarme en Amy.Tuve que marcharme, dejándola ahí sola y en mal estado, y me carcomía la cul