«Ella es Katrina Grimlore de Shadowfang, mi esposa» la frase de Ragnar de hace unos minutos hace eco en la cabeza de Jarl. ¡No! Eso no puede ser cierto. Katrina no puede ser su esposa, esto debe ser un tipo de treta que armaron ellos dos para venir aquí a joderle la existencia. —Toma tu lugar en la mesa Jarl Fenrisson, ahora —La voz potente de Ragnar saca de su turbación al susodicho, quien todavía está temblando. —Katrina, estás viva. —Jarl camina decidido a alcanzarla, pero uno de los hombres apostados en la esquina lo toma del brazo y lo detiene. Katrina lo mira sin inmutarse, aunque por dentro le parece asqueroso oír su voz luego de lo que le hizo—. ¿Dónde estabas todo este tiempo? Nosotros te buscamos mucho, estábamos devastados.—Por favor, Jarl. Deja de hacer el ridículo y siéntate, que no tengo tiempo para tu show —Katrina le dice con voz firme. —Pero… ¿Qué pasó? Tú y yo… —Tú y yo ya no somos nada, Jarl. Eras mi pareja, pero me rechazaste en ese bosque, ¿recuerdas? —Katri
—¡No, por favor! Soy tu única hermana. No puedes hacer esto conmigo, tenemos la misma sangre —Lizzie se resiste cuando se da cuenta de que ya no tiene escapatoria. Katrina la mira con una serenidad que hasta a ella le sorprende.—Hija, no hagas esto —Mauricio se atreve a pedir clemencia por las asesinas. Ragnar lo mira extrañado, aunque no esperaba mucho de él, también es un ladrón—. Somos tu familia. —No —replica Katrina de inmediato mirándolo fijamente—. Ninguno de ustedes es mi familia. Mi única familia aquí es Ragnar. Ustedes son solamente las personas que me engañaron, humillaron, robaron, estafaron y mataron. Tú no eres mi padre, ella no es mi hermana y Jarl ya no es mi pareja, el vínculo entre nosotros se rompió, afortunadamente la diosa luna me otorgó un segundo compañero. Katrina se levanta de la silla y camina lentamente entre ellos. Nadie se mueve, nadie dice nada, ni siquiera Jarl. —El vínculo entre el alfa Ragnar y la Luna Katrina está legalmente constituido —dice uno
Ragnar y Katrina, junto con los miembros ancianos del consejo, permanecen mucho rato dentro de la sala de juntas para dejar claros algunos puntos, especialmente los que tengan que ver con esos cuatro. Para nada quieren que alguno salga impune de todo el mal que le hicieron a Katrina.Cuando finalmente salen del salón, todos los empleados voltean a mirarla, pero ella está demasiado agotada mentalmente ahora como para darles algún tipo de explicación. Lo hará mañana cuando esté más tranquila y haya descansado lo suficiente.Ragnar le da algunas indicaciones a la asistente y ella asiente. Sabe que no es buen momento, por lo que la asistente le pide a todos que vuelvan a sus lugares de trabajo y así lo hacen. Katrina camina hacia el ascensor, dispuesta a volver a la casa, cuando una figura familiar se presenta ante ella, como a unos cinco pasos de diferencia. —¿Amber? —Katrina no puede ocultar su emoción al verla luego de tanto tiempo. Ella luce un rostro diferente, pero es ella, lo sab
Dentro de las celdas de la manada Alba Noctis, Jarl golpea fuerte la pared al recibir la noticia de Gabriel. Está muy nervioso. Su amigo lo mira con resignación.—Sabes que lo que estás pidiendo es peligroso, y ellos no arriesgarán su pellejo por nada —dice Gabriel tratando de mantener la voz baja—. Tú decides, les das lo que piden o te quedas aquí a esperar tu juzgamiento.—Eso es demasiado dinero, Gabriel —chilla Jarl, enfadado—. Me quedaré sin nada, es todo lo que me queda. Ellos ya me quitaron todo.Hay un odio profundo en la mirada de Jarl al pensar en Ragnar y Katrina. Gabriel no dice nada, pero sabe que él tiene algún plan metido entre ceja y ceja y que no habrá poder humano que lo haga retroceder. —Necesito salir de aquí. Quiero que Katrina y ese maldito sufran por esto. Que se arrepientan por haber vuelto y haber planeado todo esto contra mí. —¿No crees que es hora de alejarse? No hagas algo que te hunda más, Jarl —Gabriel siente algo de temor por lo que Jarl pueda hacer.—
Las luces de la mansión Shadowfang se van apagando poco a poco y Jarl sabe que el momento que tanto estaba esperando por fin ha llegado. Hay dos guardias deambulando en esa parte, omegas débiles, que no le preocupan demasiado, porque sabe qué puede pasar desapercibido con la pócima y que si algo se sale de control, ellos no son enemigos para él. Camina sigilosamente unos metros por el costado de la muralla hasta que oye decir a uno de ellos que necesita ir al baño. Ese momento es el perfecto para avanzar. Corre hasta la puerta y al intentar abrirla, esta se abre sin la mayor dificultad. Mira con precaución para asegurarse de que no haya nadie más adentro. Todo el sitio ya está semi oscuras, pero puede ver que se trata de la sección del lavadero de la casa. Entra y tras escanear todo con la vista rápidamente, sube por la escalera principal que lleva al segundo piso para poder llegar hasta Katrina. Abre cada puerta muy despacio para no alertar a nadie y así poder ver quién está all
Ya es imposible seguir ocultando lo que sucede cuando todos empiezan a movilizarse dentro de la casa. Rubí y Paula se despiertan aturdidas por el movimiento inusual de los pasillos de la mansión, ellas salen a mirar y en cuanto se dan cuenta de que la puerta de la habitación de Ragnar está abierta y hay varias personas adentro, corren hasta allí. —¡¿Qué sucede hermano?! —grita Rubí— ¡¿Dónde está Katrina?! Paula intenta contener a Ragnar, pero no lo consigue. Él está demasiado nervioso. Ragnar no soporta ver el video en el celular del guardia, respira profundamente antes de salir de allí. No va a permitir que ese hombre siga lastimando a Katrina. Dijo que sobre su cadáver volvería a permitirlo, y así será. Esta noche uno de los dos va a morir. —Hijo, por favor —Paula intenta detenerlo—. Deja que los guardias se encarguen de eso, por favor no vayas en ese estado. Necesitas tranquilizarte, estás muy nervioso. Ragnar se voltea a mirarla por unos segundos, pero al final se marcha. Ju
—¡Remus! —La voz de Katrina hace pestañear a Jarl mientras que Remus mantiene los ojos cerrados, sus fuerzas amainan rápidamente con la bala de plata incrustada en su pecho y retrocede dentro de la mente de Ragnar dejándolo tomar su forma humana nuevamente. La respiración de Katrina se ralentiza en ese momento. Todo es silencio y oscuridad alrededor de ella al ver a su compañero herido de gravedad en el suelo. Akira usa todas sus fuerzas para rasgar las cintas en las que tiene atados los pies y manos de Katrina y levantarse para llegar hasta Ragnar, de cuyo pecho sale sangre a borbotones. Ella intenta gritar en busca de ayuda, pero su voz no sale, todas las palabras se quedan todas atascadas en su garganta, la droga que Jarl le hizo inhalar es demasiado fuerte y Akira, aunque intenta emerger, no lo logra del todo. Katrina toma la cabeza de su compañero y lo lleva a su pecho. Todavía está vivo, aunque gravemente herido e inconsciente. Jarl levanta la vista y mira fijamente a Katrina
Sebastián y Rubí llegan primeros a la escena en su forma licántropa, encontrándose con una Akira bastante agresiva y molesta por los acontecimientos anteriores, Ragnar semiconsciente y Jarl evidentemente muerto en garras de ella. «¿Estás bien?» Sebastián intenta comunicarse con Katrina por medio del enlace mental, pero Akira aún tiene el aura expandida y no puede hacer comunicación con ella de manera efectiva ni acercarse demasiado, por lo que la ronda a cierta distancia con la cola entre las patas y mostrando su cuello en señal de respeto y sumisión. Rita, la loba de Rubí, también se mantiene atrás, igual que los que vienen llegando al sitio. Akira vuelve a aullar muy fuerte, aumentando su aura todavía más. Sirox no tiene de otra que retroceder igual que los demás debido al dolor que les produce su demostración de poder. Todos los licántropos de la manada Alba Noctis reciben el mensaje de su líder, la única y verdadera alfa, que su “alfa elegido”, Jarl Fenrisson, acaba de ser derr