POV Dillon, Alfa
Parecía haber un olor peculiar a mi alrededor, y guardé impacientemente la maleta repleta de dólares y le dije a Antón,
—Dentro de dos días ve al mismo lugar de siempre—le digo —quitaré los guardias por dos horas, así que trata de sacar todo el producto que tengas antes de eso.
—No hay problema, mi estimado Alfa Dillon— sonríe—Como siempre es un placer negociar con usted.
El tipo se inclina, el olor rancio que proviene de él me desagrada.
Antón es una rata, trafica con los vicios de los humanos, pero no me importa. Es un buen negocio, él cultiva en mis tierras lejos de sus leyes humanas y recibo un pago sustancioso por ello.
—Señor Dillon—él detiene sus pasos para mirarme—Casi olvido que tengo un regalo para usted.
—No me interesa—le digo—ya sabes que no consumo de eso que vendes.
—Es algo más—frota sus manos con malicia—un regalo exótico digno de un alfa como usted.
No quito la mirada de sus ojos, el hombre se encoge.
—Muéstramelo—pido—que es eso que tienes para mí.
Salimos del almacén, la brisa marina golpea el muelle con brusquedad y el sonido mitiga nuestros pasos en esta noche. El barco desaliñado que usa para sus negocios está custodiado por dos humanos de aspecto desagradable.
Respiro por la boca para evitar dañar mi nariz con su hedor. Pero un extraño y fuerte olor se precipitó incontroladamente en mis fosas nasales e incluso pareció precipitarse en mi cerebro.
—¡Tráigala!
Exige, uno de los hombres asiente y me encuentro genuinamente interesado cuando escucho un fuerte ruido interrumpir la silenciosa noche.
—¡Suéltenme hijos de perra!
Grita una mujer, muevo mis ojos hasta ella y algo late en mi pecho cuando el desaliñado cuerpo es tocado por la luz de luna.
El olor salino del mar se mezcla con fuerte aroma almizclado que cala hondo en mi mente y la furia crece sin explicación cuando uno de esos hombres la obliga a arrodillarse.
—Un regalo para usted—habla Antón—una belleza exótica con una particular pigmentación en sus ojos.
Camina hasta donde está la chica y sus manos arrancan la venda de sus ojos, pero ella mantiene sus ojos fuertemente cerrados.
—Abre los ojos—le dice—no me hagas golpearte.
La mujer desafiante se niega, la toma del pelo y tengo que contener mis impulsos para no arrancarles la cabeza. Esto no es normal, no conozco a esta mujer, pero algo está latiendo en mí.
—¡Dije que los abras!
Grita Antón cuando ella sigue cerrando sus ojos, alza su mano para golpearla, pero está vez no pude soportarlo más y le agarré la muñeca.Mis dedos se curvan sobre su muñeca, el tipo gruñe, Muevo mis ojos a él.
—No la toques—Miro a los demás—De dónde la sacaron.
—No, nos la dieron como garantía, señor—dice—pero la persona que lo hizo no podría pagar, así que pensé que podría... podría interesarle.
Muevo mis ojos a ella, su cabello es un nido de pájaros. Ni siquiera puedo distinguir sus facciones a causa de la suciedad en su rostro. Pero un fuerte impulso me hizo enloquecer que mis encías pican ante la necesidad de clavar mis dientes en su nuca.
—Me quedaré con ella—suelto la mano de Antón que gimotea—pero si vuelves a aceptar este tipo de tratos, lo sabré y terminaré nuestros negocios.
—Si señor
Me dice, señalo a la mujer aún de rodillas en el suelo.
—Súbela a mi auto, sin hacerle daño.
Camino con prisas hasta el coche, lo pongo en marcha mientras ignoro los gritos y maldiciones de la mujer que protesta para luego simplemente salir del puerto con ella en mi asiento trasero.
—Si intentas algo tan estúpido como lanzarte—digo medio de la carretera—te voy a morder y créeme eso no será agradable.
—Sucio perro—grita—¡Esto es un delito! ¡Voy a escribir una queja al ALI! ¡Vas a terminar en la cárcel!
Sus ojos se abren ante ese comentario, el coche frena con brusquedad cuando veo el exótico ojo del violáceo color y ella parpadea varias veces antes de ocultar su rostro.
Usa uno de sus pies para abrir la puerta trasera y sale corriendo, sus mandos atadas a la espalda no le impiden para nada intentar huir de mí, pero no llega muy lejos antes de tropezar y caer sobre la oscura carretera.
Me acerco en silencio, mis pisadas resuenan en el asfalto haciendo que ella me mira directo a los ojos. El odio en los suyos es feroz, la forma en que calienta mi sangre tampoco tiene lógica y cuando llego a su lado y ella no cambia esa mirada desafiante mi cuerpo arde de lujuria.
—Sube al auto
Exijo, ella niega sin apartar su mirada y cierro mis ojos para contener los instintos primitivos que comienza a surgir en mí.
—Sube al coche—noto el cambio en mi voz—Acaso en la escuela no te enseñaron a nunca huir de un depredador.
—¿Vas a comerme?—ella se pone en pie—sucia bestia...
No puedo más, mi cuerpo se mueve por sí mismo y ella grita cuando la lanzo sobre mi hombro. El olor de la suciedad llega a mi nariz, pero es simplemente superado por ese almizcle embriagador en su piel.
—Suéltame—grita—¡Suéltame!
Insiste, sus gritos se acompañan de un incesante pataleo y estoy a punto de perder la paciencia cuando la tiro sobre el asiento trasero del auto.
—¡Tu maldito perro asqueroso! ¡Esto es ilegal! ¡Ilegal!
Insiste, está vez coloco el seguro al coche antes de conducir todo el camino hasta mi manada.
Garden Said es una de las mejores zonas al norte de estado unidos, la población humana es de un dos por ciento y he aceptado más licántropos en los últimos años, lo cual me ha hecho uno de los Alfas más conocidos de todo el país.
Ser miembro del consejo es también una ventaja, las calles de Garden Said son seguras. Los humanos residentes aquí son trabajadores contratados especialmente por mi importadora de autos y todos tienen estrictamente prohibido relacionarse con los lycans.
La ciudad está dividida en dos secciones, para eso, la sección sur solo puede ser visitada por mí y el resto de la ciudad está sólo permitida para el representante humano en la oficina central de quejas.
Esta separación fue creada hace años, para proteger la paz que tanto nos ha costado conservar y el hecho de que una mujer humana esté gritando maldiciones en la parte trasera de mi auto podría joder todo.
No me importa, ni siquiera estoy pensando con claridad ahora mismo porque algo extraño está latiendo en mi pecho, algo que difícilmente un lycan puede encontrar en estos días.
MoiraEstoy asustada, lo he estado desde hace dos semanas cuando ese estúpido tipo entro a mi casa y me golpeó. Una hora antes estaba tan tranquila bebiendo con mis compañeros de trabajo y a la siguiente...Me desperté en medio barco de carga, rodeada de mujeres llorosas que parecían haber estado más tiempo que yo en este lugar.He oído hablar de estos tipos, son contrabandistas que secuestran mujeres para venderlas a los lycans. Un negocio que permanece fuera de las manos del ALI o al menos eso dicen ellos.Soy periodista y es verdad que el hecho de que mantengan la carga en un barco en medio del mar los ayuda a no ser rastreado, pero estaba segura de que esos tipos lo sabían.Un claro ejemplo es este, dirijo mi mirada hasta el hombre detrás del volante y siento que voy a morir de furia. Odio a las los lycans y sus estúpidas fachadas de hombres solidarios que solo quieren la paz.¿Qué paz?Fueron crueles, siguen siéndolo. El hecho de que se escondan detrás de la falsa excusa de no po
DillonLa mujer frente a mí intenta inútilmente cubrir su cuerpo demasiado sucio como para que mi lado humano quiera poner un solo dedo sobre ella. Pero la parte primitiva dentro de mí no piensa de la misma forma.Me alejo antes de perder el sentido común y camino hacia la sala de estar un poco más allá de los dos.Escucho sus pasos, correr lejos hacia las escaleras. Me obligo a quedarme sentado sobre el sofá.Paso una mano por mi frente y odio estos primitivos genes en mí. Ser un Lycan no es precisamente agradable en algunas ocasiones. Nunca lo ha sido y el mundo humano se encargó de pintarlo todo demasiado aterrador, estúpido o sexual.¿Cómo es en realidad?Es incómodo, cambiar duele, un dolor al que te acostumbras, pero que sigue doliendo después de todo. Tus instintos primarios son incontrolables y si necesitas hacer piz para marcar territorio terminarás orinando algún árbol.¿Puede haber algo peor?¡Claro que lo hay!En algún momento del mes las hormonas se disparan, cualquier c
MoiraDejo reposar la cabeza sobre mis rodillas y las rodeo con mis brazos en medio de esta inmensa bañera donde estoy sumergida. Quizás muera más adelante, pero al menos voy a vivir la experiencia de tomar un baño como las familias más ricas de la sociedad moderna.Odio admitirlo, pero este tipo tiene buen gusto, el baño es más grande que todo mi apartamento y ni siquiera puedo imaginar cuánto costó ese extraño lavadero que parece flotar sobre la encimera.Peino hacia atrás mi cabello algo temblorosa y supongo que estoy realmente jodida. Desearía poder despertar y volver a esa vida mediocre que solía tener antes de ser secuestrada por aquellos tipos.Tengo la ventaja de saber quién es mi captor. Dillon Anderson Davis El Gran Alfa bondadoso que se ofreció para cuidar de los niños mestizos.Golpeo el agua a mi alrededor, eso es una mentira, este tipo es un contrabandista que acaba de pasarse las leyes que él mismo defiende por las bolas.¿Cree que ser miembro del consejo le da inmunida
Moira —CenaSu voz cortante llega desde la puerta, intento recuperarme de haberlo tenido tan serca, hace unos segundos y me niego.—No voy a engordar para que me comas.Respondo desafiante, él suspira, sujeta el marco de la puerta un segundo y luego me mira provocando esa extraña sensación en mi interior.—Si quieres morir de hambre es tu problema.Cierra la puerta a mi espalda haciéndome maldecir, mi estómago vuelve a rugir y me cubro la cabeza con una almohada, el aroma extraño sigue en la habitación. Es una mezcla de dulzor con flores y algo exótico que no sé identificar.Nunca conocí a un hombre que oliece tan bien, pero sigue siendo un lycan, así que da igual si huele a fresas o herrumbre es simplemente molesto. Cierro mis ojos intentando conciliar el sueño e ignoro el hecho de que realmente llevo un día sin comer.......—¡Mamá¡¡Mamá!Lloro en pánico cuando encuentro al espantoso ser sosteniéndola por el cuello. Sentí un fuerte estruendo mientras dormía y ahora simplemente no p
DillonEl sabor dulce en mis labios se mezcla con el aroma abrumador que comienza a desprenderse de ella. Mi mente empieza a volverse irracional y acuno su rostro entre mis manos para hacer aún más profundo el beso.La mujer bajo mí jadea, su lengua se mueve alrededor de mi boca y noto la tensión en su cuerpo cuando su lengua roza mis dientes.Luis encías pican, el calor abrumador que recorre mi cuerpo es demasiado familiar y la dureza entre mis piernas se siente a cada momento más molesta. Ella jadea mientras bebo ese dulce sonido que escapa directamente hasta mis labios. Mis instintos están cada vez más cerca de la superficie.Mis dedos se mueven hacia su cabello a la vez que guío el beso profundo al que está respondiendo. Sus manos sujetan fuertemente mis hombros, sus uñas se clavan en mi piel de una forma demasiado erótica y cuando mis manos rozan esa extraña cicatriz entre su cabello todo termina.—¡No!—grita alejando su boca de la mía—¡Suéltame! ¡Suéltame!Aparto mi rostro de su
DillonEl silencio que antes reinaba en mi casa se ve ahora interrumpido por algún tipo de sonido que no logro identificar, pero que defiende parece un aullido de dolor.«Dulces labios de miel, dulces ojos café, eres tú,Hu,Hu,Hu,»La melodía discordante que se filtra bajo el sonido me recuerda que una mujer que me dieron como regalo está abajo haciendo alguna cosa.El repiqueteo constante se detiene,ella suelta una ligera expresión de aprobación y bajo de la cama aún cansado de la noche anterior.Mis pies se mueven por si solos hacia el baño, me doy una ducha rápida antes de colocarme el traje que uso todos los días para ir al trabajo. Listo para salir de casa.—¡Tu piel es miAaaaa!—gritan desde la cocina—¡Tus labios son mi perdición, como el café como una dulce drogaaaaaa!Arrugo el puente de mi nariz ante esa nota discordante, bordeo la sala de estar para llegar al comedor y mis ojos ven a la chica desaliñada que está utilizando mi cocina. La camiseta holgada que lleva es mía, los b
Moira Termino de comer la última de las tostadas que preparé y alejo de mi mente esa insistente necesidad de llorar.Ayer todo fue muy raro, de hecho aún no logro entender qué está pasando por mi cabeza. Lo besé, lo disfruté y si ese maldito tipo no sale corriendo lejos de mí sabría dios que haría. Mi cabeza duele, paso una mano por la cicatriz oculta por mi cabello mirando a mi alrededor.La inmensa casa donde desgraciadamente tengo que permanecer parece un museo de arte. No podría decir si clásico o contemporáneo porque las paredes están repletas de cuadros con diferentes conceptos.Hoy en la mañana simplemente me desperté dispuesta a disfrutar un poco de los pocos días que me quedan en este mundo. Si ese molesto alfa decide asesinarme al menos podré morir cómodamente.Dejo el plato que usé sobre el lavaplatos para luego limpiar mis manos sin poder evitar que esa curiosidad innata en mí tomé el control de mi cuerpo. Camino fuera del comedor.La luz que entra por las ventanas inmens
Moira—Ven aquí muchacha—suspira—no me hagas tirar la puerta abajo.Muerdo mi labio asustada, mis manos obedecen a su orden y mis ojos se encuentran con el rojizo brillante en los suyos.—¿Estás bien?Suena genuinamente preocupado, doy un ligero asentimiento de cabeza aunque lo que realmente quiero es gritar. Bajo mi mirada a la camisa sangrante, veo que está rasgada, no me agrada la preocupación que genera en mí.La chaqueta no está igual que sus zapatos. Esa incertidumbre dentro de mí me hace molestarme, así que aparto los ojos.—Ese... ese lycan intentó...—Disculpa—la voz que surge desde las escaleras hace que de un paso atrás. Mis ojos captan el rostro conocido que unos minutos antes comenzó a cambiar de manera espantosa frente a mí.—Él es Adam—dice Dillon—mi hermano, no quiso hacerte daño.—¡Mentira!—grito—¡Él dijo que no debía estar aquí!—dudo un segundo—iba a hacerme daño, lo sé.—¿Lo ibas a hacer?Dillon mira al chico molesto, este maldice antes de pasar una mano por su cabe