Abrí los ojos cuando la luz del amanecer se coló por la ventana de la habitación. El tiempo había avanzado, la noche terminó y con eso mis ideas no se habían aclarado por completo, seguía dudando, seguía sin saber cuales sentimientos predominaban en mi cabeza, seguía sin saber que era lo que sentía hacia Harding y que era lo que sentía hacia Thomas, seguía sin saber si debía quedarme o irme, seguía sin saber que sería lo mejor para mí. Harding abrió la puerta en ese momento, tomando mis pensamientos por sorpresa, haciendo que nuestros ojos se encontraran por un segundo. —¿Cómo has dormido? —me preguntó, dando un paso hacia el interior. —No muy bien —admiti. Pude ver el movimiento en su garganta cuando tragó saliva y pude notar que sea lo que sea que pensaba lo mantenía tenso, indeciso. Por eso no me sorprendió lo que me preguntó a continuación. —¿Piensas volver con él? Y por alguna razón sentí que debía ser sincera con él. —No tengo idea —susurré —no se que hacer. Él asintió
« Abro la puerta del departamento con las bolsas del super a los lados de mi cuerpo, sintiendome cansada debido al día tan pesado que he tenido. Suelto todo el aire de mis pulmones mientras dejo las cosas en el piso del recibidor. —¡Thomas! —le llamo, para que me ayude con las cosas. Frunso el ceño cuando no encuentro respuesta, aprieto los labios y avanzo con cautela para sentarme en el sofá, pero me detengo cuando reparo en unas zapatillas que no reconozco. Mi corazón se acelera con fuerza y mi respiración se agita cuando escucho unas risas al fondo del pasillo, en el baño... Mis piernas comienzan a temblar mientras camino hacia ahí, mi boca se seca cuando alcanzo la puerta y mis ojos se llenan de lágrimas cuando la abro y veo a Thomas desnudo abrazando a una persona que conozco muy bien. Ambos están dentro de la ducha, riendo. Mi corazón se rompe un poco más cuando Mar le da un beso en la punta de la nariz... —Thomas... —susurro. Ambos levantan la mirada hacia mi cuand
Mis ojos vuelven a encontrarse con los de Thomas cuando el recuerdo se evapora de mi mente. Él estaba tomándome de las manos mientras yo sentía que el alma se me iba del pecho cada vez más. Sus ojos llenos de culpa me miraban mientras yo lo único que podía hacer era seguir llorando. —Amor, déjame explicarte por favor —susurró, dando un paso más hacia mi —si venías a resolver las cosas entonces podemos... —No venía a resolver nada —respondí rapidamente, negando con la cabeza —solo decidí venir a recoger mis cosas y volver a casa de Harding.Su expresión de dolor cambió por una distante, retrocedió dos pasos y me miró, enchinando los ojos.—¿Y por qué lloras entonces?Apreté los dientes con fuerza, sintiéndome impotente. —Porque me lamento por haber sido tan estúpida como para sentirme triste por ti.Sus ojos comenzaron a soltar todas las lágrimas que tenía acumuladas cuando me escuchó, pero ni siquiera eso me afectó. Le pasé por un lado, comenzando con lo que había decidido hacer d
« Mis ojos se desvían un momento de Harding cuando delante de nuestra mesa se acerca una mujer con su pareja y un pequeño niño. El recuerdo de lo que acaba de pasar un momento antes se instala de nuevo en mi cabeza, haciendo que vuelva a sentirme incomoda en mi propia piel, sucia. —¿Por qué has peleado con Thomas? —pregunta él, negando con la cabeza. Siento un sabor amargo en mi paladar al escuchar ese nombre, pero aún así no quiero mencionarlo para no sentirme aún más estúpida. —No importa —susurro, intentando no tocar el tema. Él arquea una ceja con duda pero no menciona nada al respecto, solo asiente como si entendiera mi rechazo al tema. El mesero aparece en ese momento. —¿Puedo ofrecerles algo? Sorbo mi nariz con pesadez y bajó la cabeza para que él pida, tal y como lo hago con Thomas. —Si —murmura él, casi de inmediato—para mi un capuchino y para mí acompañante un frappé de oreo sin crema batida y con un poco de chocolate. Levanto la mirada cuando sus palabra
Cuando volví al momento presente sentí una mezcla de dolor, arrepentimiento y duda ante todo lo que había pasado en esa primera conversación después de enterarme del engaño de Thomas. Por fin había tomado sentido mi distanciamiento con mis padres, Thomas me había ocultado la verdadera razón, había decido mentirme cuando se lo pregunté. Y eso me hizo sentir aún más estúpida. Tenía muchos sentimientos encontrados, tantas cosas que no entendía y otras pocas que me negaba a entender debido a la laguna mental que aún tenía en mi cabeza. Pero, entre tantas contradicciones la memoria de ese primer encuentro con Harding fue lo que me llevó a abrir el computador en cuanto mis ojos lo enfocaron.Abrí mi correo con apuro y desesperación, reproduciendo el archivo que me había enviado antes. El audio que creía era la canción de Harding.Pasaron 5 segundos de silencio absoluto, después la melodía comenzó a escucharse, tan lenta y melancólica, con un piano de fondo.La voz de Harding se escuchó
Parpadee un par de veces y abrí los ojos lentamente, la luz blanca de mi alrededor me hizo volver a cerrarlos con una mueca de dolor. Fragmentos de lo que había sucedido llegaron a mi mente rapidamente. El auto desparramado por la carretera húmeda, mi cuerpo saliendo por el parabrisas, mi cabeza golpeándose contra la acera, el dolor punzante de los trozos de vidrio encajados en mi cuero. El dolor insoportable, agudo. Mis manos temblorosas tomando el celular para llamarle a alguien, y luego otro golpe, duro y seco en mi cabeza. Haciéndome perder el conocimiento de nuevo. —¿Cómo se encuentra? —un hombre de bata blanca y cabello canoso me sonrió con amabilidad —¿Se siente mejor? —¿D-dónde estoy?—pregunté, con impaciencia. —En el hospital, ¿Recuerda algo de lo que le pasó? —Un accidente. —Así es señorita, un accidente automovilistico —apretó los labios —¿Sabe quién es usted? Cerré los ojos un momento, intentando concentrarme, cuando volvi a abrirlos asentí con la cabeza levemente
Cerré la puerta con cuidado mientras mi mano era tomada por la de Thomas. Habiamos entrado a un departamento, el cual supuestamente nosotros habiamos adquirido tres meses antes. En nuestro tercer aniversario. Sujeté mi cabeza con una mueca cuando sentí un leve mareo. De pronto era como si mi mente se hubiera ido muy lejos de ahi. Cerré los ojos y tomé con más fuerza la mano de mi novio, intentando mantenerme en pie a pesar del dolor que comenzaba a experimentar. «Hacía frio ese día en la mañana. Abrí la puerta con una sonrisa y mi boca se abrió completamente cuando vi el precioso apartamento que se encontraba frente a mi. Era enorme, tenia un piso de madera precioso y una chimenea gigante... Todo eso era verdaderamente hermoso, pero lo que mas llamó mi atencion fueron los enormes ventanales que se enconteaban alrededor, mostrando una vista divina de la ciudad....»Sacudí la cabeza con fuerza cuando otra punzada de dolor me abarcó repentinamente, me llevé la mano a la zona afectada i
Abri los ojos con lentitud y vi que el reloj marcaba las 5:01 pm. Frunci el ceño y tomé el celular. Tenia 3 mensajes de Thomas avisando que los chicos llegarian a las 5:30.Puse una mueca de disgusto, tenía exactamente veintinueve minutos para vestirme, aunque cabia la posibilidad de que no fueran puntuales y llegaran despues de la hora acordada. Suspiré con fuerza y entré al baño con la intención de no perder más tiempo del necesario.Justo al lado de la puerta pude ver que había un espejo que reflejaba mi cuerpo por completo. Miré al espejo con atención, mi cabello castaño estaba opaco y deshidratado, bajo mis ojos celestes había unas bolses enormes de ojeras y en mi frente un golpe de color morado. Frunci los labios, habia una cortada en mi barbilla.Mi cuerpo seguia doliendo, tomé el borde de la blusa y la levanté con cuidado. Una cicatriz en sanación cruzaba de forma vertical el abdomen, era delgada pero notable. Mis brazos estaban golpeados