Andrew estacionó su auto en el lugar para médicos, y pasó la llave apagando el motor. Solo apretó sus manos cuando evidenció aquella figura que no había salido de su cabeza en toda la semana y que palpitaba incasablemente en su cuerpo.
Era inevitable no curvar su boca. Allí estaba Natali caminando hacia la entrada del hospital, casi corriendo y arreglando su cabello por el viento que lo desordenaba.
Miró la hora en su reloj para comprobar que faltaban al menos 40 minutos para su hora laboral.
Estaba evitándola, durante toda la semana había hecho un esfuerzo sobrehumano para ignorarla totalmente, porque, aunque no quisiera aceptarlo, tenía un poco de miedo para con ella.
No podía sacarla de sus pensamientos. Cada vez que cerraba los ojos esa boca amplia y alegre que se mostraba para él, el tono de su voz, el color de su risa tan natural, definitivamente habían
Había un pitido agudo en su cabeza, un mareo repentino, y varias arcadas amenazaron su cuerpo.Nat no pudo dejar de observar a Grace con asombro, ella intentaba quitarse los cables de su pecho, entre tanto luchaba por levantarse. Estaba muy golpeada, y la contusión en su cabeza era peor de lo que podía imaginar.—Estoy bien —Grace dijo para luego toser con mucho esfuerzo.—Por favor, manténgase calmada, estamos ayudándola… —le explicó Andrew tratando de ajustar su collarín—. Envía una orden para una tomografía urgente —él se giró de nuevo hacia Natali, pero ella no prestó atención a nada de lo que decía y ordenaba.—¡Señora, cálmese! —agregó Fred, y luego una enfermera entró para inyectarle un calmante debido a su estado agitado.Los ojos de Grace se cerraron suave
Andrew pudo escuchar perfectamente el suspiro exhalado por parte de Natali, dentro de su auto frío por el aire acondicionado, y más silente que cualquier otra cosa.Se había ido del hospital en pleno horario laboral, sí, había dejado lo más importante de su rutina, de su tan estimada responsabilidad, que al margen de lo que él era, había quebrado la regla más importante de toda su supuesta vida.«Pero, ¿Qué otra opción tuvo?»Ahora mismo no podía despegar su mirada de aquellos labios rojos, y muy hinchados. De unos ojos irritados y de una mujer que se había vuelto pequeña en su presencia.«¿Por qué había tenido la necesidad de lastimarla hace unas horas?, ¿Qué fue aquello que no pudo controlar dentro de su piel, que había estallado por hacerla una miniatura en sus manos?&
Natali se detuvo frente al espejo entre tanto aguantó la respiración por unos segundos, al ver que definitivamente ese vestido era especial. No sabía cómo explicar la sensación de tener algo que había sido escogido por Andrew, ahora mismo el cosquilleo constante junto a la intriga que le daba el saber qué pasaba por la cabeza de ese hombre en este momento, estaban comiéndosela por dentro.Soltando el aire lentamente, pasó los dedos por sus cabellos y tomó su móvil para escribir un mensaje.Aunque eran las siete de la noche, Andrew no había dejado un menaje en todo el día, y eso de cierta forma, le preocupaba.“Hola… no sé si…” Se detuvo cuando escuchó nuevamente el mismo timbre en su puerta y esta vez sintió un dolor agudo en el estómago. Puso su teléfono encima de su cama, y r&a
Por un momento todo su enojo y sus pensamientos se disiparon. Y no por el hecho de que ella estuviera confesándole que nunca había estado con un hombre en el plano en que él la arrinconó para decir. Era más bien la actitud de Natali lo que hizo que, de cierta forma, todo volviera como antes.«¿Por qué estaba en un vaivén siempre con ella?, ¿Por qué se disgustaba por cualquier tontería y quería depositar su frustración en ella todo el tiempo?», no era la primera vez que la hacía sentir mal, parecía que, de alguna forma extraña, y de una manera cruel, quisiera lastimarla para que se alejara de él.«¿Eso era lo que realmente quería?»Un grito dentro de él dijo “No”, y todo su cuerpo vibró.—Lo siento… de nuevo, lo siento —Andrew se d
Natali sintió como los dedos cálidos y firmes de Andrew apretaron su cintura, de cierta forma uniéndola más a su cuerpo de una manera… posesiva. Pudo evidenciar que su semblante había cambiado repentinamente, e imaginó que estos dos se traían grandes asperezas.Y eso también porque recordaba como habían peleado en el estacionamiento de aquel club, gracias a ella.Tampoco escuchó una respuesta de Andrew hacia su hermano, y por ese motivo observó como Adam dio unos pasos, bajando la intensidad de su sonrisa.—¿Puedo saber el nombre?, ¿No vas a presentármela…?En el momento en que vio a Andrew abrir su boca, ella se adelantó.—No tengo un nombre para ti… —refutó hacia el hombre mientras el rostro de Andrew se giró pronunciando el ceño y de cierta forma afirmando una mediana sonris
—Siento mucho haberme inmiscuido con tu familia… yo… solo no quería ser grosera… —un silencio procedió después de la disculpa de Natali, mientras trataba de arreglar su cabello y estirar el vestido hacia abajo.No tenía la más mínima idea de cómo llegar al hospital en esas condiciones. Ella necesitaba un baño, e ir a su casa, pero faltar a su pasantía era una falla que jamás se podía permitir, y estaba rezando al cielo, porque su profesor no se apareciera hoy en todo el día para visitar a sus estudiantes.También sabía que Andrew estaba furioso, a veces se sentía en una montaña rusa a su lado, y a estas alturas del partido se sentía realmente frustrada por el vaivén en el que se encontraban casi todo el tiempo. Sin embargo, no podía dejar de pensar en sus palabras comprometidas ayer por la noche, donde ton
—Andrew… —Natali se despegó de golpe cuando aquella voz fastidiosa, volvió a impregnar sus oídos.Sin embargo, al girar su rostro y su cuerpo, se quedó helada cuando vio a Andrew de pie dándole una mirada asesina, mientras esa mujer Angie, llegaba a tomar su brazo por detrás.Por supuesto, cuando ella vio a Nat y Peter se hizo la sorprendida.—¿Ustedes aún están aquí? —preguntó con repelencia, sin dejar de tocar el brazo de Andrew con posesividad.Natali apretó su mandíbula recriminando un poco el toque, el hecho es que él había quedado en algo con ella, y no toleraría que hiciera el papel de mujeriego mientras ella estuviera en su vida. O al menos en este poco tiempo que estarían juntos.Ni siquiera sabía por qué la estaba mirando como el demonio si era ella la que tendrí
—Entonces doctora, Simmons, ¿Qué ve en la placa?Nat se giró sonriendo mientras Andrew colocaba el rayo X dentro de la caja de luz, y la encendía.«¿Estaba jodida?», no tenía duda sobre eso, pero «¿Qué podía hacer ahora cuando tenía para ella esa hermosa mirada que seguía intensa y posesiva, pero que la desarmaba completamente?»Ya había pasado tres días de esa descontrolarle situación en el que pelearon hasta el cansancio. Tres días que para ellas habían sido un giro a su mundo completo, y en el que Andrew literalmente se había convertido en “Su nueva relación”.Su única relación en su jodida vida. “Bien… habrá una relación aquí… pero atente a las consecuencias… porque exigir&e