Escuchando todas las indicaciones de su tutor, junto con varios mensajes que estaba leyendo apresuradamente en su celular, Nat se dio cuenta de que, Jarol había metido la mano hasta el fondo para que ella estuviese en este hospital durante sus pasantías.
“Buenos días, Natali, espero que te haya gustado tu pequeño hogar, y que hoy sea un mejor día que ayer”
Ella soltó el aire negando y sabiendo que por supuesto él se había enterado del día de ayer. «¿Qué ojos la estaban vigilando?», no lo sabía, pero de seguro ese hombre tendría gente para ello.
“Has como si nada, eres una estudiante de medicina, y solo es una coincidencia en que te haya tocado en ese hospital”
Era otro mensaje de White.
—¿Entendido? —la voz de John Garesche, el encargad
—Entonces, Natali… ¿Quién eres en realidad?, y ¿Qué es lo que quieres? —la respiración de Andrew chocó contra su rostro. Parecía más caliente de lo normal, y también alteraba su estabilidad más de lo que suponía.Ella abrió su boca. Este hombre no era ningún tonto, no podía darle otra mentira estúpida y pensar que iba a escaparse de esta, así que cerró sus ojos duramente y luego asintió.—Estudio medicina…—¿En serio? —escupió él muy enojado y zarandeándola un poco.—Escucha… —ella habló muy bajo, y aprovechó en llevar sus manos temblorosas a sus brazos, acción que hizo que los ojos de Andrew se abrieran más—. El día del club, fue solo una coincidencia. No sabía quién eras, fue un est&uac
El hombre que estaba en su frente alzó la taza de café hacia él, mientras terminó de acentuar una sonrisa que provocó náuseas en el cuerpo de Andrew. Por supuesto, había demostrado cierto interés por Natali, tratando de defenderla de algo que desconocía totalmente y ese hombre quiso tomarle una ventaja con sus palabras.«Fred era un imbécil», y lo más seguro es que ahora persiguiera a esa tonta a donde fuera después de su reacción.«¿Por qué carajos se estaba inmiscuyendo en esos asuntos?».En silencio Andrew divisó como el médico tomó asiento revisando su celular y no olvidó que alguien lo esperaba afuera. Caminó tan rápido como pudo y al salir la encontró mirando sus zapatos mientras mordía su labio inferior.—¿Por qué siempre estás met
Debía ser una broma que ahora mismo Andrew White estaba siendo directo como un filo que no avisa a su entrada. Él estaba mirándola con desafío, y aunque no tenía experiencia con hombres, era muy claro que su mirada gritaba “deseo” por donde fuera.«¿Cómo iba a poder resolver todo este asunto después de todo?», este hombre no le importaba, él no tenía los problemas que a ella le sobraban, y después de esto, saldría con otra mujer sin importarle a nadie más ni mucho menos su vida, además, su padre lo había dicho, estaba enamorado hasta la médula de esa mujer, y Nat sabía que ella no iba a poder hacerlo cambiar de idea.Que se sintiera atraído por ella era otro cuento, y que aprovechara esa oportunidad, no se debía a que pudiera conquistar su corazón, además, no podía arriesgarse
Algo había cambiado, de eso no tenía duda, esa oscuridad que Andrew siempre reflejaba en sus ojos y esa rabia interna que lo destacaba, ahora mismo no se encontraban en su mirada.La comida había llegado, y después de su respuesta, un silencio un tanto tenso los había arropado por completo, pero para Nat fue imposible no decir la verdad, al menos no en esa pregunta tan directa y tan importante para ella.Apretó sus ojos inhalando un respiro y tomando algunos cubiertos, «eran muchos», pero no podía negar que tenía hambre y esta comida se veía exquisita. Si debía comer en silencio a partir de ahora por haber sido sincera, pues, ya pensaría en algo para quedarse cerca de este hombre, cuanto más pudiera.Andrew observó de forma discreta en como Natali comió con un gusto, que aumentó su apetito. Alzando la ceja le dieron ganas de reír,
Andrew estacionó su auto en el lugar para médicos, y pasó la llave apagando el motor. Solo apretó sus manos cuando evidenció aquella figura que no había salido de su cabeza en toda la semana y que palpitaba incasablemente en su cuerpo.Era inevitable no curvar su boca. Allí estaba Natali caminando hacia la entrada del hospital, casi corriendo y arreglando su cabello por el viento que lo desordenaba.Miró la hora en su reloj para comprobar que faltaban al menos 40 minutos para su hora laboral.Estaba evitándola, durante toda la semana había hecho un esfuerzo sobrehumano para ignorarla totalmente, porque, aunque no quisiera aceptarlo, tenía un poco de miedo para con ella.No podía sacarla de sus pensamientos. Cada vez que cerraba los ojos esa boca amplia y alegre que se mostraba para él, el tono de su voz, el color de su risa tan natural, definitivamente habían
Había un pitido agudo en su cabeza, un mareo repentino, y varias arcadas amenazaron su cuerpo.Nat no pudo dejar de observar a Grace con asombro, ella intentaba quitarse los cables de su pecho, entre tanto luchaba por levantarse. Estaba muy golpeada, y la contusión en su cabeza era peor de lo que podía imaginar.—Estoy bien —Grace dijo para luego toser con mucho esfuerzo.—Por favor, manténgase calmada, estamos ayudándola… —le explicó Andrew tratando de ajustar su collarín—. Envía una orden para una tomografía urgente —él se giró de nuevo hacia Natali, pero ella no prestó atención a nada de lo que decía y ordenaba.—¡Señora, cálmese! —agregó Fred, y luego una enfermera entró para inyectarle un calmante debido a su estado agitado.Los ojos de Grace se cerraron suave
Andrew pudo escuchar perfectamente el suspiro exhalado por parte de Natali, dentro de su auto frío por el aire acondicionado, y más silente que cualquier otra cosa.Se había ido del hospital en pleno horario laboral, sí, había dejado lo más importante de su rutina, de su tan estimada responsabilidad, que al margen de lo que él era, había quebrado la regla más importante de toda su supuesta vida.«Pero, ¿Qué otra opción tuvo?»Ahora mismo no podía despegar su mirada de aquellos labios rojos, y muy hinchados. De unos ojos irritados y de una mujer que se había vuelto pequeña en su presencia.«¿Por qué había tenido la necesidad de lastimarla hace unas horas?, ¿Qué fue aquello que no pudo controlar dentro de su piel, que había estallado por hacerla una miniatura en sus manos?&
Natali se detuvo frente al espejo entre tanto aguantó la respiración por unos segundos, al ver que definitivamente ese vestido era especial. No sabía cómo explicar la sensación de tener algo que había sido escogido por Andrew, ahora mismo el cosquilleo constante junto a la intriga que le daba el saber qué pasaba por la cabeza de ese hombre en este momento, estaban comiéndosela por dentro.Soltando el aire lentamente, pasó los dedos por sus cabellos y tomó su móvil para escribir un mensaje.Aunque eran las siete de la noche, Andrew no había dejado un menaje en todo el día, y eso de cierta forma, le preocupaba.“Hola… no sé si…” Se detuvo cuando escuchó nuevamente el mismo timbre en su puerta y esta vez sintió un dolor agudo en el estómago. Puso su teléfono encima de su cama, y r&a