—llegamos— susurró Esteban mientras sonreía.
Era demasiado tranquilo, la brisa era fría, combinaba perfecto para la caminata que habíamos hecho. A lo lejos, divisé un columpio que colgaba de las ramas de un enorme árbol, Maxi se bajó de la espalda de Esteban y se acercó a mí, con una mano me indicó que me inclinara para decirme algo.
—¿Recuerda que le dije que sería un lugar especial para él?— Me regaló una tierna sonrisa, a lo que sonreí de regreso.
Si es un lugar especial para él, me gustaría escuchar la historia detrás de este lugar.
—¿En qué piensas Emma?— se acercó Esteba a nosotros.
Negué un poco dudosa —es un espléndido lugar— sonreí.
Había grandes y numerosos árboles, había también arbustos y e
• Él •Al escuchar que Maxi estaba llorando, ambos corrimos al lugar en el que el niño estaba. Emma se hizo rápidamente cargo de todo, eso me recordaba a la vez que estuve en este sitio junto a mi madre. En esa ocasión, me había resbalado del columpio, ella tomó de igual manera el pañuelo y lo colocó en mi brazo, luego de eso, me acunó y me llenó de caricias. Por un momento sentí que Emma es tan similar a mi madre, no puedo evitar sentir curiosidad y preguntarme acerca de ella.—¿Te sientes mejor Maxi? — Preguntó Emma mientras lo tomaba en brazos.Él asintió levemente y se sentaron en el columpio, Emma se mecía con suavidad mientras acariciaba su rizado cabello, ella se veía tan maternal y dulce. Me acerqué a ellos y comencé a columpiarlos con delicadeza, no me había sentido tan tranquilo y en paz como
Todos asentimos y nos dirigimos al lugar, algo me advirtió de que Esteban había visto algo ¿qué podría haber sido?—¿Pasó algo?— Pregunté tan pronto se cerraron las puertas.—Sí, Es Abundio, estaba hablando con dos de los sirvientes, lo mejor es mantenerlos alejados de ese sitio, me pregunto… ¿De qué estarán hablando?Pasó un día y había sido llamada a la presencia del rey. Esteban estaba a mi lado hoy se decidiría sobre quién sería la mejor persona para cuidar del palacio en la ausencia del rey y el príncipe. Me sentía un poco nerviosa, pero, solamente había dos personas consideradas para tal puesto Abundio y yo. El rey quería escuchar el por qué considerábamos que éramos la persona indicada cuidar del palacio, Abundio, con toda seguridad, tomó la palabra.
—¿Es cierto lo que me dices Esteban? Si es así ¡Ese hombre debe morir!— se puso en pie.—Lo es padre, pero… aún no debe hacerlo, es algo que ha estado enterrado hace años, las demás personas podrían tomarlo como un loco— mencioné cabizbajo.—¡¿Qué se supone debería hacer?! No puedo permitir que ese hombre continúe viviendo— se dejó caer en el suelo.—Hay alguien que sabe perfectamente cómo terminar con ese hombre— puse mi mano en su hombro.Mi padre me observó con una pequeña señal de esperanza.—¿Quién es esa persona?— preguntó bastante interesado.—Es Emma, sé que es una mujer, sin embargo no hay que menospreciarla por eso. Si me pusiera a contar las veces que ha hecho cosas admirables, usted estaría tan convencid
—Lo que haremos será lo siguiente, a partir de mañana intentaré tener encuentros con Abundio. Cuando encuentre el momento oportuno, le diré «mis planes» para tomar el poder, lo citaré para hablar los detalles, para ese momento unos de ustedes estarán escondidos dentro de la habitación y otros fuera, cuando él caiga en la trampa, saldrán y terminaremos con esto— sonrió levemente.—Si funciona como planeas, podremos terminar con él al amanecer— ella asintió —y tendremos a Maxi con nosotros después de eso.—¡No tienes idea de lo ansiosa que me siento por esto! Quiero traerlo pronto— Tomé su mano.—Y lo haremos, solo falta un día para que lo tengamos con nosotros— Emma me regaló una tranquila sonrisa.• Ella •La mañana había llegado, eso significaba
—Quiero terminar con el reinado de Felisindo, me parece poco competente. Abundio, la verdad, considero que usted haría un mejor trabajo, lo he estado observando desde antes de llegar a este palacio, quería terminar con Felisindo, pero terminé siendo la esposa de su molesto hijo. Me he encontrado muchas veces con usted a la distancia y lo he admirado, lo único bueno de llegar a este lugar es esto— me senté nuevamente en la roca.—¿Esto? ¿A qué se refiere?— parecía interesado.—Que puedo hablar con uno de mis héroes de pequeña— tomé su mano —lo veía cada vez que tenía oportunidad, cuando volvía de los entrenamientos, por cierto, su habilidad con la espada es sublime. Me gustaría aprender algún día a usarla, mis padres siempre estuvieron en contra, ellos… se sienten tan amplios, sin embargo, no lo er
—Lo hago, como no tienes idea— tomé un poco del vino y lo serví —¿Le gustaría una copa?— asintió.Le serví, aunque yo realmente no bebí, solamente un sorbo, debía estar lo más sobria posible.—¿Cómo va con los planes para acabar con Felisindo?— jugué con mi copa.—Van mejor de lo que crees, he recibido una pequeña botella con el veneno que utilizaremos, la he escondido en mi habitación, debajo de la cama, en ese lugar nadie lo encontrará— sonrió de una manera bastante malvada.—Quiero acabar pronto con ellos, así podremos reinar juntos— guiñé un ojo.—Pronto lo haremos, me aseguraré de eso, es más, usted no tiene por qué ensuciar sus manos con esto, lo haré yo mismo.—¡Entonces no hay manera de que haya alg&u
—Emma ¿Qué pasó al fin con Gerundio? Y ¿Qué le pasó a la puerta?— preguntó Isabel entrando y observando alrededor.Esteban y yo nos alejamos al instante, estábamos un poco sonrojados, respiré hondo y me acerqué a ella.—Llama al resto del equipo, ¡Tenemos noticias!— Exclamé bastante emocionada.—¿Deberíamos llamar al carpintero?— preguntó a lo que asentí.—Es una ocasión para celebrar, preparen todo y cenemos juntos aquí— Sugirió Esteban.—¡No puedo esperar para tener a Maxi con nosotros!— di pequeños saltitos.Pasaron un par de horas y estábamos juntos cenando, las risas no faltaban, es más, las anécdotas de Fabián nos alegraban a todos. Antes de estar en el palacio, había estado en otro reino. Cuando era
Mi hombro aún dolía, pero no podía negarme a lo que estaba en frente de mí, me acerqué al rey y tomando la espada en mis manos, me incliné para dedicarle unas últimas palabras a ese hombre.—Mi padre me decía: «El peor enemigo de una persona es ella misma, porque cuando se embriaga de soberbia y orgullo, hace hasta lo imposible por destruir todo a su alrededor, sin embargo termina destruyéndose, quedando solo y miserable». Es una pena que haya decidido tomar un mal camino, arrastrando consigo la vida de esas dos mujeres y su familia. Ahora, morirá por la mano de una mujer y para mí, es un honor vengar sus muertes, no obstante, no se sienta mal, cuidaré bien de mi esposo y mi hijo— al terminar de hablar elevé la espada y con fuerza la dejé caer.El pueblo estuvo en silencio por cinco segundos, pero después de eso, gritaron de felicidad, llev&e