Por Carolina
Mi hermana no podía quedar embarazada.
Me mandaron con ella, le daba mi bebé, ellos la anotaron como propia y yo era la tía.
Me permitieron quedarme a vivir con ellos… como la tía.
No fue fácil.
Mi cuñado me convirtió en una mucama.
Tenían dos personas de servicio. sin embargo todo recayó en mí.
Gracias a Dios él viajaba bastante.
Era violento con mi hermana.
Nació Priscila, era un sueño de criatura.
Mi hermana la adoraba.
La amamante hasta cerca del año.
Luego le enseñaron que yo era la tía y Paula su mamá.
Gracias a dios, me permitió seguir estudiando.
Todo empeoró luego que mi hermana quedó embarazada y tuvo a su propia hija.
No por parte de mi hermana, que jamás hizo diferencia entre las dos niñas.
Me permitieron manejar todos los autos, yo era la que llevaba a las niñas al jardín de infantes y a cualquier otro lado, si salían a cenar con las niñas, era yo la que iba para hacerme cargo por si alguna se ponía molesta.
Eran dos angelitos.
Prefería estar allí, recibiendo maltratos de mi cuñado, pero defendiendo con uñas y dientes a las niñas.
Mi hermana le tenía terror a su marido.
Su matrimonio era una gran farsa.
Mi pobre hermana estaba viviendo un infierno.
No tendrían por qué vivir así.
Tenían dinero para tirar para arriba.
Él venía de una familia de alcurnia.
Salguero Roca.
¡Cómo si su segundo apellido fuera algo de qué enorgullecerse!
Basta recorrer la historia de nuestro país para darse cuenta que desde sus antepasados hasta hoy, eran todos iguales.
Ese era otro tema.
Paula no manejaba mucho dinero en efectivo, él no le daba dinero, un poco, apenas.
Le compraba ropa a morir a mi hermana, eso sí, y lo hacía porque tenía que lucirla.
Y Paula era hermosa, de esas mujeres que derrochan simpatía y elegancia, y cuando entraba a un lugar todos volteaban a verla.
En más de una ocasión él le eligió el atuendo y luego, el viaje de la vuelta, era caótico, por las miradas que recibía mi hermana de otros hombres.
Un loco.
Para colmo de males le metía los cuernos.
Ella lo aceptaba.
Sabía que no podía huir fácil de él.
Mis padres no la hubiesen apoyado.
Yo era la que más me enfrentaba a mi cuñado, aunque no demasiado, quería seguir teniendo a las niñas conmigo.
De puertas para afuera eran la familia perfecta.
Vacaciones en la mansión de Punta del Este.
En invierno solíamos ir al Sur, a un centro de Sky, donde él tenía un hotel.
Sé que mi hermana daría todo, con tal de estar tranquila con las niñas.
Le cambiaba el carácter cuando él estaba de viaje.
Por suerte lo hacía cada vez más a menudo.
Hasta el día del fatal accidente.
Habían ido a un evento a la ciudad costera más próxima.
Hector, mi cuñado, como muchas veces, le eligió el atuendo.
Aunque no habían llegado a la puerta de calle y ya la estaba maltratando.
-Andá solo.
Se animó a decirle mi hermana.
-En tus sueños.
Las niñas la llenaron de besos como nunca, como presintiendo algo.
Yo seguí el comportamiento de mis bellas niñas.
La abracé fuerte, para darle ánimo.
Y eso fue todo.
De madrugada se presentó la policía, hubo un accidente.
Eran ellos.
Murieron en el acto.
Ese hijo de puta tenía 1.5 de alcohol en sangre.
Chocó contra un wat rai, solo, una curva un poco cerrada.
Conocía bien la ruta.
Fué porque estaba borracho.
Con esa borrachera se llevó la vida de mi dulce y hermosa hermana.
Tenía los ojos llenos de lágrimas.
Me había perdido en mis pensamientos.
-Caro…
La miré, es verdad estaba muy lejos de allí.
-¿Sabés quién es Sergio Hortiguera Del Valle?
-Tu jefe…. el abogado más implacable que existe.
-Exacto.
-¿Y?
-Existen dos.
-No te entiendo.
Busqué en mi celular la cara de Sergio Hortiguera Del Valle.
Senior…
Se la mostré.
-Ya lo habíamos visto.
-Vimos para la misma m****a.
-No te entiendo.
-El señor es la cara de las t***s de las revistas de abogados más prestigiosas, es implacable, pero hay otro que también es implacable y que también sale en las revistas, no revisamos las revistas del corazón, donde Sergio Hortiguera Del Valle Juniors, el implacable y frío abogado, es un mujeriego empedernido, que a pesar del respeto que genera en los tribunales, es una m****a como persona.
-¿Te acosó?
-No, no se permitiría eso con sus empleadas.
-No entiendo.
Busqué una foto y se la mostré.
Pegó un grito mientras se tapaba la boca con ambas manos.
-Quería salir corriendo.
-¿Te reconoció?
-No, soy muy insignificante para que me recuerde.
-Sos hermosa, no digas lo contrario.
-No lo digo, pero pasaron más de siete años.
-¿Qué vas a hacer?
-Nada.
-¿Nada?
-Él, gracias a Dios no me registró, aunque me preguntó si nos conocíamos, pero debe ser que cuando lo vi, mi cara se transformó.
-Espero que jamás se entere.
-No tiene cómo hacerlo.
-¿Cómo está ahora?
-¿A qué te referís?
-¿Sigue siendo lindo?
-No me fije…
-Ok, señorita mentirosa, debe ser un potro total.
-Que es prohibido para mí, sí por 7 años no tuve novio, no salí con alguien, puedo estar así toda mi vida.
-Carolina, tenés 22 años ¿De qué hablás?
-Tengo 2 niñas de las que me tengo que hacer cargo y ellas son mi prioridad.
-Sos hermosa, joven, inteligente…
-Y tengo dos niñas.
-Podés aspirar a tener novio, como mínimo.
-Jamás metería a un hombre en mi casa.
-En eso tenés razón, pero podés tener a alguién con cama afuera.
-No, no puedo y lo sabés.
Cerré los ojos por un momento y recordé esa noche….
Para mí significó todo y para él nada.
Esa es la diferencia.
Mi vida cambió esa noche, y me hice cargo.
Me preguntaron mil veces de quién era mi bebé.
Parecía que lo estaba ocultando, pero nunca me había dicho su nombre.
La señora de la casa donde se estaban quedando, había fallecido y ellos estaban allí para poner en orden algunas cosas.
Eso me enteré después.
Nadie los conocía.
Como no pensaba abortar, mis padres decidieron por mí y por mi hermana, a ellos les molestaba que mi hermana no pudiera tener hijos.
Una locura total.
Paula era un ser de luz.
Amorosa por donde la mires.
El poco efectivo que le dejaba su marido, lo cuidaba como oro y me iba dando dinero para que me maneje en la calle.
Ok, a lo mejor no era poco, aunque yo creo que sí.
No pido que me mantengan, aunque no le hubiera costado nada, era millonario.
Yo estaba feliz ocupándome de las nenas y hasta de los quehaceres domésticos.
Tenía techo, comida, y estaba cerca de mis dos soles y de mi querida hermana.
Solo digo que el tipo, el marido de mi hermana, era un cerdo.
Nunca se propasó conmigo.
Cierta vez que mi hermana había ido al médico, un control ginecológico de rutina y Brenda tenía unos grados de temperatura, me quedé en la casa cuidando de las niñas.
Escuché los gemidos salir de la habitación de mi hermana.
Ella no estaba….
Al rato salió de allí una sirvienta.
Pechugona, ordinaria, y la pobre apenas podía pronunciar dos palabras correctamente.
Me miró fijo cuando se dio cuenta que sabía lo que hizo.
-Si hablás, no volvés a ver a tu hija.
Esas palabras bastaron para que me callé la boca.
El cerdo se revolcó en la misma cama que compartía con mi hermana.
Lo único que atiné a hacer, fue cambiar las śabanas.
El hijo de puta se reía.
-Las cambié ayer.
Dijo mi dulce hermana.
-Perdón, me confundí.
Ese es el único secreto que le oculté.
Es que era muy capaz de mandarme a freír churros y dejarme sin ver a las niñas.
Hicieron tres meses del accidente.
Casi no escribía nada en el f******k, pero subí una foto de mi hermana que estaba con las niñas y conmigo.
¨TE EXTRAÑO¨
Fue lo único que puse.
Tampoco tenía tantos amigos en el f******k, ni en la vida real.
No se me permitió invitar a mis compañeros de colegio o de facultad a la casa.
Cuando mi cuñado no estaba tampoco lo hacía, si se enteraba, la que iba a tener problemas era mi hermana.
Al principió tenía media beca en la facultad, pero un día se enojó, aún no recuerdo porque y dijo que no iba a pagar nada.
Comencé a hacer pasantías en los juzgados.
Fue allí donde conocí de nombre, al implacable Doctor Sergio Hortiguera Del Valle.
El último año, por mi promedio, me dieron la beca entera, igual seguí trabajando en los juzgados.
Fue agotador, porque las cosas de la casa, aunque tuvieran sirvientas, dependían de mí, al menos cuando Hector estaba en casa.
A esa chica con la que se acostó ese día, la despidió al día siguiente.
-Ya tenemos que donar la ropa de ellos, se debe revolcar en la tumba sabiendo que sus trajes caros, a medida, van a parar a un comedor de gente humilde.
-La ropa de tu hermana quedátela vos, tenían el mismo talle.
-Me da pena.
-Pero es lo que ella hubiese querido, además tenía un montón de trajes formales, muy femeninos, que te sirven para trabajar.
-Tenemos que juntar la ropa cuando las nenas estén durmiendo, con lo cual, vamos a hacerlo de a poco.
Paula tenía mucha ropa, que casi siempre se la elegía el marido.
Por eso no entiendo como se podía enojar cuando la miraban.
Decía que era la actitud de ella.
Era mentira.
Al día siguiente, en cuanto las niñas se durmieron, comenzamos a guardar la ropa de mi cuñado, muchos trajes a medida, camisas de marca, etc.
Encontramos tarjetas de prostitutas en varios bolsillos, no sé qué prostitutas eran, pero Lulú o Mimí, con imágenes de pechos detrás de su nombre, no eran empleadas públicas seguro.
También encontramos mucho dinero en efectivo, muchísimo.
Lo que equivaldría a cubrir por un año, el gasto de la casa y el colegio de las nenas.
La primera noche juntamos la ropa de él.
La dejamos en bolsas, en la camioneta que estaba en el garage.
Busqué en G****e algún comedor donde se la podría donar.
-¿Y si la vendés? Tendrías dinero para varios meses más.
-Ya lo sé, pero el placer de ver gente humilde con trajes caros, que se lo merece más que ese hijo de puta, no tiene precio.
Al otro día sacamos las sábanas, toallas y toallones, también acolchados, solo dejé dos que eran los preferidos de Paula.
Hice lo mismo, recorrí la ciudad dejando en las manos de las personas que necesitaban.
No se lo iba a dejar a algún encargado, para que termine vendiendo la ropa, perdón, me volví desconfiada.
Llegó el día de la parte más difícil…
La ropa de mi hermana.
La ropa interior y lencería la guardé en bolsas, con mucho cuidado.
La ropa interior sin estrenar, a pedido de Andrea me la quedé yo.
Había dos camisones de ositos, que a las nenas les encantaba y mi cuñado, obviamente odiaba, los guardé.
Lo pensé bien, la ropa de mi hermana era de mi talla y ella hubiera preferido que yo las usara, así que la incorporé a mi guardarropas.
Con muchas lágrimas de por medio.
Muchas prendas olían a ella.
Ese aroma tan peculiar..
Fue terriblemente difícil.
Encontré algo más de efectivo, lo escondía del marido.
También estaba la caja fuerte, escondida dentro del vestidor, sin embargo yo no tenía acceso, se abría con la huella digital de ellos.
Sé que mi hermana tenía joyas, que eran producto de regalos de los primeros años de su matrimonio.
Jamás las vendería, son para las pequeñas cuando crezcan.
Llegó el lunes y comencé a trabajar.
Estaba en el piso 16, no tenía contacto con él.
No quería tener contacto con él, cuanto menos lo vea, mejor.
Por SergioEstaba esperando al mejor promedio de la última camada de la facultad de derecho.Francamente esperaba un ratón de laboratorio, la típica nerd.Anteojos de aumento, castaña y de rulitos, no sé porqué me la imaginé así.Cuando entró una rubia espectacular, de esas que te dejan sin aliento, y debo decir que muy pocas veces, una mujer me deja sin aliento.Parecía de 20 años, aunque evidentemente tenía algunos pocos más.Era dueña de unos ojos grises que movilizan al mismo demonio.Le extendí la mano, no suelo hacerlo.Se presentó titubeando, parece que yo también la impacté.-¿Nos conocemos? Tuve la sensación que así era.-No, no lo creo señor.Mierda, me trata de señor.-Es que esperaba a alguien mayor.Confiesa.-Te escucha mi padre y no te contrata.Se puso colorada.-Perdón.-Es nuestro secreto.Le dije mientras le guiñaba un ojo.-Gracias.Estaba incómoda, se notaba.Le hablé rápido, la verdad es que tenía tiempo, pero me distraía demasiado con su boca.Comenzaría el lun
Por SergioNos encontramos con un cliente, que nos pidió por favor si lo podíamos ver ese sábado por la tarde, lo hicimos en la confitería del primer piso de un gran shopping.Tenía un gran patio balcón que daba a la avenida principal.El cliente en cuestión ya se había retirado, serían las 7 de la tarde, por lo cual, decidimos pedir una picada y un par de cervezas.Estábamos charlando con Omar, debatiendo el caso, cuando mi amigo me dice...-¿No es tu empleada?Miro hacia la vereda de enfrente y saliendo de un supermercado, estaba Carolina, con dos nenas pequeñas, aunque no demasiado pequeñas como para ser sus hijas, tenían su mismo tono de cabello.Detrás de ella, un empleado llevaba un changuito de supermercado, se dirigieron a un BMW rojo, bastante nuevo.Le abre la puerta de atrás a las criaturas y le da una propina al empleado.Se dispone a guardar los comestibles, cuando pasa un muchacho y la ayuda a guardar los comestibles, mientras pasa un auto que el que conduce, le grita.-
Por SergioAllí está ella, mordiéndose los labios otra vez ¿No sabe lo que me provoca?¿Lo hace a propósito?Doy la vuelta a mi escritorio, me encanta incomodarla, pero mucho más me encanta tenerla cerca.-Señor…-Puede parecer una locura, pero decime exactamente qué preguntas le harías, hacé de cuenta que soy el acusado.Me miró asombrada.-Hacelo exactamente como lo harías en el estrado.Pensé que me iba a decir que no tenía el cuestionario a mano, pero no, comenzó a moverse, con una gracia sin igual, haciendose la linda, tratandome casi despectivamente, si yo hubiese sido el acusado y sería gay, sí, evidentemente me ofendería y llegaría mi punto de quiebre, puede que lo haga confesar.El tema es que no soy gay y ella me atrae como un animal en celo.Ya no podía pensar con claridad.-Bien, a lo mejor podés lograrlo, yo voy a estar a tu lado en todo momento y ahora vas a escuchar, vas a aprender cómo van a ser mis señales, cuando te digo basta, la cortás con la pregunta, sin rechistar
Por SergioLos periodistas que nos estaban molestando y los pequeños grupos de distintas comunidades, salieron todos huyendo como ratas.Recién cuando arrancó la ambulancia, corrieron hacía ella algunos camarógrafos.Sí, en el momento en el que tenían que despejar la calle.Le pusieron oxígeno y le cortaron su precioso saco rosa, también lo hicieron con la blusa de ¿Encaje? No lo creo, era una tela parecida, quedando solo con un corpiño blanco, este sí era de encaje, cubriendo parte de su...delicioso pecho.Dios, tiene una bala y yo…-Fué sólo superficial, la bala apenas la rozó, dejando quemaduras apenas profundas, fue solo un roce.Me volvió el alma al cuerpo.Comienza a moverse en la camilla.Reacciona tratando de sacarse la mascarilla.-Las nenas.Dice con voz bastante débil.Está asustada, es su primer juicio y quisieron matarla dos veces.-Las nenas…Insiste.Busco en su cartera, no sé desde cuando la tengo yo, agarro su celular, no quise ahondar con las cosas que tenía dentro
Por SergioLe inmovilizaron el brazo, solo por 48 horas y por precaución, no quiero ni pensar si no me hubiera dado cuenta a tiempo.La podría haber matado.Se me puso la piel de gallina.Si le hubiera pasado algo, sus adoradas sobrinas, que ya habían sufrido por la muerte de sus padres... Dios.Le pasé un brazo por los hombros, en forma protectora, solo eso.No quiero pensar lo que siento al tenerla tan cerca.Gracias a Dios no hay periodistas.La llevo hacia mi auto y le abrocho el cinturón de seguridad, le pasé tan cerca de sus labios que tuve que hacer un esfuerzo enorme para no besarla.-Indicame, por favor.Fuimos la mayoría del tiempo en silencio, ya era tarde, cerca de las 10 de la noche.Llegamos a una verdadera mansión, ella me había dicho que quería la custodia y la tía por el otro lado, quería el dinero.-Tenés custodia policial, desde ahora y por una semana, después vamos viendo.-No creo que... -No te estoy preguntando.-Soy la empleada que más cara te sale.Me reí, es
Por SergioMi abogada tiró una lonita sobre la arena y se puso a jugar con las criaturas.Cantaban algo, no se entendía, por qué no lo hacían muy fuerte.Hicieron castillos en la arena, las niñas pidieron algo que pasaron vendiendo y se los compraron la primera vez que lo señalaron.-Dios, amo a esa morocha.Dice Omar, sin dejar de mirar a la amiga de Carolina.-Se llama Andrea.Las llevan al mar, hasta la orilla, Carolina alza a la más chiquita.Todo el tiempo está pendiente de las niñas, lo tiene muy incorporado, como si fueran parte de ella misma.Jugaron a la paleta con las nenas, era más buscar la pelotita que jugar, luego las criaturas se sentaron en un costado y las que jugaron fueron las amigas.Los hombres que pasaban le decían un montón de cosas, aunque medidas, ya que era un sector privado.-¿Son conscientes de lo que provocan las dos juntas?Pregunta Omar.-Parecen indiferentes al mundo.Luego de un rato, volvieron a las reposeras.Les compró un helado a cada una de las ne
Por CarolinaEl sábado había demasiado viento, por lo que no fuimos a la playa.De todos modos, la mansión contaba con un extenso parque, tenía una pileta al aire libre y otra climatizada, así que nos entretuvimos toda la tarde, Andrea se fue a trabajar y nosotras tres, fuimos al supermercado.Brenda estaba sentada en la silla del carrito del supermercado y Priscila disfrutaba alcanzado todo lo que necesitábamos.Cuando pegamos la vuelta por un pasillo, ahí estaba él, empujando un changuito... Eso no se lo cree nadie.Priscila, cuando lo vió, salió corriendo para abrazarlo.Me dejó sin aliento su actitud.Él la alzó y se acercó a nosotras, con ella en brazos.Priscila lo tenía abrazado como si fuera un pulpo.La depositó en el suelo e inmediatamente Brenda le estiró los brazos.También la alzó por unos minutos y la volvió a sentar en la sillita.-Hola, Carolina, qué casualidad.-Sergio... ¿Vos hacés tus propias compras?Me da un beso en la coronilla, yo estaba con zapatillas, que a
Por CarolinaAl final acepté a la nana de Sergio, él no iba a exponer a mis chiquitas.Parece sincero cuando se dirige a ella, de todos modos es un hombre responsable, nada que ver con aquel jovencito que no se cuidó... Andrea me contó que Omar pasa varias veces por semana para verla donde ella trabaja, que la invita a salir, hasta ahora manejó la situación, me dijo que me quede tranquila que jamás va a revelar mi secreto.La invitó a la cena, con la excusa de que yo me iba a sentir más acompañada cuando reciba el premio.Esa tarde, cerca de las 19, llegan dos paquetes inmensos, eran dos cajas, una a nombre de Andrea y otra a mi nombre.Abrí la mía, las nenas estaban excitadísimas, les dije que era un vestido para mí, porque tenía una reunión de trabajo.Estaban entusiasmadas.Saqué el vestido, era rojo, largo, de fiesta, exclusivo, con un escote que nacía desde abajo del pecho, aunque no se abría con los movimientos, tenía una falda amplia, con un tajo que casi llegaba hasta la cad