Abuelos

Por Carolina

Al otro día, lo vi pasar en brazos de una morocha espectacular, que no era la que había estado con él, en mi oficina.

Al día siguiente, yo venía entrando con un cliente, era un caso importante y Sergio estaba saliendo con una mujer, una rubia bastante bonita; por lo que veo, va cambiando de chica.

En cuanto me vio, hizo el mismo teatro, la beso con alma y vida.

Yo lo ignoré y traté de concentrarme en el cliente, quién me dejó pasar primero con un gesto de caballero.

Se nota que Sergio no se había percatado que yo estaba charlando con ese señor, cuando lo notó, se dirigió a mí y me tomó del brazo, me arrastró, metiéndonos en un cubículo de recepción, estábamos del otro lado del mostrador, la puerta giratoria se cerró, pero todas las empleadas de recepción nos estaban viendo.

Me pegó contra una pared y se pegó a mí.

-¿Quién es?

-Un cliente.

-Mentira, ya me reemplazaste.

-Estás loco, es un cliente.

-Te voy a sacar a Priscila.

-No te vas a atrever.

-Ya te olvidé y si me segu
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