Por Sergio
Allí está ella, mordiéndose los labios otra vez ¿No sabe lo que me provoca?¿Lo hace a propósito?
Doy la vuelta a mi escritorio, me encanta incomodarla, pero mucho más me encanta tenerla cerca.
-Señor…
-Puede parecer una locura, pero decime exactamente qué preguntas le harías, hacé de cuenta que soy el acusado.
Me miró asombrada.
-Hacelo exactamente como lo harías en el estrado.
Pensé que me iba a decir que no tenía el cuestionario a mano, pero no, comenzó a moverse, con una gracia sin igual, haciendose la linda, tratandome casi despectivamente, si yo hubiese sido el acusado y sería gay, sí, evidentemente me ofendería y llegaría mi punto de quiebre, puede que lo haga confesar.
El tema es que no soy gay y ella me atrae como un animal en celo.
Ya no podía pensar con claridad.
-Bien, a lo mejor podés lograrlo, yo voy a estar a tu lado en todo momento y ahora vas a escuchar, vas a aprender cómo van a ser mis señales, cuando te digo basta, la cortás con la pregunta, sin rechistar, sin querer imponerte como lo hacés siempre.
-Yo no me quiero imponer.
-Ya estás contestando.
-Perdón.
-Y quiero saber qué significó tu nueva estrategia de coquetearme delante de todos.
-Yo no le coquetee, señor.
-Te acercaste y me acariciaste el brazo.
Se puso colorada, yo estaba resistiendo la tentación de hacerle el amor en mi escritorio.
Me acerqué a ella, que retrocedió y se chocó con la pared, sí, la había ido llevando de a poco para ese lugar.
-¿Hacer esto no es coquetearme?
Le digo mientras lentamente deslizo mi mano por su brazo, pero inicié al revés, desde la muñeca fui subiendo mi mano y terminé en su cuello.
Me inclino hacia ella, no es baja, pero aun con zapatos de taco alto, me llega a la nariz.
-Prepárate lo mejor que puedas, en dos días comienza el juicio.
-Se..señor…
Ya la había acorralado por completo, estábamos muy juntos, una mano mía jugaba en su cuello y la otra estaba en su cintura, la atraje hacía mí.
Mi miembro estaba más que despierto y ella lo estaba sintiendo.
Comencé a besarla, no podía moverse, no me iba a dar un cachetazo, no era su estilo y entiendo que lo que estaba haciendo era acoso sexual, m****a, tal vez caí demaciado bajo.
Sin embargo la siento temblar en mis brazos, eso me llevó a deslizar la mano que tenía en su cintura, por debajo de su blusa, recién estaba rozando un pezón por arriba del corpiño que parecía de encaje y ya sentía, como se le iba endureciendo, estaba anonadado, la podía hacer mía.
-Chiquita, sos muy hermosa.
Se lo dije cuando paré para respirar, estaba totalmente agitado.
Me imagino que ya debía estar húmeda, cuando iba a comprobarlo, Omar abre la puerta de mi oficina.
Yo estaba de espalda a ella.
Me separé.
-¿Quién m****a interrumpe?
Carolina, roja como un tomate, sale huyendo de mi oficina.
-¿No te dijo mi secretaria que estaba ocupado?
-No, solo me dijo que estabas con los abogados juniors.
-Hace lo que se la canta, Susana, vení inmediatamente.
-Sí señor.
Me dice intentando coquetear.
Nunca tengo nada con mi secretaria personal, es una regla divina.
-No decidas si estoy ocupado o no.
-Lo siento señor, pensé que estando con la Barbie…
-¿Barbie?
-Sí, la rubia que piensa que es la más hermosa de las mujeres.
-Es líder de equipo y va a ser ascendida próximamente, estábamos preparando un caso importante, vos no pienses, no te pago para eso y otra cosa, se llama Carolina, retírate.
-¿Un caso importante?
-M****a, boludo, ya casi la tenía.
-Sin embargo salió huyendo…
Mi amigo del alma está a punto de dejar de serlo.
-Va a hacer el interrogatorio.
-Estás loco…
-Puede ser, pero la adiestré para que entienda todas mis señales.
-Eso quiero verlo.
Llegó el gran día, sé que no tenemos pruebas suficientes, necesitamos la confesión y espero realmente que Carolina pueda con eso.
Llegó al juzgado, vestida con un conjunto tipo Chanel, por arriba de las rodillas, apenas, pero le marcaba la cola y se le notaba cuando se movía, aunque el saco hacía el intento de cubrirla.
Toda vestida de rosa, oh sí, me hizo acordar a Elle, no se lo dije para no ponerla nerviosa, porque el que estaba nervioso, mirándola, era yo.
Encuentro la mirada de Omar, puesta en ella, y una sonrisa que le aflora.
Por ahora lo ignoro.
Llegó por fin el momento del interrogatorio, era rápido, no había testigos, nada de nada.
Nadie quería atestiguar ni a favor ni en contra, mejor, menos energía que se pierde.
Carolina se paró, se acomodó el cabello, le hizo una especie de carita y le sonrió.
Creo que por la cara que puso, el acusado odia a la mujeres y mucho más del tipo que representaba mi bella rubia.
Comenzó a hacerle preguntas de rutina, mientras paseaba, contoneándose, parecía estar en una pasarela.
El acusado estaba cada vez de peor humor.
-¿Su padre aprobaba su condición sexual?
-Eso que te importa.
-Conteste por favor, señor.
Se lo dijo en forma despectiva y ese tono hizo exasperar al infeliz.
-No, se vé que quería que me case con una putita asquerosa como vos.
-No le pregunté su opinión sobre mí, señor.
-M*****a, se nota en tus palabras y en tu forma de ser que me tenés el mismo desprecio que ese ser despreciable que era mi padre.
Suspiró, se acomodó el cabello nuevamente y luego le sonrió con altivez.
-Usted no sabe si yo lo desprecio y si lo hago, no es por su condición, solo estoy acá para demostrar que usted mató a su padre, que es un violento y que ninguna persona merece ser asesinada.
-Conozco a las de tu clase y se merecen sufrir tanto como sufrí yo, en manos de ese hijo de puta.
-Pero eso no le da el derecho de quitarle la vida y estoy demostrando mi punto, es usted un violento.
Le hace otra especie de carita, creo que el acusado quiere saltarle encima para acogotarla.
-La violenta sos vos, porque me tratás con desprecio, lo veo en tus ojos.
-¿También su padre lo trataba con desprecio?¿Lo iba a desheredar por ser gay?
-M*****a puta, sí, lo iba a hacer y no le di el tiempo, mi buena puntería me precede, con el primer tiro lo maté y ahora te voy a matar a vos, yegua hija de puta.
Sin más, saltó sobre el estado y le dio una trompada en la cara, a Carolina, quién cayó, casi desmayada al suelo, ni los oficiales que estaban al lado del acusado pudieron preverlo, luego de eso, le iba a dar una patada, el alguacil de la corte, sacó su arma y le disparó en una pierna, haciéndolo caer.
Yo ya estaba al lado de Carolina, al igual que Omar.
Vinieron dos ambulancias, aunque Carolina, cuando estuvo un poco mejor, se negó a ir al hospital, era un pequeño corte superficial, no requería puntos, el hematoma, que ya había aparecido en su delicada piel blanca, se le iría en unos días.
Estábamos en una sala, ella, Omar y yo, esperando que se calme el tumulto.
Sin embargo ya sabía que en cuanto saliéramos, una bandada de periodistas carroñeros, se nos iban a tirar encima.
Nos iban a acusar de estar en contra de los derechos de las personas, en contra de la diversidad sexual, etc.
-Lo lograste, chiquita.
Le digo con una sonrisa, la cual ella me devuelve.
-¿Te duele?
-Un poco
-No te saques el hielo, no te tendría que haber expuesto, pero fuiste muy valiente y con cada insulto de él, te envalentonabas.
-Gracias, ese era el plan...
-Carolina, ésto no terminó.
Le dijo Omar.
-¿No?
Preguntó asombrada, abriendo sus hermosos ojos grises.
-No, preciosa.
Le digo yo.
-Ahora que salgamos, nos van a rodear un montón de periodistas y muchos no tiene las mejores intenciones, se van a quejar y van a tratar de hacerte ver como una antiderechos humanos, a lo mejor van a estar los de la comunidad gay..
-Pero se trata de un hijo que mató a su padre…
-Eso mismo repetí todo el tiempo, aunque voy a tratar de hablar yo, si Omar te dice algo, escuchá y repetí lo que te indica, él va a estar detrás tuyo y yo a tu izquierda.
Asiente.
-Decime cuando estés preparada.
-Ya lo estoy.
-¿Querés agua, café?
-No, gracias.
-A la jungla, entonces.
La ayudé a ponerse de pie y le acomodé el cabello, solo estoy siendo considerado con una empleada que sufrió un ataque en la corte, no sé porque la sonrisa de mi amigo.
Le di un casto beso en su frente, necesitaba ánimos.
La llevo, con mi mano en su espalda, no es un abrazo ni nada, solo soy un caballero.
Apenas salimos de los tribunales, ya habíamos dispuesto la custodia policial, pero no alcanzó, nos rodearon cerca de 20 periodistas, haciendo preguntas que no tenían que ver con el caso.
-Si son respetuosos, no nos empujan y se ordenan, les vamos a contestar 5 preguntas.
Les digo yo, sabiendo que no van a ser 5 preguntas.
-¿Por qué están en contra de la comunidad gay?
-No estamos en contra de ninguna comunidad
-¿Lo trataron distinto por ser gay?
-Lo tratamos como a cualquier otro acusado.
-¿Te sentís superior por ser bella?
Carolina me mira y toma el micrófono.
-Trato a todas las personas como un igual, respeto y exijo respeto.
-Sin embargo tu tono tenía cierto desprecio.
-Es un asesino ¿Que pretenden?
-¿No se merecía un trato distinto al pertenecer a una comunidad tan golpeada?
Le iba a contestar, pero Carolina, que ya estaba perdiendo la paciencia y eso no era bueno,
se adelantó.
-¿Ustedes quieren decir que una persona, por ser gay, merece ser perdonado por asesinar a su padre a sangre fría?
Dió vuelta la acusación, estoy asombrado.
-Bueno no tanto..
-Exacto, no estamos acusando a un gay, estamos acusando a un hijo que mató a su padre, no importa si es gay, bisexual o heterosexual, es asesino y así debe ser juzgado.
-Si, pero..
-Sin excusas, todos somos personas, iguales ante la ley, no importa si somos, negros, blancos, judios, catolicos, gay o no, el que es un asesino tiene que estar preso.
Nerviosa y todo, puede mantener la calma y seguir fiel a su punto, me encanta eso.
-Hija de puta, por tu culpa, mi amor está preso y no va a recibir la herencia, te voy a matarrrrr.
Sin más, el hombre que estaba gritando, saca un arma y dispara, yo la atraigo hacia mí, pero igual una bala le da en su brazo derecho, cerca de su hombro, cinco policías terminaron ultimando al hombre que había disparado, Carolina se desvaneció en mis brazos, la alcé a upa, era más liviana de lo que aparentaba.
-¡Una ambulancia para mi abogada!
Grito desesperado, mientras bajaba las escalinatas de los tribunales con ella en brazos.
Omar corría delante mío, exigiendo ya una ambulancia, todo era un caos.
Apenas terminé de bajar las escalinatas, ya habían tres ambulancias.
-Es mi abogada.
Sigo repitiendo.
Se acercaron dos paramédicos con una camilla y realmente me costó soltarla.
-Doctor, por favor…
Me dice un paramédico.
-Voy con ella en la ambulancia.
No les di opción a nada, tampoco la iba a dejar sola.
-Ocupate del resto.
Le dije a Omar.
Por SergioLos periodistas que nos estaban molestando y los pequeños grupos de distintas comunidades, salieron todos huyendo como ratas.Recién cuando arrancó la ambulancia, corrieron hacía ella algunos camarógrafos.Sí, en el momento en el que tenían que despejar la calle.Le pusieron oxígeno y le cortaron su precioso saco rosa, también lo hicieron con la blusa de ¿Encaje? No lo creo, era una tela parecida, quedando solo con un corpiño blanco, este sí era de encaje, cubriendo parte de su...delicioso pecho.Dios, tiene una bala y yo…-Fué sólo superficial, la bala apenas la rozó, dejando quemaduras apenas profundas, fue solo un roce.Me volvió el alma al cuerpo.Comienza a moverse en la camilla.Reacciona tratando de sacarse la mascarilla.-Las nenas.Dice con voz bastante débil.Está asustada, es su primer juicio y quisieron matarla dos veces.-Las nenas…Insiste.Busco en su cartera, no sé desde cuando la tengo yo, agarro su celular, no quise ahondar con las cosas que tenía dentro
Por SergioLe inmovilizaron el brazo, solo por 48 horas y por precaución, no quiero ni pensar si no me hubiera dado cuenta a tiempo.La podría haber matado.Se me puso la piel de gallina.Si le hubiera pasado algo, sus adoradas sobrinas, que ya habían sufrido por la muerte de sus padres... Dios.Le pasé un brazo por los hombros, en forma protectora, solo eso.No quiero pensar lo que siento al tenerla tan cerca.Gracias a Dios no hay periodistas.La llevo hacia mi auto y le abrocho el cinturón de seguridad, le pasé tan cerca de sus labios que tuve que hacer un esfuerzo enorme para no besarla.-Indicame, por favor.Fuimos la mayoría del tiempo en silencio, ya era tarde, cerca de las 10 de la noche.Llegamos a una verdadera mansión, ella me había dicho que quería la custodia y la tía por el otro lado, quería el dinero.-Tenés custodia policial, desde ahora y por una semana, después vamos viendo.-No creo que... -No te estoy preguntando.-Soy la empleada que más cara te sale.Me reí, es
Por SergioMi abogada tiró una lonita sobre la arena y se puso a jugar con las criaturas.Cantaban algo, no se entendía, por qué no lo hacían muy fuerte.Hicieron castillos en la arena, las niñas pidieron algo que pasaron vendiendo y se los compraron la primera vez que lo señalaron.-Dios, amo a esa morocha.Dice Omar, sin dejar de mirar a la amiga de Carolina.-Se llama Andrea.Las llevan al mar, hasta la orilla, Carolina alza a la más chiquita.Todo el tiempo está pendiente de las niñas, lo tiene muy incorporado, como si fueran parte de ella misma.Jugaron a la paleta con las nenas, era más buscar la pelotita que jugar, luego las criaturas se sentaron en un costado y las que jugaron fueron las amigas.Los hombres que pasaban le decían un montón de cosas, aunque medidas, ya que era un sector privado.-¿Son conscientes de lo que provocan las dos juntas?Pregunta Omar.-Parecen indiferentes al mundo.Luego de un rato, volvieron a las reposeras.Les compró un helado a cada una de las ne
Por CarolinaEl sábado había demasiado viento, por lo que no fuimos a la playa.De todos modos, la mansión contaba con un extenso parque, tenía una pileta al aire libre y otra climatizada, así que nos entretuvimos toda la tarde, Andrea se fue a trabajar y nosotras tres, fuimos al supermercado.Brenda estaba sentada en la silla del carrito del supermercado y Priscila disfrutaba alcanzado todo lo que necesitábamos.Cuando pegamos la vuelta por un pasillo, ahí estaba él, empujando un changuito... Eso no se lo cree nadie.Priscila, cuando lo vió, salió corriendo para abrazarlo.Me dejó sin aliento su actitud.Él la alzó y se acercó a nosotras, con ella en brazos.Priscila lo tenía abrazado como si fuera un pulpo.La depositó en el suelo e inmediatamente Brenda le estiró los brazos.También la alzó por unos minutos y la volvió a sentar en la sillita.-Hola, Carolina, qué casualidad.-Sergio... ¿Vos hacés tus propias compras?Me da un beso en la coronilla, yo estaba con zapatillas, que a
Por CarolinaAl final acepté a la nana de Sergio, él no iba a exponer a mis chiquitas.Parece sincero cuando se dirige a ella, de todos modos es un hombre responsable, nada que ver con aquel jovencito que no se cuidó... Andrea me contó que Omar pasa varias veces por semana para verla donde ella trabaja, que la invita a salir, hasta ahora manejó la situación, me dijo que me quede tranquila que jamás va a revelar mi secreto.La invitó a la cena, con la excusa de que yo me iba a sentir más acompañada cuando reciba el premio.Esa tarde, cerca de las 19, llegan dos paquetes inmensos, eran dos cajas, una a nombre de Andrea y otra a mi nombre.Abrí la mía, las nenas estaban excitadísimas, les dije que era un vestido para mí, porque tenía una reunión de trabajo.Estaban entusiasmadas.Saqué el vestido, era rojo, largo, de fiesta, exclusivo, con un escote que nacía desde abajo del pecho, aunque no se abría con los movimientos, tenía una falda amplia, con un tajo que casi llegaba hasta la cad
Por SergioBajó Andrea, estaba espectacular, va a dejar sin aliento a más de uno, bueno, uno ya se había quedado sin aliento cuando la vio, ese era Omar.Realmente Andrea era una mujer muy bella.Estoy revisando mi celular y cuando levanto la vista, viene bajando Carolina, ya estaba en mitad de la escalera, me apresuro en ir hacia ella.Le extendí la mano.La hice girar, más que nada para tomar aire... Es la mujer más hermosa que vi en mi vida.Quisiera que desaparezca el mundo y hacerla mía en este instante, decirle a mi nana que se lleve a las nenas y poder desnudarla ahí mismo.Sin embargo, me contuve de hacer todas las escenas eróticas que pasaron por mi mente. Solo le di un beso en la frente.Las nenas no se acercaban para despedirse y Brenda me dijo la razón, la alcé a upa, pobre criatura, su padre fue un hijo de puta.Priscila subió hasta el cuarto escalón y nos abrazó a los dos y me dijo en el oído que le tenía que dar un beso en la boca a Carolina.Nos quiere juntos, al i
Por SergioPor fin estábamos volviendo a su casa.Omar convenció a Andrea de ir a otro lugar.Carolina estaba desesperada por llegar a su casa y ver a las nenas y yo estaba loco por ir a algún lado, los dos solos, con ella, pero el hijo de puta de Heredia es capaz de seguirnos... No es el momento y ya estaba harto que no sea el momento.Aunque estaba más que feliz cómo surgió todo esta noche.Carolina es increíble, es inteligente y capaz de enfrentarse con el universo, si sabe que tiene razón.Llegamos a su casa, los dos custodios de afuera me dijeron que estaba todo en orden, bajaron la vista cuando la vieron, evitando mirarla, hicieron lo mismo cuando nos fuímos, están pensando que es mi pareja... Sé que sino, se la devorarían con los ojos.Al entrar, los tres custodios me informaron de todas las fugas, al día siguiente trabajaríamos en eso.Los despedí, dejando solo los del exterior.Es que no me animo a dejarla sin custodios, hace bastante poco del juicio donde casi la asesinan.
Por CarolinaLlegó el 24, estábamos las 4 solas.De todos modos preparamos la casa como todos los años, ya sé que Paula no estaba, pero no quería que las nenas noten más su ausencia y si todo era lúgubre, iba a ser peor.El árbol estaba decorado como siempre, había luces por toda la casa, incluso afuera, nos costó bastante poner todas las figuras luminosas, antes, siempre contábamos con el personal de mantenimiento para hacer eso, este año nos arreglamos como pudimos, igual quedó preciosa la decoración.Las nenas estaban ansiosas, espero que no lloren demasiado cuando se den cuenta de que es el primer año que no está su mami.Por su padre casi ni lloraban..Preparamos una cena especial y en el supermercado compramos todo tipo de confituras, creo que vamos a tener comida para 5 fiestas.Había sandwiches de miga, vittel toné, papas noisette, ensalada rusa, una especie de picada, con aceitunas, trocitos de jamón y distintos tipos de quesos... Después frizamos lo que sobre.En casa, todo