El odioso hermano de la novia.
El odioso hermano de la novia.
Por: Gaby Albizu
Capitulo Uno 💍

JAMÁS SERÉ EL PLATO DE SEGUNDA MESA DE NADIE:

-Sarah, lo nuestro no puede seguir-exclama Roger Morgan, terminando su romance de cinco años con una de sus empleadas, Sarah Marshall.

Sarah no sabe que decir, las palabras no salen de su boca y el nudo que se le formo en la garganta apenas la deja respirar, no puede creer lo que esta escuchando, le había dedicado tantos años de su vida a esta relación no solamente amorosa, sino también profesional, para que, de un día para el otro, la abandonara sin ninguna razón.

Todo el mundo se lo había advertido, Roger era un seductor nato, aun así había decidido seguir a su corazón, como toda romántica empedernida, para que se lo destruyeran en mil pedazos.

Sarah es una joven de 28 años, positiva, divertida y sobretodo buena amiga.

Cuando era apenas una adolescente, tuvo que dejar atrás su cuidad natal, para irse a vivir con sus abuelos maternos, después de perder a sus padres en un accidente automovilístico.

Cumplidos sus 18 años ingreso a la universidad para estudiar la carrera de organización de eventos.

Desde muy pequeña amaba ayudar a su madre a planear fiestas, era de las mejores en su rubro, le fascinaba brindarle a las novias su noche soñada, por eso se había convertido en un deseo para ella seguir la carrera de su madre.

Una vez terminados los estudios hizo sus primeras pasantías en la empresa Morgan Eventos. Estaba muy emocionada, trabajar con Roger Morgan era lo que toda organizadora de eventos querría, era el mejor de la zona, hasta el mismo presidente de la nación lo había contratado para organizar la boda de su única hija, por ese caso, Morgan Eventos se había convertido en una empresa nacional e internacional, sin dudas habia empezado con el pie derecho al ser contratada por semejante empresa.

Pero a los pocos meses de estar trabajando en el lugar, Roger Morgan comenzó a seducirla con salidas a comer, viajes de "negocios" y la verdad que ninguna mujer en su sano juicio podría decirle que no, menos cuando su vocabulario esta lleno de palabras dulces y románticas que todas quieren escuchar, ni hablar cuando te observa con esos ojos verdes impresionantes y muchos menos cuando olvida pasar por la barbería y lleva varios días su barba y su desprolijo cabello sin cortar, convirtiéndolo es un dios del Olimpo.

-Creo que merezco una explicación-manifiesta Sarah, minutos después de asimilar lo que habia salido de la boca de ese hombre, la misma que habia besado esta mañana antes de venir a trabajar.

-No lo hagas mas difícil y aceptalo-comenta con frialdad, sin importar el daño que puede estar causándole a la mujer con la que compartió tantos años.

-Te entregue cinco años de mi vida, Roger...¿y lo dices así?-pregunta fuera de si. Siempre fue una persona de esconder sus reacciones, excepto con un sujeto odioso que conoció en su adolescencia que la hacia enojar, pero al parecer en este momento no lo puede evitar, se acerca al escritorio de su ahora ex pareja, toma un pisapapeles muy importante para el y lo arroja al ventanal de vidrio, rompiéndolo en pedazos, para luego terminar arrojando al suelo todo lo que esta sobre el escritorio, en un ataque de furia incontrolable.

Roger se acerca a ella y la toma de los brazos para frenar sus ataques, pero Sarah comienza a golpearlo con fuerza en el pecho:

-¡Ya basta, contrólate, por favor!-le grita, zamarreándola para que entre en razón.

-¿Como puedes pedirme que me calme? ¡eres un idiota que jamás te importo mis sentimientos! ¡y ni siquiera tienes el coraje de decirme porque terminamos!

-¡Porque voy a casarme!-confiesa Roger, quien nunca imagino que Sarah, su novia sumisa, que siempre decía que si a todo, reaccionara de esta manera.

-¡No puedo creer lo que estoy escuchando! ¡no me entra en la cabeza haberme enamorado de un ser tan despreciable como tu!-jamás se habia sentido tan humillada en su vida, ni siquiera cuando el hermano de su mejor amiga le habia dicho a todo el mundo que ella gustaba de el, lo que era una rotunda mentira.

-Escúchame Sarah, déjame terminar de hablar-acota Roger.

-Ya he escuchado demasiado, esta misma tarde te presentare mi renuncia.

-No tomes decisiones a la ligera sin antes terminar de escucharme...eres mi mejor empleada, no puedes abandonarme.

-Entonces habla, m*****a sea-en ese momento las lagrimas contenidas habían salido a flote, sin control.

-Sarah...lo que estoy pidiéndote es que terminemos nuestra relación, pero eso no significa que aun podamos seguir viéndonos, me encantas, eres hermosa y sin dudas, no puedo dejarte ir-no sabe en que momento perdió la cabeza, porque segundos después Roger esta en el suelo, llevándose su mano hacia el ojo, por haber sufrido un puñetazo de parte de Sarah-¿te has vuelto loca?-grita enfurecido.

-¡No quiero volver a verte nunca mas en mi vida, Roger Morgan, jamás seré el plato de segunda mesa de nadie! ¿te quedo claro?

-Sarah...espera, no me malinterpretes-exclama intentando acercarse a ella.

-No te acerques mas o juro que te dejare el otro ojo negro-lo amenaza.

Jamás habia golpeado a una persona, oh bueno si...en el pasado le habia pegado una patada allí abajo al hermano de su mejor amiga, por haber intentado propasarse con ella, producto de una apuesta "¿estoy volviéndome loca?" piensa Sarah "¿por que Daniel "el terrible tiene que venir a sus recuerdos en este momento" quizás porque fue con el único que siempre pudo defenderse y decirle lo que pensaba, como esta haciendo en este momento con el idiota de Roger.

-Esta bien, Sarah tranquila, cuando estés mejor hablaremos-acota cobardemente.

-No tengo nada mas que hablar contigo, olvídate de mi, desde este mismo momento no volverás a verme nunca mas.

-Sarah, conozco tus impulsos, tomate unos días de vacaciones para pensar, los que sean necesarios, pero te necesito, sino quieres volver a verme puedo transferirte, mis clientes aman trabajar contigo.

-Olvídalo, Roger Morgan, jamás volveré a trabajar para ti, ¡JAMAS!-grita furiosa retirándose de la habitación que dejo completamente destruida tras su ataque de furia, dando un portazo que hizo retumbar las paredes.

Rápidamente, Sarah se sube a su auto y después de varios minutos, cuando comienza a calmarse, pone en marcha el vehículo dirigiéndose hacia la seguridad de su departamento.

En el camino, enciende el equipo de música y pone su canción favorita "wrecking ball" de Miley Cyrus y comiza a cantarla a todo pulmón, con lagrimas en los ojos:

"I came in like a wrecking ball

I never hit so hard in love

All i wanted was to break your walls

All you ever did was break me"

Pero su pequeño concierto desafinado es interrumpido por una llamada entrante que recibe en su teléfono celular vinculado al automóvil.

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