—¿Cómo se llama tu amiga del club? —preguntó Evie a su esposo.—Roberta, ya te he hablado de ella —contestó Adam.—¿Y por qué estabas con ella? —inquirió sutilmente.—Fui a entrenar y estuvimos conversando —Adam vaciló un poco, así que Evie entendió que no quería contarle sobre la conversación que tuvo con la mujer—. Después Sebastián me pidió vernos para charlar y acepté, como estaba con ella, me acompañó.En otro momento a Evie no le habría preocupado que su esposo estuviera con una amiga conversando y que salieran juntos, no si uno de sus mejores amigos (Sebastián) estaba presente. Pero en esta ocasión Evie se sentía nerviosa, esa tal Roberta estaba demasiado apegada a Adam y sabía que no tenía buenas intenciones, al menos, su intención no era ser una simple amiga.Adam había discutido con ella y corrió a hablar con su “amiga”, seguramente le había contado todo su problema marital y le pidió consejos, así que ella pudo haber influido directamente en su percepción sobre su relación
Adam estaba saliendo de la empresa vestido con su traje formal de empresario acompañado por su secretario y el gerente regional de la empresa.El joven sintió vibrar el celular en su bolsillo, aunque decidió no contestar, lo menos que necesitaba era terminar de dañarse la tarde.En aquel momento vieron llegar el auto el negro del señor Sanders, el chofer abrió la puerta y el hombre salió con un rostro sumamente serio.Los hombres presentes sabían que no había un buen ambiente en aquel momento, de hecho, ninguno de ellos quería estar presentes cuando estaba a punto de detonar una discusión entre padre e hijo.—Padre —saludó Adam cuando vio al hombre caminar hacia él.—¿Por qué no contestas mis llamadas? —preguntó el señor Carlo con voz severa.Adam entreabrió sus labios, pero no fue capaz de pronunciar palabra alguna. Decidió que, si iba a discutir con su padre, lo haría en privado. Le pidió al señor que subieran a su oficina y así estar en completa soledad.*El señor Carlo aún no se
A la gente siempre le gusta hablar desde su experiencia personal y todo lo que esté relacionado solamente con sus intereses personales. De hecho, a la gente siempre le gusta hablar de ella misma y lo que ha vivido, nunca de otras personas si no es de relevancia que los haga demostrar que son mejores que otros. Evie está segura de que la gente habla de sí misma el ochenta por ciento del día, a veces, llega a creer que más.Pero también es cierto que a ella no le gusta escuchar a la gente hablar y, cuando tuvo que apuntarse a la maestría, se preguntaba si podría estar lo más sola posible y así evitar el estar rodeada de tanta gente. A fin de cuentas, era una escuela de arte, no una universidad en sí, sería diferente, ¿no?Cuando trabajaba en Sanders Company le gustaba el permanecer en soledad la mayor parte del día y cuando debía hablar con Margara, era de forma breve, la anciana era alguien sumamente callada y reservada, así que Evie se sentía cómoda con ello.Sus peores experiencias e
Jairo estaba a dos metros de distancia de Evie, mostraba una sonrisa de satisfacción. La joven sentía su corazón palpitar desbocadamente, rápidamente volteó a ver a Adam que observaba a Jairo con impotencia.—Evie… —Jairo comienza a acercarse a ella.—¿Qué quieres? —espeta ella.—¿Por qué te vas tan temprano de la fiesta? —pregunta.—Porque… dejamos nuestro hijo en casa de los padres de Adam y tenemos que ir a buscarlo. —Era cierto, pero claramente no era la verdadera razón para que ellos se marcharan.—Oh… —Jairo estaba más cerca de ellos, a unos centímetros de distancia y pasea su mirada por Adam—. Me habría gustado conocer a su hijo, aunque ya he visto sus fotos en Instagram.—Ya nos tenemos que ir —informa Adam con seriedad.—Un momento&h
—Si su libro se ha vendido es porque usted es buena escritora —afirma el psicólogo Vides—. La polémica por el fragmento que se relaciona con la masacre de Leanor Doop fue momentáneo, las personas que actualmente compran su libro lo hacen por las buenas reseñas que ha tenido. —Inspecciona a Evie por los gruesos lentes que lleva puesto—. No se lo digo como su terapeuta, se lo comento como lector que ha leído su novela y que espera ansioso que sea publicada la continuación, además, los críticos están hablando de usted como una nueva prodigio de la literatura. —Espera a que su paciente procese sus palabras—. Debería dejar de esconderse, Evie y aceptar los elogios que está recibiendo.A Evie le estaban pidiendo que hiciera firma de autógrafos y también diera entrevistas, pero todo lo rechazaba, vivía encerrada en la mansión, escribiendo
Evie pasó una mano estresada por su cabello y después observó fijamente a Adam.—¿Crees que yo permitiré que Gabriel sobrepase los límites conmigo? —cuestionó—. ¿Crees que soy capaz de serte infiel?—No… te acabo de decir que no creo que seas capaz de hacerlo —insistió Adam.—Basta —soltó la joven con cansancio—, no quiero discutir contigo.El silencio los consumió, volviendo a crear la distancia entre los dos. Se sentía como estar de pie en diferentes extremos del mismo océano, las olas los iban separando cada vez más.Adam mordió su labio inferior, pensativo, después salió de la habitación. Esa noche durmió en el cuarto de invitados...A Francisco le gustaba llegar a la mansión Sanders y tomar el té con Evie, se sentía como conversar con la élite misma. Pero esa mañana no estaba comiendo ni los panecillos y mucho menos se tomó el té; había llegado para regañar a la joven por no haber aceptado la firma de autógrafos que se programó, así había hecho con muchas entrevistas que se hab
—No entiendo por qué Adam me ocultaría algo tan importante —comentó Evie, un leve mareo la empezaba a consumir.—Pues sus razones tendrá Adam, es evidente que no quiere hacerte enojar —dijo Raquel—. Lo único que te aconsejo es que tengas cuidado… Roberta te ve ahora como su mayor obstáculo para poder quedarse con Adam y es de las que le gusta jugar sucio. Ese cuentecito de la compañera de natación es un simple pretexto para estar cerca de él.Ese día, cuando Evie iba en el auto rumbo a la casa, acompañada de Adam, sentía que el cúmulo de emociones quería reventar en su interior, cuestionándose el por qué su esposo le ocultaría el que se veía todas las semanas con una exnovia. Le enojaba mucho más el que se hubiera enojado con ella porque le ocultó que en el pasado tuvo una aventura con Jairo, cu
A Francisco le encantó la idea de poder hacer la firma de autógrafos y habló con el departamento de márketing para programar la fecha del evento. Evie no estaba tan preocupada por ello, realmente toda su atención estaba enfocada en la cena que se daría ese viernes. Si iba a conocer a Roberta, lo haría completamente preparada.Se preparó desde mucho antes para la ocasión, arreglándose el cabello y comprando un vestido. Además, quería hacerle un regalo especial a Adam y así encender el amor entre ellos, esperaba el poder darle el detalle esa noche.Sin embargo, nada le avisó que el momento sería tan devastador. Roberta era más joven que ella, con una figura esbelta, de cabello rojo y ojos verdes. Y lo peor de todo, al lado de Adam se veía bastante bien, sonreía y lo observaba como si fuera el hombre más perfecto del mundo.Estaban los tres conversando en aquel gigante salón de eventos y parecía que nada más existían ellos dos, tenían bromas que nada más Adam y Roberta entendían, reían a