Capítulo XXVI

El joven guardián protegiendo al pueblo. Parte IV

El demonio tomó un respiro profundo y luego de unos minutos escupió una serie de improperios, después de varios minutos diciendo cosas como un loco, regresó su mirada al gnomo viejo que tenía delante de él.

- Ya está listo, todos habéis sido curados del maleficio que he lanzado sobre ustedes desde antaño. - dijo el demonio.

- ¡No seas tan mentiroso pedazo de cosa barata!- dijo uno de los gnomos, haciendo que la multitud se enfureciera, al segundo siguiente, el anciano al frente levantó una mano provocando que todos hicieran un silencio total. Se acercó al demonio y le propino un golpe con el bastón en la entrepierna, el demonio lanzó un grito ahogado hasta que empezaron a salir algunas lágrimas de sus ojos.

- Lo harás ahora de verdad. - añadió el anciano.

- No puedo, mis poderes están tan debilitados que no puedo hacer ningún hechizo, si me dejasen recuperar mi energía prometo hacerlo