Elizabeth Western Me debatí en sí bajar o llamar a Ezra para que él se fuese y no me esperara, ¿Como iba a bajar así? Que pena y mas con él. “Debí de usar aquel vestido negro y corto” estaba más presentable, cerré los ojos apenada, dejé caer mi frente contra el volante, di un respingo cuando escuché que tocaron mi ventanilla, cuando levanté la mirada, era Ezra con una gran sonrisa de oreja a oreja, me hizo señas de que bajara pero la pensé. —Dios, vamos Eli. —Bajé y él se inclinó en mi ventanilla.—¿Qué es lo qué pasa? ¿Estas bien? —preguntó.—No vengo acorde al lugar. —le señalé mi ropa, apenas podía verla.—¿Y que tiene?—sonrió, era muy atractivo cuando sonreía de esa manera.—Ezra, si quieres…–empecé a decir pero él me hizo señas de que me detuviera.—Ven, baja y comamos. —me guiñó el ojo y luego de debatirme unos momentos, asentí y bajé, cuando cerré la puerta y me volví a él, Ezra alzó sus cejas con sorpresa.—Estas espectacular, creo que el que no está acorde soy yo , —sonreí cu
Elizabeth Western El lugar era elegante una vez que entramos, me puse nerviosa pero Ezra se aferró a mi mano supuse que para mostrarme que no tenía por qué preocuparme. Mi corazón no dejó de latir apresuradamente cuando caminamos siguiendo a una de las mujeres que nos recibió, había notado como había arqueado una ceja al mirar mi ropa, pero intenté restarle importancia, “Elizabeth, tranquila, respira, solo es un restaurante y una comida” me retiró la silla para que tomara lugar, le agradecí y miré sutilmente a mi alrededor.—Céntrate en nosotros, solo eso. —dijo llamando mi atención. Sonrió. —Y claro, en la comida.
Elizabeth Western Durante la comida conversamos de todo un poco, los nervios por estar con él a solas, comiendo en un lugar elegante, me había distraído, y bastante. Habíamos terminado nuestros platos fuertes, lo que seguía era el postre. Su celular sonó y noté tensión en su rostro. ―Voy a contestar, ¿No te importa?―negué rápidamente. ―Contesta, por favor. ―pensé en su hija, que sufría de Leucemia, estaba al tanto de todo. ―Dime, Jo. ―contestó, su rostro se transformó, se levantó de un movimiento haciendo que me alertara de inmediato. ―Voy para allá. ―y luego colgó. ― ¿Qué ha pasado?―él se pasó una mano por su rostro y me miró. ―Alexa, está camino al hospital. ¿Podemos posponer el postre? Tengo que ir de inmediato. ―Vamos, yo te llevo, no puedes manejar en ese estado.―él dudó.―Y no es pregunta, Ezra. ―él asintió preocupado, luego fue a pagar y salimos del restaurante. Me dio las indicaciones de donde estaría, llamó por su celular y preguntó por el estado de su hija, estaba asust
Johanna ShawNo me podía creer de lo que me estaba enterando, «Ezra y la hija de George y Victoria Western» ¿Qué mi karma no ha terminado aún? Tenía una ira corriendo por debajo de mi piel, solo quería ir sobre ella y golpearla, gritarle que se alejara de Ezra, que él era mío y nada más mío, ¿Qué le pudo ver a la mocosa? ¡Apenas debió de haber cumplido la mayoría de edad!—¿Yo? ¿Hacerle daño? Pienso que a alguien no le han contado la verdadera historia. —Eso crees, sé todo. —Les pido por favor que respeten el lugar, no está permitido este tipo de escenas. —dijo una enfermera a lado de la pelirroja Western. —Gracias. —dijo ella a la mujer, luego miré a Ezra y me solté de su agarre. —No te voy a permitir que te acerques a mi hija mientras estés con ella. —le escupí en su dirección y luego miré a la mocosa. —Así que ya sabes qué hacer si quieres que…—Ezra me tomó del brazo y tiró de mí para alejarnos.—No vas a prohibirme nada, ni con quien puedo andar. —salimos del hospital y me sol
Elizabeth Western Tenía un momento en que Johanna había escupido esas palabras cuando Ezra se acercó a toda prisa a mí preocupado por lo que pudo haberme dicho. —¿Qué te ha dicho? ¿Te ha faltado al respeto? —negué, no quería ahora yo preocuparlo con las patadas de ahogada que Johanna estaba dando para no perder al padre de su hija. —Estoy bien, ¿Por qué no vas a ver a tu hija a ver si está bien? —Sí, ¿Quieres esperar aquí? Regresaré cuanto antes… —Creo que debería irme, tienes que concentrarte en tu hija. —él arrugó su ceño. —Lo hago, ¿Te quieres ir realmente? —preguntó suavizando su mirada. —No le hagas caso a Jo, es buena manipuladora, pero no pienso caer y espero que tú menos. —Estoy más preocupada por tu hija, quiero que estés con ella sin que tengas ese pendiente de que tienes que verme a mí también, mejor esperaré en casa, te estaré llamando y así me cuentas como va evolucionando. —¿Segura? —preguntó dudoso de que fuese a ceder a lo que Johanna me hubiese dicho. —Segu
Ezra WinterEstaba sentado en el sillón que estaba dentro de la habitación donde habían trasladado a Alexa gracias a Victoria Western, me había llamado y me informó del cambio y que el mejor doctor estaría revisando a mi hija, que cualquier gasto, ella corría con ello, aunque insistí que no, ya estaba dicho, pero eso no lo sabría Jo. Ya tenía bastante con la discusión de hace rato. —Ella va a estar bien, —dijo acercándose a mí, luego se sentó sobre sus talones dejando sus manos en mis rodillas, visiblemente me tensé, este tipo de maniobra no me gustaba de parte de ella. Me moví para que ella dejara de tocarme, así que mejor decidí ponerme de pie. — ¿Por qué te levantas? Nunca te habías alejado cuando me acercaba a ti. —comencé a caminar del otro lado de la habitación poniendo distancia, así que me centré en Alexandra que estaba totalmente dormida. —Ezra, por favor.—No voy a empezar otra de tantas discusiones que sacas solo para alterarme, Jo. —susurré.—Es hora de que tus padres sep
Elizabeth Western Diamond Western Group —¿Está bien, señorita Western?—preguntó mi asistente al haberme quedado callada y pensativa, asentí a toda prisa. —¿Será entonces toda la agenda del día?—ella asintió con una sonrisa. —Bien, empecemos el día. —ella se levantó y se marchó, miré el reloj y ya eran las ocho de la mañana, ya deberían de estar saliendo a su casa, quería imaginar que era así y que todo estaba bien. Aunque estaba tentada en llamarle, pero prefería darle su espacio. El teléfono que estaba sobre mi escritorio sonó y distraída lo tomé sin quitar la mirada del dibujo que tenía en proceso. —Dime. —contesté. —Señorita Western, la busca una persona, pero no tiene cita. —reconocí la voz de la mujer de recepción. Arrugué mi ceño, pero no sé por qué tenía la leve sospecha de quien podría ser. —¿Quién es?—detuve el movimiento de mi lápiz de carbón sobre la hoja blanca. —Dice que usted sabe quien es. —una sonrisa torcida apareció en mis labios. «Johanna Shaw» suspiré y
Ezra Winter Alexa se había quedado dormida en su habitación una vez que desayunamos, estaba inquieto de que Jo no estaba en la casa cuando llegamos en la mañana. ¿Dónde estaría? ¿Habrá ido al hospital? Marqué de nuevo su celular y ahora es que entró el tono de llamada y no directo al buzón, pero no contestó. La puerta se abrió y apareció finalmente. —Ya están aquí. —dijo al verme. —¿Alexa está dormida? —no me dio oportunidad siquiera de hablar cuando pasó de mi lado. —¿Dónde estabas? —pregunté mientras caminé detrás de ella, pero Jo me ignoró. Entró a la habitación de nuestra hija y cerró la puerta casi en mis narices. Esperé afuera en el pasillo por más de diez minutos y cuando estaba dispuesto a abrir la puerta para asomarme, ella lo hizo primero. —¿Qué no te has ido a trabajar? —preguntó algo sorprendida, pero lo había intentado ocultar. —Iré en un rato más, ¿Dónde estabas? —pregunté de nuevo mientras la volví a seguir, se detuvo en la cocina y se giró a mí. —No somos nada ah