Mientras Alexander buscaba su caja de seguridad recordó aquello que le dijo su padre.

—De este negocio no se sale hijo, no se deja, puedes dejar el cigarrillo, las drogas, una mujer o lo que quieras, pero este negocio es un estilo de vida, la única forma de dejarlo es muerto.

Hoy lo entendía más que nunca.

Eva estaba dentro de una celda pensando si había tomado la mejor decisión.

Emiliano entro a visitarla.

—¿Que haces aquí? —pregunto Eva sorprendida.

—Estaba aquí cerca y dije vayamos a saludar a la mujer que salvo mi vida—respondió juguetón.

—Mentiroso, gracias por estar aquí conmigo, no creo soportar todo esto yo sola, mate a la laca laca, lo merecía pero era un ser humano Emi, eso me carcome.

—Tuviste que hacerlo Eva, era él o nosotros.

—Lo sé, pero desde que todo esto comenzó soñé con asesinarlo y ahora que ha pasado no siento alivio, no siento nada.

Un grupo de altos funcionarios se reunieron para debatir el futuro de Evangeline y no termino nada bien, entre ellos estaba un polic