(20)Tenía que regresar a Nueva York, así que tomé el boleto que Lucy Wagner había comprado para mí. Sabía que no me podía negar a ver este desfile, a pesar de no querer llamar la atención de nadie, quería ser cuidadosa para que nadie pudiera hacerle daño a los que más amaba.Y al llegar al aeropuerto de Nueva York, me doy cuenta que mis mejores amigos, estaban ahí esperándome junto con Lucy Wagner, mientras sostenían pancartas con mi nombre en estás. No podía negar que, al verlos a todos gritando mi nombre, me puse a llorar como una pequeña niña. Ellos corrieron hacía mí, porque detuve mi caminar, para arrodillarme a llorar al ver todo el amor que me brindaban.Y cuando están conmigo, me abrazan con fuerza.–¡No llores, Nía! –Me piden todos, mientras que aunque me pidan que no llore, sé que llorare a un más.–Lo siento. –Me lamento después de abrazarlos a todos.–Te entendemos. –Me dice Sandra, quién viene acompañada con el guardaespaldas del señor Wagner, Thomas.–Tu jefe…–Quería sa
(21)El show empezó y el señor Wagner, aún no sabía que me encontraba en el lugar.Él y su acompañante, entraron al lugar siendo acompañados por varios guardaespaldas. No podía negar que me dolía mucho, ver como esa mujer tomaba del brazo de Nate, mientras el joven a pesar de estar a su lado, parecía indiferente ante esa mujer tan hermosa. Yo me escondí entre la multitud, mirando hacía el suelo cuando paso a un lado mío. Lucy de inmediato me da la mano, porque sabía que estaba nerviosa.–Tranquila. –Me dice al verme sudar.–Sí. –Le contesté intranquila, mientras podía ver como la mujer, conocida como Christine se sienta en primera fila, al lado de los padres de los Wagner, mientras Nate subes las escaleras de la pasarela, para acercarse a un micrófono y abrir el show.–Buenas noches, a todos mis invitados. –Saluda el señor Wagner, a todos los invitados mientras yo siento como mi piel se eriza. –Les agradezco a todos por haber venido a esta noche, a la gran apertura de la colección de
(22)–¡Me hiciste tanta falta!–Me dice el hombre elegante, cuando termina de besarme.Sus manos se acomodan en mi cara, tocándome como si no pudiera creer, que estaba enfrente de él. Mis ojos de inmediato se invaden de lágrimas, mientras que yo también, no puedo dejar de tocar su cara. Parecía ser un espejismo para mí, mientras que ver sus ojos tan azules, me hace creer en verdad que esto está pasando.–No sabe cuanta falta me hiciste. –Le confesé entre lágrimas, mientras el joven de cabellera obscura, me abraza con fuerza entre sus brazos, demostrándome que a pesar de lo que paso, él seguía amándome. –Pensé que estando lejos de ti, todo iba a ser mejor, pero…–Me quedo callada, ya que me había dado cuenta que con mi presencia en el lugar, pudimos tener una idea de quien estaba detrás de todos los ataques a mi persona, era la señorita Ferguson. –Pero a pesar de que pude perder la vida, no puedo dejar de pensar, que preferiría estar muerta por la señorita Ferguson, que estar sin usted.
(23)Hacerle frente a alguien, siempre ha sido difícil, pero hacerles frente a tantas personas, era incluso más difícil. Eso era lo que teníamos que hacer Nate y yo, mientras mirábamos a nuestra familia y amigos, mirándonos con detenimientos, mientras entrabamos por las puertas del despacho, de los padres de Nate.–¡Querido! –Dice la madre del señor Wagner, al verlo entrar conmigo de la mano. –¡Estoy tan alegre que los dos estén bien! –La mujer se veía aliviada de vernos sanos y salvos.–¡Y qué bueno que están juntos! –Dijo con felicidad Lucy Wagner, haciendo notar ese hecho a todos en el lugar, incluyendo a la señorita Christine, a quién no había conocida aún.No pude evitar ver su mirada, parecía destrozada al verme junto con Nate.–Sí, estamos juntos. –Responde el señor Warner, haciendo contacto con los ojos de la joven. –Lo lamento mucho. –Se disculpa como todo un caballero. –Siempre supiste que amaba a Nía, y es por eso, que en este momento no me da pena, volver de la mano con la
(24)Mi cuerpo se siente sentimental, mientras veo como esa enorme roca, que llevo puesto en uno de dedos delgados, brilla con la luz del fuego, que se encuentra enfrente de nosotros. Yo no puedo dejar de ver el anillo, ya que no podía creer que Nate Wagner ahora es mi promedio y próximamente mi esposo.–¡No puedo creerlo! –Le confesé mientras reía de felicidad.Nate me toma de los hombros, mirándome con detenimiento.–No hay ninguna persona, con la cual quiera compartir mi vida. –Me responde mientras nuestros labios se juntan. –Solo tú. – Nuestras lenguas de inmediato, empiezan a tener una pelea, mientras que las manos de Nate, se van directamente a mi cintura pequeña. A ese punto, yo no puedo controlar mis deseos. Quería ser suya esta noche, había pasado tanto tiempo, que lo único que quería hacer, era caer ante sus brazos, como toda una chica tonta.Después de ese gran beso, supe de inmediato que era lo que quería. Así que me doy la media vuelta, dejándole ver mi espalda descubiert
(25)Por la mañana, somos despertados por una persona, que entrar a la habitación sin avisar, para ir a abrir las cortinas de par en par. Nate y yo, no podemos evitar sentir como la luz del sol, nos quemaba nuestros cuerpos desnudos.La persona que había hecho esa barbaridad, no era menos, que la señorita Lucy Wagner.–¡Lucy! –Gritó su hermano tapándome con las sábanas, para que ella no pudiera ver mi cuerpo. ¿Pero por qué lo hacía? Ella es una chica también. –¿Qué demonios estás haciendo? –Pregunta el joven desvelado.–¡Hoy tenemos muchas cosas que hacer! –Nos avisa mientras que los dos, no estamos de buen humor, como para hacer muchas cosas. Así que veo como Nate se levanta de la cama, para poder hablar con su hermana.–Nía y yo, tendremos que ir a testificar contra la señorita Ferguson. –Así que, al escuchar ese nombre, de inmediato me siento en la cama, para poder ver a los dos hermanos.–¿En realidad tendremos? –Le pregunté algo preocupada.–No hay de que temer, ya no tiene un ar
(26)Al salir de esa sala, nadie más pudo hablar con ella. No había nadie quién le sacara conversación, parecía que no quería hablar más. Nate sin duda al verme salir de esa habitación, se miraba confundido y extrañado, sabía que él estaba preguntándose quien demonios era su secretaría y que tanto, le dejo ver de su vida, para que pudiera aprovecharse de él. Así que al verlo, mirarme como un pequeño niño, yo de inmediato corrí hacía él, abrazándolo con fuerza mientras pasaba mis manos por su cabeza.–No pienses en nada. –Le susurre al oído, mientras me armaba de valor. –Solo piensa que el mal sueño se acabó. –Junto mi mirada con la de él, mientras acaricio su cara. –Estamos juntos de nuevo y no habrá nadie, que me separe de nuevo de ti.Él al escucharme, me abraza con fuerza, mientras puedo sentir como su cuerpo se aferra mí. Quizás era miedo, o solo era sorpresa al saber todo lo que pasaba alrededor suyo, y no haberse dado cuenta, pero ya me tenía a mí. Las cosas malas ya habían pasa
(27)Ya estaba confirmado, Nate Wagner y Nía Williams, estaban comprometidos.Nuestras caras estaban pegadas, en las portadas de todos los periódicos y revistas de Nueva York. Era una conmoción la que habíamos causado, ya que nadie pensó que uno del hombre más rico de Nueva York, estuviera saliendo con alguien y menos, que estuviera saliendo con una diseñadora sin dinero y con una familia promedio. Quizás toda la ciudad se estaba preguntando, como una persona sin dinero, se estuviera comprometiendo con una persona, como uno de los hombres más ricos de la ciudad.Todas las revistan querían la foto de la prometida de Nate Wagner, así que siempre que iba a la empresa, ya había muchos camarógrafos, esperando nuestra llegada a la empresa. No puedo evitar estar un poco asustada de los flashes, pero a pesar de tener esos inconvenientes, Nate siempre estaba conmigo, para ocultar mi cara o para protegerme, de los hombres arrebatados, que no medían su fuerza al solo querer una fotografía.Mi vi