Anya . Recién cumplí 13 semanas de embarazo, ha pasado poco más de un mes desde que Leonel le disparo a Rocco, y hace varios días fueron detenidos, el, Lorenzo y Joseph entre otros, cuando se dicte su sentencia serán trasladados a una prisión de máxima seguridad, son muchos los cargos en su contra, entre ellos, homicidios, tráfico de drogas, extorsión, lavado de dinero y abuso de poder. Su juicio será llevado a cabo en Calabria, pero esto aún no termina, Rocco está seguro de que Leonel ya tiene un plan para escapar antes de que esto ocurra, por lo que quiere atacar cuánto antes. . —Se está desarrollando bien, a pesar de la amenaza de aborto, está creciendo correctamente y ahora ya podemos saber su sexo— Dice el doctor mientras realiza el ultrasonido. —¿Te gustaría saber qué es? — cuestiono a Rocco quien está callado apretando mi mano, en este momento nadie se podría imaginar que este hombre a mi lado con su aspecto rudo y cubierto de tatuajes es un mafioso, pues está hecho un man
Anya . . Rocco ha estado insoportable, si pensé que en estos meses lo había logrado conocer, pues me doy cuenta de que no era así, pues estoy conociendo su lado más odioso. De verdad nadie lo tolera en este momento y es que no ha parado, quiere retomar el ritmo de su vida, pero su cuerpo no parece querer lo mismo. Se había vuelto de lo más irritable, ya estaba bastante repuesto, pero no lo suficiente para regresar a sus labores, no al ritmo de antes. Se frustraba con la lentitud (a su parecer) de su recuperación y de paso frustraba a todo el que lo rodeara. Ha insistido en hacer algo de ejercicio, además de caminar por la casa, pasar horas en ese escritorio trabajando, sabía que esa herida requería de tiempo para sanar, no importa si su cuerpo era muy resistente, solo necesitaba tiempo, pero no, el señor Cassano no tiene mucha paciencia para eso. Aurelio y yo estamos cansados de decirle que debe parar, se levanta desde muy temprano y se acuesta demasiado tarde, revisando todo
Alondra . . Me miró al espejo tratando de cubrir con algo de maquillaje el tono violeta de mi piel. Le dije a Leonel que no lo ayudaría a ocultarse cuando vino a recoger algunas cosas antes de que lo atraparán y el maldito me golpeó hasta cansarse. Tengo varios golpes en las costillas y un gran moretón en la cara que he tratado de disimular con maquillaje y gafas oscuras. Quise demandarlo, pero no me atrevo a hacerlo, no quiero exponerme ante el mundo como una mujer que ha sido maltratada. Mi padre dijo que ya no debía preocuparme, que él se encargará de que jamás vuelva a acercarse a mí, pero algo me dice que su juicio jamás llegará, pues el día que me golpeó lo escuché hablando por teléfono, estaba furioso, hablaba con Joseph su perro de confianza, ambos hacían planes de que es lo que iban a hacer en caso de que lo encerraran, el muy maldito sonriendo dijo que él no pasaría la cárcel por mucho tiempo. Hablo también de un lobo y sus planes para matarlo. Se que me espera un cam
Anya . . Camino de un lado a otro mordiendo la uña de mi pulgar, estoy nerviosa. No me he vestido solo tengo puesta una playera de Rocco que bien podría usar como un vestido pues cubre la mitad de mis muslos. —Se que estás preocupada, todos lo estamos, pero al quedarte aquí solo conseguirás una anemia, debes comer algo— espeta Andrea. Se de sobra que tiene razón, debo de pensar en mi bebé, pero ahora no tengo cabeza para nada, no puedo dejar de preocuparme. «Díganle que soy Alondra y que soy la esposa de Leonel, estoy segura de que ella aceptará verme» «¡Anya, Anya sal!» Escuchamos la voz de una mujer, gritando mi nombre Andrea y yo nos vemos mutuamente, avanzó hacia el pequeño closet y tomo unos jeans y me coloco unos tenis, no me preocupo por cambiar la playera y me dejó la de Rocco —No salga, haremos que la mujer se retire— Inquiere José, uno de los hombres a cargo de cuidarme. Por la ventana puedo ver a la mujer, es una rubia de unos 30 años, delgada, porta unas gafas
¡¡¡ATENCIÓN!!! CONTENIDO VIOLENTO (todo lo plasmado dentro de este capítulo es ficción) Rocco . —Creo que ella no es la novia que esperabas— digo a Black —Tu guerra no debería de ser conmigo, sino con el diablo— Inquiere, sus hombres no bajan sus armas —Te equivocas, esto es contra ti y es personal desde el momento que comenzaste a buscar a Anya— expreso acercándome más a él. Un silencio se torna entre nosotros para después cambiar abruptamente por un ruido sonoro de una explosión. Alguien nos está atacando desde afuera. Acaban de lanzar una granada destrozando parte de la entrada. Todos nos movemos por el impacto. —¡Mi*rda! — Farfulla Enzo «Los tenemos rodeados, será mejor que salgan con las manos en alto» dice la voz de un hombre en un megáfono. Mis hombres y los de Leonel dejan de apuntarse mutuamente para comenzar a atacar a quien quiera que se encuentre afuera. Enzo y Mariano junto con los otros disparando al exterior, entonces puedo ver a un grupo de militares ingr
Anya . Nos encontramos en un baño de la plaza, Stephano enjuaga su mano izquierda, una bala rozo su brazo, deja la pistola aun lado y me acerco a su posición. Él se sobresalta —déjame hacerlo— digo sin mirarlo —Por que de pronto quieres ayudarme— Inquiere molesto —No te estoy ayudando, es solo que me pone de nervios que sueltes el arma, si alguien entra nos matará a ambos y si mueres igual me matarán, lo dijiste hace un rato. — expreso en el mismo tono en que el me habla, rompo la camisa que llevo puesta de Rocco por la parte de abajo, agradezco que sea lo suficientemente grande para seguirme cubriendo. enjuagó su herida y la enredo con fuerza alrededor de su brazo. Este día se torna cada vez más oscuro, una nube gris comienza a cubrir el edificio donde nos encontramos, haciendo el ambiente cada vez más tétrico, una danza llena de disparos, golpes y gente cayendo sin vida. Si me hubieran preguntado hace algunos años como me vería ahora, definitivamente no habría respondido
Andrea . Salimos de casa como lo ordeno Anya, antes de que la gente del Diablo nos encuentre. Estamos en busca de Rocco para decirle lo que sabe Alondra. Hemos llamado a Rocco, Enzo, Gino... en fin a todos. Nadie responde, en la radio anuncian una guerra entre la mafia y el ejército. —Si aún pelean con Leonel deberán encontrarse aquí— Espeta José, los tres tenemos cara de preocupación (Alondra, José y yo) aquí ya no hay nada, el lugar tiene fuego y se ve destrozado, está rodeado de patrullas y ambulancias, esperamos en la camioneta y escuchamos un radio que trae un policía, han ordenado traer elementos para acordonar este lugar. Bajamos con total precaución y sin que nos vean entramos a la casa que hasta hace unos momentos pertenecía a Leonel. todo el lugar es una escena criminal digna de una serie de tv, los policías no han entrado pues esperan una orden de su superior para comenzar a recolectar cualquier cosa que les sirva como prueba de lo ocurrido. ¿Crees que aún esté aq
Rocco . Mientras nos alejamos observó por el retrovisor el edificio en llamas, la tormenta no ha parado y aún con la incesante lluvia las llamas parecen acrecentarse y tornarse cada vez más rojas, no me sorprendería que en este momento Stephano estuviera apoderándose del infierno. Una vorágine se apodera de mi alma, pero logro contener las lágrimas que pelean por salir de mis orbes que ahora sé han oscurecido por este sentimiento amargo de lo que hoy termina. Fragmentos de recuerdos llegan a mí al pensar en ese hombre que de la forma más cruel decidió terminar con su vida. Pero no me sorprende, con él, las cosas siempre fueron extremas, lo conocía tan bien que estoy seguro de que lo que ocurrió fue algo que ya tenía premeditado, lo analizó y pensó que terminar con una bala en la cabeza no le haría el suficiente honor a su nombre "Stephano Cassano" porque si, aunque él se hiciera llamar "Greco" nunca dejó de ser un Cassano y aunque lo negara rotundamente, siempre fue el quien más