Punto vista de SoffiaEl aire en la oficina parecía volverse más pesado con cada segundo que pasaba. Lucas y Jason se miraron fijamente, el desafío entre ellos palpable, mientras Sofía permanecía en el centro, tratando de entender la maraña de emociones que la envolvía.—No quiero elegir —repitió, con un tono más firme esta vez, aunque su cuerpo temblaba levemente.Jason bajó la mirada, su mandíbula tensa. Aunque intentaba mantener la calma, las palabras de Sofía lo golpearon como un jarro de agua fría. Él siempre había sentido una conexión especial con ella, pero no podía ignorar los susurros de su instinto, esos que le advertían sobre algo más oscuro y complicado en su relación. Aun así, el pensamiento de alejarse de ella le resultaba insoportable.Lucas, por otro lado, respiraba profundamente, luchando por calmar a su lobo. No podía negar que las palabras de Sofía le dolían, pero algo dentro de él le decía que tenía que ser paciente. Había visto el miedo y la desconfianza en sus ojo
Punto de vista: MaxEl aroma golpeó a Max con fuerza aMax se detuvo un instante, procesando la escena frente a él. Rocío, quien había entrado unos pasos antes, ya estaba en el suelo, tambaleándose bajo el efecto de las feromonas. Sofía, roja y evidentemente fuera de sí, estaba atrapada entre los dos machos que apenas contenían a sus lobos.—¿Qué está pasando aquí? —gruñó Max, su voz firme como un trueno que atravesó el caos.Lucas y Jason se giraron hacia él al mismo tiempo, con los ojos brillando de un modo que Max reconoció al instante: sus lobos estaban peligrosamente cerca de tomar el control.—No es asunto tuyo, Max —dijo Lucas, su voz baja pero cargada de advertencia.Max entrecerró los ojos, ignorando la tensión palpable. Se acercó a Rocío y la ayudó a ponerse de pie. Su asistente, apenas lograba mantenerse en equilibrio, y su rostro estaba pálido.—¿Estás bien? —le susurró, mientras la mantenía cerca para asegurarse de que no volviera a caer.—Demasiado… demasiado intenso… —m
Punto de vista de IsabellaIsabella regresó al casino del hospital, como quien sigue un ritual vacío pero necesario. Cada paso que daba hacia la fila para el almuerzo llevaba consigo un peso invisible, el de su esperanza rota. No era la comida lo que buscaba; era a ellos. Quería ver a los gemelos, aunque solo fuera de lejos. Tal vez, si los observaba lo suficiente, encontraría una respuesta a las preguntas que la atormentaban: ¿Por qué no me buscan? ¿Por qué no se acercan? ¿Sabes que soy su compañero? ¿O acaso lo saben y simplemente no me quieren?Mientras avanzaba en la fila, los vio. Primero a James, sentado en una mesa al fondo, acompañado por una mujer rubia. Era deslumbrante, con una figura que parecía sacada de un catálogo: pechos prominentes, sonrisa perfecta, el tipo de mujer que atrae miradas sin esfuerzo. Isabella sintió una punzad
Punto de vista de MaxRocío subió a la azotea junto a Max, sintiéndose cómoda en el abrazo de él. El aire se tornó más frío, y su cuerpo instintivamente se pegó más al suyo. Max, incómodo, la apartó suavemente por los hombros y la sentó en un banco.—Quédate aquí hasta que te sientas mejor —dijo, con voz firme pero amable.Rocío se sonrojó, sorprendida de que su acción pareciera haber incomodado a Max. ¿Qué esperaba? Él era su jefe y su Alfa. Confusa, se preguntó en silencio: ¿Qué me está pasando?Mientras tanto, Max se dirigió de vuelta a su oficina. Sin embargo, cada paso le resultaba complicado: tenía una erección que no lograba controlar. Al llegar a su escritorio, se encontró con una inesperada visita.—¿Rebeca? No lo puedo creer, ¡qué pequeño es el mundo! ¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó Max, desconcertado.—Hola, Max, tanto tiempo —respondió Rebeca, acercándose con su habitual confianza. Era una mujer curvilínea, de piel clara, labios carnosos y unos ojos esmeralda que lo at
En un mundo donde los hombres lobos existen, y la Diosa Selene, los protege, también podemos ver clases sociales, estás se dividen de la siguiente manera:Alfa: El líder de la manada, fuerte, guerrero, inteligente y capaz. Vigila que la manada se mantenga segura, además de trabajar en las empresas para asegurar la economía de la manada.Luna: La compañera y pareja del Alfa. Una vez que el Alfa la marca / se casa con ella (lo que suceda primero), se convierte en la Luna y dirige la manada junto a él. Además de trabajar en la manada y manejar la economía.Beta: El segundo al mando. En ausencia del Alfa, el Beta reemplazará al Alfa, se encargará de que todo funcione correctamente. Suele ser la persona de mayor confianza del Alfa. Además de ser el consejero y verificar que la economía de la manada funcione correctamente Gamma: El tercero en la jerarquía, generalmente es el que se encarga de la comunicación entre el mundo humano y los hombres lobos, además de desarrollar la información y p
Capítulo 1: El Día de Mi Transformación Hoy cumplo 18 años. Al fin conoceré a mi mate, mi predestinado, esa persona que me amará tal como soy y que me protegerá. No puedo describir lo feliz y ansiosa que me siento. Mis padres me apuran para que baje a desayunar. Ambos son Omegas, como yo.—¡Rocío, baja ya! —me llama mi madre desde la cocina.Ella trabaja como jefa de cocina en la casa de la manada, donde viven el Alfa, su familia y su sequito y sus mates.El resto de nosotros vivimos en pequeñas casas, en sectores como si fueran poblaciones, pero cada una es independiente y tiene un patio amplio para que podamos transformarnos sin destrozarlas.Sí, leyeron bien: transformarnos. Somos una manada de hombres lobo, como en los libros de ciencia ficción.Nuestra manada, Nova Luna, es pequeña en comparación con otras, pero somos autosuficientes. Tenemos un supermercado, colegio, instituto, nos dedicamos en gran parte a la exportación de alimentos agrícolas, eso genera trabajo tanto para hum
Capítulo 2: Raíces y Aspiraciones Soy Max Roberts, futuro Alfa de la manada Nova Luna, actualmente estoy en Australia, extraño a mis padres, el Alfa Antonio y la Luna Graciela Roberts, (En la manada solo se usa el apellido del padre, y cuando se casan, las mujeres adoptan el apellido de su esposo).Tengo una hermana de 16 años. Es bastante malcriada y egoísta, pero la adoramos; no es mala, solo inmadura. Mi madre dice que últimamente ha cambiado, que está más enfocada en sus estudios y evita mencionar que es hija del Alfa para que no atribuyan sus logros a su apellido. Eso me llena de orgullo.Jason, mi mejor amigo, será mi Beta cuando él reemplace a su padre, el actual Beta Charles. Crecimos juntos, y fue lógico que lo eligiera.Sé que suena egoísta, pero nunca consideré a nadie más. Siempre hemos compartido todo y peleado de igual a igual, lo cual fue un reto para mí al momento de competir.Recuerdo que cuando estaba en el instituto y tenía 15 años, al ser hijo del alfa todos quería
Punto de vista Rocío Estoy lista. Mi madre me compró un vestido sencillo, pero hermoso. Aunque soy bajita, mido 1.60 y peso alrededor de 53 kilos, mi hermano siempre bromea diciendo que todo lo llevo en la delantera “-Ja, ja, ja—, hoy no me ha llamado, pero tal vez es porque aquí no tenemos señal.” Me encantaría que estuviera aquí. Mis padres, con tanto cariño, me van a causar diabetes.Ojalá algún día tenga algo así con mi mate, aunque le diré que no sea tan intenso como ellos.—“¡Dios mío, qué empalagosos!”— les digo, mientras van abrazados y se besan.Nos dirigimos al bosque, y me encuentro con mi mejor amiga, Sofía. Siempre está ahí para mí, es la nieta de mi jefe, y los fines de semana trabajamos juntas.Las dos estamos enamoradas de los “chicos guapos” que están en Australia, tan simpáticos y… ¡uff! Guapísimos. Sofía aún no ha encontrado a su mate, obvio aún no cambia. Cumple años el 24 de febrero, y hoy es 5 de enero. “¡Falta poquito!”—Te traje un chocolate —me dice, con una