Punto de Vista de RocíoRocío sostenía el teléfono en su mano, temblando ligeramente mientras intentaba procesar lo que acababa de pasar. No podía creer lo que había presenciado. Era su jefe, Max, el hombre que había captado su atención desde el primer día, el que siempre la trataba con esa mezcla de autoridad y calidez que la hacía sentirse especial. Y ahora, lo había visto con otra mujer.Su mente volvió una y otra vez a la escena que había presenciado por accidente. Había escuchado un ruido extraño, seguido de lo que parecían ser gritos de dolor. Por un momento pensó que alguien estaba herido. Había abierta la puerta de su oficina con cuidado, apenas dejando una rendija, pero lo que encontró la dejó sin aliento.Max estaba allí, con una mujer hermosa, curvilínea, de cabello oscuro y piernas largas. Ella estaba sobre el escritorio, arqueada de placer, mientras Max la sujetaba por las caderas, moviéndose con una intensidad que Rocío nunca había imaginado posible. Los sonidos, los gemi
Punto de vista de SofíaSofía llegó con Jason y Lucas a su departamento , a Jason le molesto, pero lo mejor era estar con su mate y tratar de bajar su celo,Sofía trataba de mantenerse alejada de estos chicos que eran un imán para ella, con un poco de vergüenza le pregunto a Lucas donde estaba el baño, necesitaba enfriarse.Lucas le dijo que estaba en su dormitorio en el segundo piso, Jason estaba firme no se iría no dejaría a Sofía con Lucas, él sentía algo por ella y no le importaba que ella fuera su media hermana.Lucas le dijo mantente aquí, yo iré a ver a Sofía, —al entrar a su dormitorio, Sofía no estaba, Lucas busco una toalla y luego entró al baño, el olor a feromonas, verla desnuda bajo la ducha, no lo pudo evitar, se metió en la ducha con ella, comenzó a besarla. Sofía respondió sus besos, y comenzó a desvestir a Lucas él comenzó a besar su cuello, bajando por su pecho, mientras él se agachaba y se hundía en la entrada de Sofía mientras ella movía sus caderas necesitaba más
Punto de vista de SofíaSofía salió del baño con paso apresurado, envuelta en una toalla que apenas cubría su cuerpo. Su piel aún goteaba agua, y su mente era un torbellino de pensamientos. Su corazón latía tan rápido que sentía que podría explotar. ¿Cómo había llegado a este punto?Encontró un rincón en el dormitorio de Lucas, donde pudo respirar profundamente, lejos de la mirada intensa de ambos hombres. Se sentó en el borde de la cama, abrazándose a sí misma mientras intentaba calmarse. Pero las imágenes seguían invadiendo su mente: los besos de Lucas, la furia de Jason, la abrumadora confusión que ahora sentía.Mientras tanto, en el baño, la tensión entre Lucas y Jason crecía.— ¿Qué crees que estás haciendo? —espetó Jason, su voz, un susurro feroz para no atraer la atención de Sofía.Lucas cruzó los brazos, su postura desafiante.— Ella no es tuya, Jason.Jason dio un paso al frente, sus ojos destilando rabia.—¡Ella tampoco es tuya! . ¿No te das cuenta de lo complicado que es tod
Punto de vista de MaxDespués de ajustar los botones de mi camisa, entré en la oficina. Ahí estaba Rebeca, recostada en el sofá, dormida. La luz suave de la habitación delineaba sus curvas, y no pude evitar detenerme un momento para observarla. Su respiración era tranquila, acompasada, y su cabello caía en una cascada desordenada alrededor de su rostro.Mis pensamientos me traicionaron. Recordé a Anastasia. Con ella, el sexo era bueno, pero no memorable. Había algo en ella que siempre se contenía, incluso siendo una Alfa. En cambio, con Rebeca, todo era diferente. Ella no tenía límites; su pasión era cruda, desbordante, y me arrastraba con ella cada vez que nos tocábamos. Maldije en silencio, preguntándome por qué no había podido quedarme con ella.Un golpe en la puerta interrumpió mis pensamientos. Me aclaré la garganta y fui a abrir. Era Rocío, cargando las bolsas con la ropa que había pedido. Apenas entró, su mirada se deslizó, casi de manera involuntaria, hacia el sofá donde Rebec
Time LapseHabía pasado una semana desde los últimos acontecimientos, y las tensiones entre los protagonistas no hacían más que intensificarse. Los gemelos, siempre tan sincronizados en pensamiento y acción, no podían ignorar la presencia silenciosa pero insistente de Isabella. Aunque intentaban mantener una fachada impenetrable, la sombra de lo ocurrido con ella los perseguía. ¿Podría Isabella soportar la marca si decidían aceptarla? La pregunta rondaba en sus mentes, cargada de dudas y temores. Ambos sabían que lo que le había sucedido era traumático, pero también que lo que ella buscaba iba más allá de la compasión: Isabella quería pertenecer, ser elegida y amada.Rocío, por su parte, luchaba con un pensamiento recurrente que la consumía más con cada día que pasaba. No podía borrar de su men
Punto de vista de IsabellaAhora vestía una falda tubo negra que acentuaba sus largas piernas. Aunque no tenía un gran trasero, sus caderas bien definidas le daban una figura elegante. Combinaba la falda con blusas lenceras que dejaban entrever un poco de piel en el escote, completando el look con un blazer que le daba un toque formal. Su cabello estaba recogido en una cola alta, y el maquillaje que usaba era más sofisticado, reflejando una madurez que no sentía completamente, pero que proyectaba con determinación.En el trabajo, Isabella sonreía y coqueteaba con sus colegas, aunque en el fondo se sentía vacía. Había decidido no comer en el hospital últimamente, dándoles espacio a los gemelos. Los extrañaba, claro que sí, pero también le dolía verlos coquetear con otras mujeres.—Isabella, vamos a comer —le propuso Sofía mientras recogía sus cosas.—No, gracias —respondió ella con una sonrisa forzada.—Está bien, pero avísame cuando termines.—Sí, Sofía.Conforme avanzaba el día, Isabe
Punto de vista Isabella—¿Cómo... a tener relaciones con ambos al mismo tiempo? —repitió Isabella, con un nudo en la garganta y el rostro encendido por el calor de la vergüenza. Había algo en esas palabras que la hacía sentirse pequeña y confundida, pero no podía ignorar la pregunta que había brotado de su propia boca.Rafaella, su tía, la miró con una mezcla de comprensión y paciencia, como si esperara esa reacción.—Sí, Isabella —dijo con un tono suave pero firme—. Los dos deben estar dentro de ti. Y cuando estén por acabar, te morderán, para dejar su marca. Así es como se produce la marca de los gemelos.Isabella abrió los ojos desmesuradamente. Su mente se llenó de imágenes que no deseaba, pero que ahora no podía evitar. Trató de sacudir esos pensamientos, pero su corazón latía con fuerza, acelerado por una mezcla de incredulidad y algo que no podía identificar del todo. Era como si una parte de ella entendiera, aunque no quisiera aceptar lo que significaba.Rafaella asintió, como
Punto de vista Isabella—¿Cómo... a tener relaciones con ambos al mismo tiempo? —repitió Isabella, con un nudo en la garganta y el rostro encendido por el calor de la vergüenza. Había algo en esas palabras que la hacía sentirse pequeña y confundida, pero no podía ignorar la pregunta que había brotado de su propia boca.Rafaella, su tía, la miró con una mezcla de comprensión y paciencia, como si esperara esa reacción.—Sí, Isabella —dijo con un tono suave pero firme—. Los dos deben estar dentro de ti. Y cuando estén por acabar, te morderán, para dejar su marca. Así es como se produce la marca de los gemelos.Isab