Corazón encadenado
Rubén
Tuve intenciones de ir hacia ella, pero Jotrov me retuvo en mi lugar. Sabía que solo buscaba evitar un desastre y que la ira que corría por mis venas no terminara en tragedia, tenía todas las intenciones de acabar con el chico que le tomaba de la mano, mis ojos solo proyectaban sangre y destrucción, pero el que ella estuviera aquí con otro hombre yo me lo había buscado, la había despreciado de la manera más vil y despiadada, ahora debía soportar como el macho que era las consecuencias de mis actos.
—No quieras desafiar a Josephine—me había dicho Jotrov y me mostro como la muy maldita se acercaba hacia nosotros.
Todas las miradas recayeron sobre ella y era que la muy desgraciada era hermosa en realidad. Con su pelo a la cintura y un cuerpo extraordinario había tenido a cientos de hombres a
No es quien dice serGenaveEl rostro de Alessio evidenciaba mi más grande temor. No quería que él y Gina estuviesen involucrados en este asunto, mucho menos que el mismo pudiese hacerles daño, así que me puse de pie con intención de ir hablar con aquel hombre, a pesar del ruido y de que esa mujer estuviese a su lado, pero mi cuñado me detuvo tomándome por el brazo.—No lo compliques más—dijo con firmeza—es mejor que nos marchemos—Gina miro a su esposo y ella sabía con certeza que algo malo pasaba y yo no pude sentirme más culpable en aquel momento.La presencia de Marco había complicado la situación, sabía que Alessio conocía sus negocios y que por la forma en la que se había presentado aquí esta noche no era solo para saludar o pasar el rato. Aquel hombre tenía una oscura
DecidirRubénEsperaba que Alessio lograra convencer a Genave de irse con ellos, pero tenía un presentimiento extraño al respecto. Ella no era de las mujeres que simplemente volteaban la cara ante las adversidades y eso era una de las cosas por las que me gustaba tanto, a pesar de lo maldito que yo podía llegar a ser, ella sabía cuál era el punto para dominarme, no se hacia la víctima, no era pretenciosa, no era una mosquita muerta. Como podía simplemente ignorar a semejante mujer.—El jet está listo—anuncio Jotrov, pero yo necesitaba comunicarme con Lombardi antes de marcharme.Marque su número y este me mando al buzón de mensajes, sabía que a estas horas el estaría durmiendo, aunque con lo que había sucedido, no estaba tan seguro de si podría conciliar el sueño, así que lo intente nuevament
Perdido por ellaRubénDicen que el alfa siempre protege a su mate y tenía que admitir que Genave se había convertido en parte de lo que tenía que proteger con mi vida. Decidí viajar en un vuelo comercial, con mi identidad de policía, tenía que mantener el perfil bajo y no levantar sospechas, porque no sabía de lo que podía ser capaz el tal Devon, solo podía confiar en que Gina y Alessio la mantendrían a salvo hasta que yo llegara, aunque tenía un amargo sabor en la boca, un raro sentir que no me dejaba tranquilo.Había recibido una llamada de Jotrov, primero me confirmo que mi madre se encontraba a salvo con él y luego por el cambio en su tono de voz sabía que algo malo había pasado. Él tenía algunos informantes infiltrados en la mafia italiana y los utilizo para confirmar si el objetivo se había
El verdadero poderGenaveAbrí los ojos despacio y me encontré arropada por una terrible oscuridad, sentí el corazón saltar en mi pecho y trate de acostumbrarme aquella penumbra, pero era prácticamente imposible, entonces a mi mente llegaron los perturbadores recuerdos que solo proyectaban mi mente sangre y muerte, fue algo aterrador. Trate de moverme, pero una mano se posó sobre mi vientre y en unos segundos aquella habitación se ilumino con una luz tenue, el hombre a mi lado me miraba preocupado.— ¿Dónde estoy? —pregunte, porque sabía que me encontraba en cualquier lugar menos en Nueva York. Toque cada parte de mi por puro instinto, pero no recuerdo que aquel hombre me hubiese lastimado y aquello era mucho más aterrador, porque eso solo evidenciaba que lo que estaba por venir podía ser mucho peor.—Estamos en ca
Eliminar los obstáculosRubénAcaricie su piel sudada y mordí suavemente su cuello, aun seguíamos abrazados sobre aquel piso alfombrado y yo seguía con aquel deseo ardiente en mi sangre que me consumía, las palabras que había pronunciado eran totalmente ciertas, parecía que no me saciaba, que mientras más tenia de ella, más la deseaba. Era una enferma necesidad y ella también era la cura, tenerla en mis brazos me hacía sentir tranquilo y equilibrado. Genave era la calma que mi tormentosa vida necesitaba.—Quiero mostrarte algo—nos pusimos de pie y yo la tome entre mis brazos. La casa se encontraba absolutamente sola y a oscuras, había pedido a Jotrov que enviara a todos los empleados de mi madre a sus casas, así que no me detuve a pensar en que nos vistiéramos.Genave escondió su rostro en mi pecho
Mentiras y traicionesGenaveMe limpie las lágrimas y tome una larga respiración, sabía que la tristeza desfiguraba mi rostro, pero no era algo que pudiese evitar y me sentía como la más vil de las mujeres, una puta traidora que usaba a las personas para su propio beneficio, aunque en realidad ese no era mi caso. No me habían dado opción, ni siquiera pude objetar, no había ninguna otra salida. Me aparte de la ventana y me camine hacia la habitación, me abrace a mí misma, mientras me sentaba en aquel pequeño sillón y me dije que estaba haciendo lo correcto, porque no importaba lo enamorada que estuviese de Rubén a fin de cuentas nunca podría estar en paz con él.Nueva York, antes Desperté sobresaltada, con la ropa pegada al cuerpo y titiritando de frio, Devon me miraba muy atentamente sentand
Camino a la muerteRubénHabía destruido por completo aquella habitación, mientras Genave temblaba de miedo hecha un ovillo sobre la cama y sí, eso era lo que buscaba. Que me tuviese miedo, que se diera cuenta de lo que era capaz cuando alguien me traicionaba y ella, mi tierna e inocente mariposa me había clavado una daga por la espalda. La tome por el brazo y la baje bruscamente de la cama, la escuche quejarse de dolor, pero no me detuve, había despertado al monstruo dentro de mí, uno que no conocía la piedad.—Por favor—suplico y me detuve a mitad del pasillo, le solté el brazo y me aleje de ella, no podía escuchar su voz, porque solo incentivaba mis ganas de hacerle daño.—No te atrevas a moverte o será peor—le amenacé cuando vi sus intenciones, ella a penas y comenzaba a conocerme.Debía mo
Frio en el almaGenaveMiraba ansiosa como el sol se ocultaba y se aproximaba la noche, el dolor en mi costado había disminuido, pero el que sentía por dentro era cada vez más fuerte. Jotrov me observaba desde el sillón, no había dicho nada, simplemente me miraba fijamente y en algunos momentos observaba detrás de él, como esperando que algo pasara, esperando quizás su llegada y aquello alimentaba mucho más mi ansiedad.—Me iré y no volveré —dije mientras me giraba hacia él—No tengo los cojones para vivir esta vida—asintió a mis palabras y creí haber percibido algo de tristeza en su mirada, pero quizás estaba loca, hombres como Jotrov no conocían la tristeza.—Nunca había visto al jefe así—dijo mientras yo me acomodaba despacio frente a él en aquel sof&aa