Lorenzo Lombardi
Entro a la habitación y las luces están apagadas. Veo que la puerta del balcón están abierta y una luz encendida.
Me acerco lento y la escucho hablar por voz.
—Estoy más cerca de ti, de lo que te imaginas —dice ella.
Cierro mis puños.
—Si, estoy en Italia, quisiera verte.
Me acerco más para escuchar la voz, pero no puedo.
—Ok, hablamos mañana. También te amo —dice y cuelga.
Voy a la habitación sin que me vea. Y la escucho cerrar las puertas corredizas.
Estoy en la esquina de la habitación y ella no me ha visto.
—Estúpido Lombardi. Estúpido... ojalá y no se te pare —la escucho decir.
—Se me paró y lo usé —digo y ella se sobresalta.
Ella agranda los ojos y da un paso hacia atrás
Lorenzo Lombardi —¡Te castigaré! —digo mirándola a los ojos.Ella traga saliba y camina hasta la puerta, sale y me la cierra en la cara.Estúpida.Sus carcajadas se escuchan por todo el pasillo. No pierde el glamour al caminar aunque va muriendo de risa. La sigo y llegamos a la recepción donde me indican que el taxista ya llegó. Llegamos al restaurante y los presentes no le quitan los ojos de encima. Ella camina muy segura de si. Sus tacones rojos a juego con sus labios me hacer imaginarme una escena erótica de la que no quiero hablar, porque se me formaría una erección.Ya tengo una.
Lorenzo LombardiSostengo su nuca y la continúo besando. Sus labios son suaves y su saliva sabe a chocolate. Gracias a la menta que le regaló el taxista. Ella intenta soltarse de mi agarre, la pego más a mi y profundizo el beso. Ella abre más su boca y meto mi lengua, jadea y me chupa el labio inferior.Despeina mi cabello y me abraza más. La impujo a la cama y subo sobre ella. Lamo su cuello y jadea. Acaricio su pierna y está erizada. Ella abre y me coloco en medio. Pegando mi miembro de su sexo. Aprieto su seno y vuelvo a besarla.—Eres mía, Lucía —susurro en su oído.—No, no te &md
Lucía LombardiMe despierto con una sonrisa en mi rostro y pienso en la razón. Borro la sonrisa cuando recuerdo lo de anoche.—Buenos días, Lucía —dice Lombardi y me giro para encontrarlo sólo con el pantalón de pijama y una bandeja en manos.Me levanto de la cama así desnuda.Demonios.Estoy desnuda.Como Dios me trajo al mundo, solo con un poco más de masa.—No sé a qué andas jugando, pero te dejo bien claro, que lo de anoche s&oa
Lucía Navarro No sé que pretendo con éste jueguito que llevo con Lorenzo, pero me está empezandoa gustar.Salimos de la exposición de los vestidos a donde la señora Roxanna quería que la reprentaramos, todo estaba entre dos. Habían vestidos que ni regalados me los pondría y la comida no estuvo muy buena que digamos. No esperamos a que acabara ya que teníamos otro compromiso y pos aquí estamos.Observo a todos los presentes en la sala de una enorme mansión. Hay unos que otros periodistas, muchas mujeres guapísimas y hombre elegantes. Algunos que otros adolescentes entre 16 y 22 años que van acompañados de su familia o su pareja.Todo es hermoso a diferencia del otro lugar. Los bocadillos valen la pena, aquí.Lorenzo está exponiendo su propuesta para una feria que hay a fin de año, con el título: Fragrancia para el otoño. Se ve seguro de si mismo, las cámara
Lucía Nacarro Miami Dulce MiamiPor fin llegamos, ya estaba cansada de estar al lado de Lorenzo siempre. Se creía mi dueño, cuando solo era su secretaria.Imbécil Termino de poner la comida en la mesa para luego yo comer en la cocina. Mi padre está hablando muy feliz con la señora Roxanna y según me dijo Olga. Mi padre amaneció aquí anoche.Esto se descontroló. Mi padre y yo comemos en la cocina con Olga mientras los demás en la mesa. La señora se han empeñado en que los acompañemos, pero ya eso sería demasiado.Después de terminar, Salgo para llevar unas ropas de la señora a su habitación.&mdas
Lucía Navarro Pueden creer que ya pasaron 3 semanas y medias.Mi papá y la señora viven juntos hace una semana, se ven tan feliz juntos. Y yo me alegro por los dos, se merecen eso y más.Lukas organizó una reunión con nuestros ex compañeros de clase de secundaria, para recordar momentos. Me negué varias veces pero fue imposible safarmele a Lukas y quería que fuera a su casa a ese encuentro y pues aquí estoy, lista esperando unos minutos para irme.Ni idea de en donde vive, pero le puedo llamar y listo.El timbre suena y es extraño, no espero absolutamente a nadie. A menos que mi padre haya querido venir a visitarme, aunque no lo hace de sorpresa, ya que trabajo y a veces ni estoy.Voy despacio y abro la puerta.
Lucía Navarro Después del jueguito empezaron a comer, me disculpé para ir al baño ý cuando salgo me encuentro a todos esperando para despedirme, ya que Lorenzo dijo que me sentía mal y que quería irme a casa, cosa que no era cierto y me arrastró a la salida sin dar una explicación.Me hizo subir a su auto y sin decir ni una mierda condujo hasta su casa y aquí estoy, entrando sobre su hombro como un saco de papas.Lorenzo Lombardi —Déjame que me lastimas ¿Quién demonios te crees para traerme a tu casa como que soy un juguete —dice golpeando mi espalda mientras camino con ella dentro de mi departamento.—Tu dueño —digo bajándola —¿Entonces eras tú quién me escribías cartas en secreto? —pregunto metiendo mis manos en mis bolsil
Lorenzo Lombardi Después de conducir con prisa saltarme los semáforos, ir a varios restaurantes donde se que ha limpiado, al fin hasta ella. U está afuera, abrazada a un imbécil que rodea sus manos en su cintura mientras sonríen y hablan muy de cerca.Me bajo del coche y con pasos apresurados me acerco a ellos.—¿Interrumpo? —pregunto cruzándome de brazos.Ellos se separan y ella me mira de pies a cabeza.—Si, interrumpes —dice molesta.—Y él es... —dice el imbécil señalándome.—Lorenzo Lombardi, su novio —digo acercándome a ellos.—¿Su novio? —pregunta riendo a carcajadas con tono de burla.—No eres nada mío, Lorenzo —dice cruzándose de brazos.—Vayamos a donde podamos hablar a solas —digo acercándome a ella.Ella re