Lorenzo Lombardi
El dinero que tenía en mis manos se lo extiendo y ella lo toma con rabia. Voy a mi asiento y Lukas me mira ¿enojado? Tal vez.
Lucía toma su bolso y se acerca a mi.
—No soy como sus secretarias o como su prometida. A mi me respeta, patán —dice y me da una cachetada.
¿Prometida?... ¿Qué sabe ella de Bianca)
Da un beso en la mejilla de Lukas.
-Nos vemos Lukas, espero y no seas como éste, poco hombre -dice yéndose sin dar un portazo.
No me dijo imbécil.
Joder!
Maldición!
M
Abrochen sus cinturones que el avión va a des...No, esperen. Hay que ver como fue todo esto.Lorenzo Lombardi —Madre, se me hace tarde —grito entrando a la casa.Veo una maleta y una cartera en el pasillo. Mi madre baja las escaleras aún en pijama y me abraza.—Que tengas buen viaje, hijo —dice besando mi mejilla.—Gracias madre ¿y la secretaria que me asignaste? —digo rodando los ojos.—Aquí estoy —dice Lucía saliendo de la cocina.—Esto será divertido —digo poniendo mi cara de malicia.Me despido de mi madre y de Olga y voy hasta el vehículo en donde el chófer nos espera.Ella va detrás mirando por la ventanilla del auto, saca su celular y se entretiene durante el camino al aeropuerto.El camino al aeropuerto fue silencioso.Ell
Lucía NacarroSe acerca a mi y me pega a la pared.—Haz lo que te pedí —dice mirándome a los ojos.—Se dice por favor —digo sosteniendo su mirada.—No me da la gana.—Pues no haré nada.—Te estás jugando con fuego, niña —dice poniendo mis manos sobre mi cabeza.Observo el chupetón de ayer y río.—Menuda marca la que te he dejado.—Me la vas a pagar —dice soltando mi mano y rompiendo los botones de mi camisa.Mete su cara en mi
Lorenzo Lombardi Entro a la habitación y las luces están apagadas. Veo que la puerta del balcón están abierta y una luz encendida.Me acerco lento y la escucho hablar por voz.—Estoy más cerca de ti, de lo que te imaginas —dice ella.Cierro mis puños.—Si, estoy en Italia, quisiera verte.Me acerco más para escuchar la voz, pero no puedo.—Ok, hablamos mañana. También te amo —dice y cuelga.Voy a la habitación sin que me vea. Y la escucho cerrar las puertas corredizas.Estoy en la esquina de la habitación y ella no me ha visto.—Estúpido Lombardi. Estúpido... ojalá y no se te pare —la escucho decir.—Se me paró y lo usé —digo y ella se sobresalta.Ella agranda los ojos y da un paso hacia atrás
Lorenzo Lombardi —¡Te castigaré! —digo mirándola a los ojos.Ella traga saliba y camina hasta la puerta, sale y me la cierra en la cara.Estúpida.Sus carcajadas se escuchan por todo el pasillo. No pierde el glamour al caminar aunque va muriendo de risa. La sigo y llegamos a la recepción donde me indican que el taxista ya llegó. Llegamos al restaurante y los presentes no le quitan los ojos de encima. Ella camina muy segura de si. Sus tacones rojos a juego con sus labios me hacer imaginarme una escena erótica de la que no quiero hablar, porque se me formaría una erección.Ya tengo una.
Lorenzo LombardiSostengo su nuca y la continúo besando. Sus labios son suaves y su saliva sabe a chocolate. Gracias a la menta que le regaló el taxista. Ella intenta soltarse de mi agarre, la pego más a mi y profundizo el beso. Ella abre más su boca y meto mi lengua, jadea y me chupa el labio inferior.Despeina mi cabello y me abraza más. La impujo a la cama y subo sobre ella. Lamo su cuello y jadea. Acaricio su pierna y está erizada. Ella abre y me coloco en medio. Pegando mi miembro de su sexo. Aprieto su seno y vuelvo a besarla.—Eres mía, Lucía —susurro en su oído.—No, no te &md
Lucía LombardiMe despierto con una sonrisa en mi rostro y pienso en la razón. Borro la sonrisa cuando recuerdo lo de anoche.—Buenos días, Lucía —dice Lombardi y me giro para encontrarlo sólo con el pantalón de pijama y una bandeja en manos.Me levanto de la cama así desnuda.Demonios.Estoy desnuda.Como Dios me trajo al mundo, solo con un poco más de masa.—No sé a qué andas jugando, pero te dejo bien claro, que lo de anoche s&oa
Lucía Navarro No sé que pretendo con éste jueguito que llevo con Lorenzo, pero me está empezandoa gustar.Salimos de la exposición de los vestidos a donde la señora Roxanna quería que la reprentaramos, todo estaba entre dos. Habían vestidos que ni regalados me los pondría y la comida no estuvo muy buena que digamos. No esperamos a que acabara ya que teníamos otro compromiso y pos aquí estamos.Observo a todos los presentes en la sala de una enorme mansión. Hay unos que otros periodistas, muchas mujeres guapísimas y hombre elegantes. Algunos que otros adolescentes entre 16 y 22 años que van acompañados de su familia o su pareja.Todo es hermoso a diferencia del otro lugar. Los bocadillos valen la pena, aquí.Lorenzo está exponiendo su propuesta para una feria que hay a fin de año, con el título: Fragrancia para el otoño. Se ve seguro de si mismo, las cámara
Lucía Nacarro Miami Dulce MiamiPor fin llegamos, ya estaba cansada de estar al lado de Lorenzo siempre. Se creía mi dueño, cuando solo era su secretaria.Imbécil Termino de poner la comida en la mesa para luego yo comer en la cocina. Mi padre está hablando muy feliz con la señora Roxanna y según me dijo Olga. Mi padre amaneció aquí anoche.Esto se descontroló. Mi padre y yo comemos en la cocina con Olga mientras los demás en la mesa. La señora se han empeñado en que los acompañemos, pero ya eso sería demasiado.Después de terminar, Salgo para llevar unas ropas de la señora a su habitación.&mdas