¿Quieren un maratón? Estoy preparando uno especial. ¿Qué día les gustaría?
Las tardes sirven para conocer al doctor Fitz, quien a sus treinta años sigue siendo un hombre soltero, no porque quiera, porque en su boda, la mujer que amó, nunca llegó. Es demasiado triste, cuando me lo dijo no supe que decirle.— Has tenido un buen avance, Aria —dice el doctor Fitz cuando la noche ha llegado.— La semana terminará —respondo— ¿Vendrá el doctor MonteCarlo?— Si —mira con demasiada seriedad su Ipad— Pareces emocionada por verlo.— De hecho, son nervios. Sé que Douglas no lo tolera, no quiero que el se enoje por el doctor. Me siento muy cómoda, con usted, Doctor.El doctor Fitz no levantó la vista, solo siguió escribiendo sobre ese iPad.Mi celular comienza a sonar, me apresuró a responder porque se que es Douglas. Es el único que me llama ahora.— Dime —respondo— Amor.— El abogado de mi padre ira a cenar. ¿Puedes bajar?— No lo sé… Doctor Fitz. ¿Puedo bajar a cenar hoy al comedor?— Con ayuda sí.— Dice el doctor Fitz que con ayuda si puedo, para bajar. ¿Entonces?—
— ¿Estás ayudando o poniendo a prueba algo del doctorcito o qué mierda estás haciendo, Fitz? —aunque traté que mi voz saliera de manera natural, no pude esconder lo que me estoy negando a aceptar.Fitz me esperaba, puedo verlo. Es un hombre inteligente, sé que tuvo la intención de al menos provocarme. Pero hay algo que no puedo entender. ¿Por qué?— No estoy ayudando a nadie, señor Fraser. ¿De qué me está hablando?— ¿Por qué la ayudaste a bajar cuando yo no te lo pedí?— Es mi deber como doctor —explicó obviando.— No soy idiota, Fitz. Ese debes corresponde a las enfermeras y a mí, tú sales sobrando aquí. — ¿Aria sabe que estás aquí? ¿Amenazándome?— ¿Qué es lo que buscas? —exigí— No es obvio, para estas alturas… Estoy enamorado de ella, como todos al parecer. Ella es una persona demasiado fácil de querer, señor Fraser.Cuando escuché aquello, finalmente golpeé la pared a mi lado. Estoy celoso, ahora no puedo parar de imaginar demasiado, este doctor estuvo con Aria todos estos dí
Narrador Douglas después de un día agotador, ha finalizado con todo lo que tenía pendiente. Ahora, puede tomarse esos días que tanto quería tomarse, para poder llevar a Aria a ese lugar que a el tanto le gusta. Camina por los pasillos, los trabajadores al verlo se quitan del camino, dejándole un paso libre a su jefe. Como jefe, Douglas Fraser es un intimidador, su estructura es imponente, así que sus empleados le tienen respeto. Douglas vuelve a su oficina para dejar listo los papeles con los que continuarán trabajando toda la semana las personas que se quedarán a cargo. Su celular se enciende, el nombre de “Doctor Fitz” aparece en la pantalla, con solo verlo la cabeza y los celos regresan. “¿Qué m****a quiere ese idiota?” —piensa Douglas, así que no responde. El doctor Fitz vuelve a insistir, pero Douglas se niega a responder totalmente. La pantalla vuelve apagarse. Antonio camina casi corriendo por los pasillos, con una terrible noticia. Los empleados no están acostumbrados a
La clínica esa noche recibió muchos pacientes. Al parecer, la gripe está atacando a los mas ancianos, esto se ha provocado por el cambio brusco de las estaciones. Debido al calentamiento global, ahora los inviernos son mas largos y fuertes, es lo que está pasando en la ciudad.Douglas observó toda la noche a Aria. Su pálida piel, luce casi transparente. Realmente está preocupado por lo que pueda pasarle. ¿Por qué? Esa pregunta aún no se la hace así mismo. Cuando el sol comenzó a salir al día siguiente, la madre de Aria apareció.— ¿Qué fue lo que pasó? —interrumpió en la habitación— ¿A caso no planeaba decírmelo?— ¿Quién se lo dijo?— El doctor me ha llamado. ¿Por qué no me ha llamado?— ¿En serio me pregunta eso? ¿Qué pensará Aria de que solo su madre venga a verla? Aria es muy inteligente, no falta para que comience a sospechar de lo que en realidad está pasando, su corazón está demasiado mal, si su padre fallece, puede que no lo resista. No quiero que eso suceda, usted tampoco, se
Narrador La delicada salud de Aria sigue estando demasiado presente en las vidas de todos. Tres hombres siguen demasiado preocupados por ella, pero ella. El corazón de Aria está latiendo por primera vez por un hombre, un hombre del cual nunca esperó que se enamorara. — ¿Puede viajar? —preguntó Douglas a ambos doctores— Tomaré unas vacaciones y quiero llevarla a un lugar tranquilo, lejos de todo. — Puede hacerlo —respondió MonteCarlo— Igual que la vez que fue a Suiza, bajo supervisión. De otra forma, sería bajo su propio riesgo. — Vaya manera de desanimarme —susurra Douglas cansado— Pero está bien, me importa la salud de ella, por, sobre todo. Los doctores miraron como Douglas se alejó de ellos. Ambos podrían pensar que realmente la preocupación de Douglas por Aria es amor, pero no. Saben o al menos imaginan que su lucha por hacer que siga viviendo tiene que ver con el dichoso contrato, nunca estarían mas equivocados. Aria tomó su teléfono cuando los tres hombres salieron de la h
Punto de vista de Aria Aunque llamé a mi madre demasiadas veces, nunca respondió. Aunque busqué a mi tía Estela, jamás la encontré. Como si se los hubiese comido la Tierra. Al bajar del auto, la puerta es abierta por Douglas, al tomar su mano para bajar vuelvo a sentir esa corriente que en cualquier momento piensa consumirme. — Gracias —digo al bajar Douglas no me responde, desde hace dos días no hemos podido borrar esta barrera. No sé de que puede estar molesto el, la única molesta debería ser yo, pero ninguno va a ceder. Me siento sofocada. Cuando alzo la mirada, en la entrada del avión que es propiedad de Douglas, se encuentra la sonriente cara de el doctor MonteCarlo y la seriedad que caracteriza al doctor Fitz. Me siento un poco mas en confianza con ellos presentes. — ¿Cómo te sientes? —pregunta el doctor Fitz — Me siento bien. Creo que si servirá alejarme de todo el estrés de la ciudad —me acerco a ellos lo suficiente para susurrar— Sería mejor si mi esposo no viniera, es
NarradorEl viaje fue demasiado relajante a comparación de su anterior viaje a Suiza. Ahora Aria está bien de salud, dentro de lo posible, así que ambos doctores van relajados, tan relajados que están haciendo mucha platica a Aria.Desde que vieron que eso parece molestar a Douglas, lo hacen a propósito. Al menos el doctor Fitz, el doctor MonteCarlo siempre ha sido así con ella.Después de un largo viaje, logran llegar a Leknes, Noruega.— Wow, es un lugar impresionante —es lo que dice Aria cuando puede apreciar el lugar donde han llegado.— Cuando obtuve mi primer negocio millonario, compré una hermosa casa aquí. Suelo venir cuando necesito relajarme, además de que no hay señal aquí, así que suelo pensar en demasiadas cosas —Douglas se pone a su lado y toma su mano.Aria en ese momento se sonroja, pues no esperaba que hiciera eso. Por detrás, ambos doctores miran la unión de sus manos. Ambos saben que el matrimonio de ellos es una farsa, así que ven esos actos muy innecesarios.— Es
Punto de vista de Aria. Nuestro primer día en este nuevo lugar fue acogedor. El lugar donde nos quedaremos es un paraíso total. El día realmente pasó volando por diferentes razones, como conocer los alrededores de la gran casa de Douglas. No pude hablar con nadie, pues no tuve cerebro para pensar en algo razonable. Mi mente vagaba en los sentimientos que tengo con Douglas. En todo lo que hemos pasado hasta ahora, en como literalmente le debo mi vida. Por la tarde noche, intenté llamar a mi madre demasiadas veces, pero no resultó. No respondió. Eso en si es extraño, pero no podía hacer más, aunque quisiera. — ¿Cómo te sientes? Esa pregunta la he escuchado demasiadas veces, que ahora es muy cansado responderla, puedo apreciar que me tengan cuidado, pero no quiero que siempre que me vean eso se le venga a mente. — Bien, doctor MonteCarlo —respondí con una falsa sonrisa— ¿Dónde está? — ¿El señor Fraser? —me pregunta de regreso— Escuché que dijo que estaría en la oficina, tomaría un