— Estuvo preguntando por ti toda la mañana —Me informa Antonio— ¿Está todo listo? —ignoro lo que me ha dicho— Tenemos que irnos, ya no aguanta esta estúpida ciudad —estoy verdaderamente de mal humor.Con menos ayuda que hace dos días, terminamos en el avión privado, con destino a casa. Miro de reojo a Aria, que sonríe y platica con ese doctor que tanto me molesta, ella está sentada, parece sentirse mejor.— Lo va a matar, señor Fraser —El doctor Fitz aparece a mi lado— ¿No estará celoso del doctor Adriano, verdad?— ¿Por qué hace esa pregunta tan tonta?— Quiero saber, es curioso como alguien como usted, terminó con una mujer como la señora Fraser —su actitud por primera vez es molesta, tal vez se deba a mi mal humor— Simple curiosidad— Es mi esposa, doctor Fitz, cuide sus palabras.El vuelo fue peor que el primero, mi malhumor estuvo siendo alimentado por escuchar como Aria se ríe ante bromas estúpidas de esos doctores. Lo peor de todo, es que fuimos desviados por dos horas, debido
Me despierto en vuelta en las sabanas perfectamente. Miro a mi lado, pensando que quizá me encuentre el cuerpo de Douglas, pero siento una gran desilusión al ver que está vacía la cama.Con ayuda de mi tía Estela, me preparó para pasar el día. Después de estar limpia y con ropa, mi tía le dice al doctor Fitz que puede pasar. Se ve extraño con ropa normal, estoy acostumbrada a verlo con esa bata blanca que siempre usa.— Buen día, señora Fraser —Fitz luce increíblemente feliz, siempre ha estado serio, pero hoy no— ¿Cómo se siente el día de hoy?— Me siento bien —respondo— Tengo mucha energía.— Aunque te sientas, no debes creer que estás bien, tu cuerpo recibió sangre por lo que tu anemia no está tan abajo, pero sigues sufriendo de eso. Tu cirugía fue excelente, pero no debes andar por allí, fue una cirugía de muy alto riesgo, no tienes tu corazón, fue cambiado, es muy complejo.— ¿Mi cuerpo aún puede rechazarlo? ¿después de tantos días?— Si, el tiempo importante es de tres meses, per
NarradorLas miradas de Douglas y Dylan decían mucho mas de mil palabras. Douglas jamás pensó que pequeño hermano menor sería capaz de algo así, ese dinero es lo que menos le importa ahora.— ¿Lo hiciste tú, Dylan? —preguntó Douglas con una calma, que podría ser parecida a la de un león esperando un solo movimiento para salir detrás de su víctima.— ¿No me escuchaste? Justo pasé en ese momento, jamás haría algo para herir a otra persona…Las palabras de Dylan quedaron en el viento, Douglas lo sabía. Sus palabras son mentiras, pésimas mentiras.— Desaparece de mi vistaLa voz de Douglas es tan fría, que, al escucharla, Dylan temeroso dio un paso hacía atrás. Por unos segundos se arrepintió de darle la noticia el, personalmente. Tuvo la oportunidad de simplemente escribir un mensaje, pero quería tener la satisfacción de arruinarle sus planes en persona a su querido hermano mayor.— ¿Por qué, hermano? Solo pasé a saludar. ¿Tanto me odias?Douglas dejó salir un suspiro de autocontrol. Aun
— Te amo —dije arriba de su cuerpo. Douglas me mira con absoluta veneración— Quiero ser tuya, mi mente lo es desde el día que nos unimos en matrimonio, pero ahora quiero que hagas con mi cuerpo lo que deseas. — ¿Lo que deseo? —su voz se volvió especialmente ronca, sus manos hundieron sus dedos en mis caderas— ¿Qué es lo que deseo? — Lo sé desde que me viste, desde aquella vez que me pediste que me deshiciera de toda la ropa, aquella primera noche. ¿Crees que no vi como huiste por perder el control en tu cuerpo? Noté tu… — ¿Por qué esperaste tanto tiempo, Aria? ¿Por qué me hiciste esperar si lo sabes desde el primer maldito día? Su pecho respira con dificultad, puedo verlo con facilidad. Sube y baja como si estuviese controlando sus mas bajos instintos. Reí. ¿Por qué? No tengo la menor idea. Pasé mi dedo anular por la línea que divide su pecho y abdomen. No sé como es que me siento tan coqueta hoy. — Solo bésame —imploré. Douglas sujetó mi barbilla— ¿Tan rápido deseas que comenc
Las tardes sirven para conocer al doctor Fitz, quien a sus treinta años sigue siendo un hombre soltero, no porque quiera, porque en su boda, la mujer que amó, nunca llegó. Es demasiado triste, cuando me lo dijo no supe que decirle.— Has tenido un buen avance, Aria —dice el doctor Fitz cuando la noche ha llegado.— La semana terminará —respondo— ¿Vendrá el doctor MonteCarlo?— Si —mira con demasiada seriedad su Ipad— Pareces emocionada por verlo.— De hecho, son nervios. Sé que Douglas no lo tolera, no quiero que el se enoje por el doctor. Me siento muy cómoda, con usted, Doctor.El doctor Fitz no levantó la vista, solo siguió escribiendo sobre ese iPad.Mi celular comienza a sonar, me apresuró a responder porque se que es Douglas. Es el único que me llama ahora.— Dime —respondo— Amor.— El abogado de mi padre ira a cenar. ¿Puedes bajar?— No lo sé… Doctor Fitz. ¿Puedo bajar a cenar hoy al comedor?— Con ayuda sí.— Dice el doctor Fitz que con ayuda si puedo, para bajar. ¿Entonces?—
— ¿Estás ayudando o poniendo a prueba algo del doctorcito o qué mierda estás haciendo, Fitz? —aunque traté que mi voz saliera de manera natural, no pude esconder lo que me estoy negando a aceptar.Fitz me esperaba, puedo verlo. Es un hombre inteligente, sé que tuvo la intención de al menos provocarme. Pero hay algo que no puedo entender. ¿Por qué?— No estoy ayudando a nadie, señor Fraser. ¿De qué me está hablando?— ¿Por qué la ayudaste a bajar cuando yo no te lo pedí?— Es mi deber como doctor —explicó obviando.— No soy idiota, Fitz. Ese debes corresponde a las enfermeras y a mí, tú sales sobrando aquí. — ¿Aria sabe que estás aquí? ¿Amenazándome?— ¿Qué es lo que buscas? —exigí— No es obvio, para estas alturas… Estoy enamorado de ella, como todos al parecer. Ella es una persona demasiado fácil de querer, señor Fraser.Cuando escuché aquello, finalmente golpeé la pared a mi lado. Estoy celoso, ahora no puedo parar de imaginar demasiado, este doctor estuvo con Aria todos estos dí
Narrador Douglas después de un día agotador, ha finalizado con todo lo que tenía pendiente. Ahora, puede tomarse esos días que tanto quería tomarse, para poder llevar a Aria a ese lugar que a el tanto le gusta. Camina por los pasillos, los trabajadores al verlo se quitan del camino, dejándole un paso libre a su jefe. Como jefe, Douglas Fraser es un intimidador, su estructura es imponente, así que sus empleados le tienen respeto. Douglas vuelve a su oficina para dejar listo los papeles con los que continuarán trabajando toda la semana las personas que se quedarán a cargo. Su celular se enciende, el nombre de “Doctor Fitz” aparece en la pantalla, con solo verlo la cabeza y los celos regresan. “¿Qué m****a quiere ese idiota?” —piensa Douglas, así que no responde. El doctor Fitz vuelve a insistir, pero Douglas se niega a responder totalmente. La pantalla vuelve apagarse. Antonio camina casi corriendo por los pasillos, con una terrible noticia. Los empleados no están acostumbrados a
La clínica esa noche recibió muchos pacientes. Al parecer, la gripe está atacando a los mas ancianos, esto se ha provocado por el cambio brusco de las estaciones. Debido al calentamiento global, ahora los inviernos son mas largos y fuertes, es lo que está pasando en la ciudad.Douglas observó toda la noche a Aria. Su pálida piel, luce casi transparente. Realmente está preocupado por lo que pueda pasarle. ¿Por qué? Esa pregunta aún no se la hace así mismo. Cuando el sol comenzó a salir al día siguiente, la madre de Aria apareció.— ¿Qué fue lo que pasó? —interrumpió en la habitación— ¿A caso no planeaba decírmelo?— ¿Quién se lo dijo?— El doctor me ha llamado. ¿Por qué no me ha llamado?— ¿En serio me pregunta eso? ¿Qué pensará Aria de que solo su madre venga a verla? Aria es muy inteligente, no falta para que comience a sospechar de lo que en realidad está pasando, su corazón está demasiado mal, si su padre fallece, puede que no lo resista. No quiero que eso suceda, usted tampoco, se