Es domingo y desde de estoy soltero vengo a pasar el dia con mis hermanos y mis papás, de los tres hermanos soy el único que vive lejos de casa. Mi edad pedía a gritos que saliera de la casa de mis padres antes de los 24 y así fue, tomé la oportunidad y me fui. Fue difícil al principio, pero me asombre a vivir solo y sin la efusividad de mis hermanos, llegué a extrañarlos, por eso venía cada vez que podía hasta que conocí a Estella. Ella hizo que deseara estar todo el día en casa, solo con ella y haciendo lo que ella quería. Cuando se fue y me dejó mi vida parecía haber perdido sentido, no tenía nada que hacer, no tenía amigo con quien salir a tomar una copa, hasta que Sebastian reapareció para ayudarme a salir del hoy en el que ni siquiera sabía que estaba. Fue como empecé a salir a tomarle sentido a mis días, así que parte de mi rutina semanal era pasar el día con mis hermanos y con mis padres o de forma separada, ahora es una costumbre reunirnos todos los domingos. Domingo familia
—¿Y como has estado?— los ojos de Hannah me examinan el rostro, ¿como te explico lo que ha pasado hace una semana? —Actúas distinto a la anterior semana.—¿Eso crees? Estoy bien, Hannah— le digo con voz sutil, no, no estoy bien, pero no puedo decirle la verdad sobre lo que pasó. —¿Y tú?—Estoy perfecta, solo un poco cansada. Últimamente estoy muy desanimada, me duele la cabeza todo el tiempo y me siento sin ganas de hacer nada, si por mí fuera, ahora mismo estaría durmiendo.— Caminamos a la orilla de la alberca de la casa, ella se quita las sandalias y se sienta en la orilla de esta, metiendo los pies en el agua.Hannah es una mujer muy linda, cada vez que la veo me hace sentir una especie de paz. La veo y siento que la serenidad me envuelve y me convierte en uno mismo, siento que eso es lo que necesito el resto de mi vida. Entre ella y yo no hay amor, simplemente... nada, porque tampoco somos un par de amigos que han decidido sacrificarse. Somos un par de amigos que no se habían vist
Arrastrando mi equipaje recorro el pasillo de mi casa que me lleva hasta el elevador. Ya han pasado dos semanas más y a pesar se que intento no llevar la cuenta de ello, la chica desconocida sigue sin llamarme. Es obvio, ella no quiere nada conmigo y sí, me ha tomado un miserable mes para darme cuenta de que solo fue una noche más en su lista. Seguramente ella debe de estar pensando que antro visitará esta noche y quizás pensando en si esta noche la pasará con algún hombre que le parezca guapo o que simplemente le muestre un poco de atención. Llego hasta el ascensor y oprimo el botón, no espero volver aquí, a mi casa después de el 8 de enero, pero ya no regresaré solo. De mi mano vendrá Hannah y después de ese día, ella y yo viviremos juntos, sin embargo, no creo que vivamos mucho tiempo aquí. Es un lugar grande, hay dos habitaciones más a parte de la que ocupo para dormir. Hay un estudio donde de vez en cuando reviso cosas sobre la empresa y también de vez en cuando entro a ese luga
Me recuesto en la cama, al parecer la ausencia de Hannah se a prolongando. Ella es voluntaria en una casa hogar, ahora que sé ese detalle la perspectiva que tenía de ella ahora es mucho más buena. Ella realmente es una buena mujer, mamá no se equivocaba al decirme que ella parecía ser la indicada para mí. Al menos, siento que Hannah no sería comi Estella, no hay anda en ella que se parezca a mi ex novia y casi mi ex prometida. Son tan diferentes que me alegra poder casarme con una mujer que se preocupa por los demás, por ejemplo niños huérfanos. No puedo esperar por darle la noticia a los medios de alguna de las obras de caridad de mi esposa, todos, absolutamente todos me envidiaran al saber la clase de mujer que tendré a mi lado. Es decir, ella es guapísima, tiene elegancia pura, tiene unos bonitos ojos y también un lindo cuerpo que no rasga a los extremos, es simplemente delgada, pero no tanto, por lo cual me dice que quizás nunca a sufrido de algún trastorno alimenticio. Es la pa
Todo transcurre en cámara lenta, estoy confundido y la expresión de la chica desconocida... que ahora tiene nombre, me dice que tampoco le agrada la idea de verme. Estoy parado sin saber que diablos hacer, pero es que... ¿qué digo, qué hago? No puedo llegar y saludar y decirle que me alegro de volver a verla después de que nunca llamó, nu tampoco puedo decirle que... se ve maravillosa hoy a pesar de tener el cabello despeinado y esponjado, tampoco le voy a decir que se ve mejor ahora que cuando la conocí, porque a diferencia de esa noche... no estamos solos. —Mira, amor,—¿amor? ¿Por qué me llama así? —ella es mi mejor amiga, de la que tanto te he hablado— ni a Maxine ni a mí se nos logra dibujar una sonrisa falsa, no tenemos expresión.¿Qué se supone que debería de hacer? Nunca pensé que esto podría ser posible, jamás creí que podría haber una coincidencia como esta. Carajo, ¿en qué estoy metido? Dentro de mí crece un sentimiento extraño, mejor catalogado como enfado, enojo, mucho en
Sin pensar en lo que estoy haciendo o lo que pueda pasar, camino hasta el pasillo de habitaciones, busco cuál podría ser la de ella. Así que camino empujando cada puerta que se me atraviese en el trayecto, pero solo en una hay ruido. —¿Sí?— responden cuando toco y empujo la puerta, el corazón me late con fuerza y desbocado al escuchar que ella ha contestado, ella es, ella está detrás de esta puerta de madera. La única barrera que nos separa es esta m*****a puerta que sinceramente quiero derribar de una patada, quiero, no, necesito verla. Necesito mirarla a los ojos y saber porque fue tan mala como para nunca hacer una llamada —Abre la puerta— sueno brusco y enojado, pero realmente no me importa. No dice nada desde el otro lado de la puerta —Por favor, date prisa, nadie puede verme aquí. —esta vez cambio el tono de mi voz a uno más tranquilo —Carajo, date prisa. —Yo... ¿qué es lo que quieres?— sonrío al sentir que realmente parece asustada por mi presencia, ¿por qué me teme? Es un
Desde esa noche, me imaginé nuestro encuentro, por las noches rodaba por la cama porque no podía dormir, así que en mi mente creaba varios escenarios de como podría ser el día en el que ella al fin me llamara. Imaginé que podría decirme que no me había llamado porque quizás se le había averiado el teléfono y no tenía computadora para enviar un correo y que mi oficina le quedaba demasiado lejos como para tomar un autobús hacia mi empresa. Y que solo por eso no había podido comunicarse conmigo para decirme que lo que había pensado entre nosotros no había sido una noche más al azar en su vida. Que por una extraña razón yo había sido especial para ella y que no podía olvidarse de esa forma en la que los dos conectamos. También imaginé que quizás nos podríamos encontrar en la calle mientras yo daba mi paseo matutino por el Grand Park. Los dos nos sentiríamos felices por volvernos a ver y justo después de eso yo la invitaría a desayunar algo rico en alguna cafetería cercana. Hablaríamos de l
—¿Has venido a burlarte de mí, Maximiliam?— dice apretando sus manos delicadas en puños al costado de su cuerpo, cada palabra de su boca sale llena de rabia, definitivamente este no es el reencuentro que esperaba para ambos, esperaba algo más indo, quizás más íntimo, pero ahora mismo estoy tan enojado con ella. Me siento ofendido, poco atractivo y definitivamente con el orgullo y el ego herido.— Si ese es el caso, te ruego que mejor salgas de mi habitación, no vale la pena escuchar lo que tengas que decir, tampoco quiero que alguien nos vea y malinterprete las cosas.—¿Malinterpretar? No hay nada de malo, puedo decir que te vi y quería saludar más íntimamente.— No estoy pensando en nada de lo que estoy diciendo, simplemente las palabras salen de mi boca como vomito incontrolable, como ese que les da a los ebrios después de beber. Imprimo en la palabra "íntimamente" un tono sarcástico y muy burlo, pero a la vez uso mi voz más sensual, ella se pone visiblemente más nerviosa, no, no más