La mirada de Sebastian es de total desaprobación y a la vez de confusión. Niega varias veces y suspira y yo quiero saber que diablos le pasa, ¿por qué no habla y solo desaprueba? Es un estúpido que solo me juzga porque le he dicho que no quiero sacarme de la cabeza a aquella mujer que me ha arrancado la cordura y se la ha llevado consigo. No está tan descabellada la idea de que a pesar de que el tiempo no se detiene y los días pasan yo no pueda dejar de pensar en ella. Vive permanentemente en mis pensamientos y en mis sueños también. Sebastian no es como yo, a él no le importa mucho los sentimientos de las mujeres con las que se acuesta, ni tampoco le importan sus propios sentimientos. Mientras que yo nunca podría simplemente acostarme con una mujer así por qué sí. Esa noche hice una excepción y solo porque estaba bastante ebrio y eso ha dejado de ser un error. Comúnmente pienso que beber no es algo bueno, pero esa noche fue una bendición haber estado bajo los influjos del alcohol pu
—Tengo una idea, Max.— Alzo las cejas entre confuso y asustado. La última vez que Bastian dijo algo como eso tuve que ir a sacarlo de la cárcel porque hizo cosas que si salen a la luz pública, su padre se muere. —¿Por qué no vamos a buscar a esa chica a alguno de los antros más importantes de la ciudad? Tenemos que hacer una investigación sobre ella, aunque no lo entiendo.—¿Qué no entiendes?— pregunto molesto y confundido por su dichosa idea. Aún no la comprendo. —¿Por qué no has mandado a investigar a esa mujer? Tienes el dinero y los contactos necesarios para saber quien carajos fue que te acostaste. Podrías saber hasta si tiene hijos y si en los dos últimos meses tuvo alguna visita al ginecólogo por alguna infección de transmisión sexual. —Suspiro e intento mantener la cordura.—¿Crees que no sé eso?— respondo con cuidado. —Créeme que sé bien que puedo investigarla, pero no quiero porque ya te dije que ella tiene los medios para comunicarse conmigo. Tampoco soy un psicópata que v
Maximiliam Por fin es fin de semana y puedo descansar en casa. Puedo despertar una hora más tarde y desayunar en la comodidad de mi cocina. Tengo un plan para el día, debo de hacer algunas compras, además de que debo de ir a la agencia de limpieza para pagarle a Ana y sus honorarios. No tengo quejas de ella, lo único que no me agrada es que a veces quiere coquetear conmigo. Es guapa, no es fea, pero simplemente me gustaría que entienda que no voy a tener nada con ella. No ando con mis empeladas, ni ahora ni nunca. Respeto mi empleo y mi oficina y también mi apellido. No pienso enredarme con alguien que trabaja para mí, pero ella no lo entiende. A veces me veo tentando en despedirla, pero para ser sincero, ella hace bien su trabajo. No tengo ningún tipo de problema con lo que ella hace, es buena y hasta ahora no me ha robado. Lo mejor del caso es que casi no la veo, por eso es que puedo tolerar que me coquetee. Sebastian y ella serían una linda pareja, ambos son igual de atrevidos.
HANNAH Mantengo mi vista en la revista de novias que mamá me obsequió. Fue un regalo totalmente innecesario, me gustaría pensar en cosas fuera de la grandiosa boda. Quiero tener la mente despejada y por un momento olvidar que debo de preocuparme por una boda que básicamente mi madre esta organizando. Respiro hondo y paso a la siguiente pagina de la revista. En esta página hay dos chicas modelando dos diferentes estilos, siento que podríamos ser Maxine y yo. Ojalá que después de mi boda, la siguiente en casarse sea ella, aunque dudo que ese sea su plan. Ella tiene un sueño y tal vez una boda la detenga un poco. A Maxine me la imagino siendo una famosa actriz, pero no me la imagino siendo una madre dedicada al hogar. Ella tiene muy claros sus metas, por eso es que la admiro... si ella estuviera en mi lugar, no estaría a punto de casarse. Ella tiene el temperamento necesario para decir no. Por eso es que no quiero que sepa que realmente me estoy casando con Max por que gracias a su din
—No te preocupes, tal vez venga a ma boda. Puedes conocerla cuando ambos estén aquí. —Respondo absorta a la conversación, pues frente a mí esta un pequeño regalo que Leo me dio hace meses y que por una extraña razón no quise abrir. Es una pequeña caja de al menos cinco centímetros por lado. No qusie abrirlo porque algo me decía que podría ser un anillo o algo por el estilo y eso me dio miedo. Ahora mismo tengo la curiosidad de saber que es lo que hay adentro. Antes lo valoraba los detalles que recibía de ese hombre y hoy extraño hasta su aliento. Echo de menos sus manos sobre mi piel y sus besos, pero también extraño la forma tan única en la que me hacia sentir.Si debo de definir lo que siento por Leo y por Max, las cosas son demasiado claras. Por Leo siento amor, ese amor sincero que se dio con el tiempo adecuado y sin ganas de ser más que solo amisgos, por eso es que es tan especial. Me gusta la idea de que ambos nos enamoramos despacio y sin ningún tipo de prisas... solo sucedió d
HANNAHCorro escaleras a bajo, hoy el día ha empezado bien. Fue la segunda revisión de rutina de papá y todo indica que su corazón está bien. No sabía que esa notocia me pondría tan frenética y feliz, estoy contenta de saber que esta bien. Una cosa menos a la lista de mis problemas, ahora puedo ponerme a pensar en como hacer que Maxine venga a la boda. Puedo rogarle todo lo que ella quiere. Haré lo que tenga que hacer con tal de que venga a Tehachapi y sea mi dama de honor. A pesar de que la boda no es algo que quiero, si quiero que sea inolvidable... después no creo casarme de nuevo, así que debo de aprovechar la oportunidad. Como parte de mi búsqueda por tranquilidad, he estado haciendo yoga. Corro a la cocina vestida con un top y unos pantalones cómodos por una manzana. Estoy hambrienta, pero todavía no es la hora de comer... e Irina debe de estar ocupada con otras cosas. Trago saliva con dificultad al darme cuenta de que si no hubiera acepatado la boda o si Max se hubiera negado,
HANNAHMi madre baja de su auto como si nada, trae una bolsa blanca o más bien color hueso con una etiqueta y dice “novias”. Suspiro hondo, porque se hacía donde irá la conversación, debió de ir con la que está planeando la boda. Pareciera que es mi madre la que se va a casa por segunda vez y en serio me gustaría que así fuera y que mi nombre no estuviera por aparecer en todas las invitaciones que se han mandado a hacer en la imprenta. No quiero leer una Hannah y Maximiliam, no quiero leer algo como “nos complace, invitarte a la celebración de nuestra boda” "el día en el que uniremos nuestras almas en una sola, ha llegado, te invitamos a celebrar nuestra boda, no faltes” o algo por el estilo. Mi madre es quien se está encargando de eso y más, tanto de las invitaciones hasta del color de los manteles que cubrirán las mesas. Aunque creo que mama dijo que le gusto la idea de solo usar una mesa larga en donde todos los invitados se sienten, incluyendo a los novios. No sé de donde saco esa
HANNAHTener a Maximiliam y a sus hermanos en casa me tiene tan agotada... esperaba que las osas fueran más fáciles y más porque Maxine también está aquí. A penas y hemos hablado desde que llego, y si hablamos es de mi prometedor esposo. Debo de fingir que me gusta y que ambos estamos muy enamorados, qué farsa y que cansado es actuar como si conociera a Max desde hace años. Al único que conozco desde hace años es a Leo y no es con el con quien me voy a casar. La boda es… un lío, ya estamos a nada de que sea… Y yo ya estoy resignándome a que pase. Leo y yo ya no vamos a ser nada, pero a ninguno de los dos nos queda claro. Ambos no estamos resistiendo a soltarnos, cosa que nos hace mucho daño. Ayer cuando Leo y yo nos vimos sentí que lo necesitaba… esos besos que nos dimos a escondidas de todos y en especial de Maxine se sintieron frenéticos. Fue una buena excusa lo del vestido para poder salir de esta casa que ahora ya no se siente como mía, sino que está invadida por los Watkins. No e