Durante los últimos dos meses, he experimentado una tranquilidad que no había sentido en mucho tiempo. He disfrutado enormemente de mi trabajo y de la compañía de Damon, quien se ha convertido en una presencia constante en mi vida. Lo veo prácticamente todos los fines de semana, e incluso a veces viene a la empresa con su padre.El señor Raúl ha sido increíblemente amable y respetuoso conmigo. Hemos formado un gran equipo y he podido ayudarlo con sus proyectos, lo que me llena de satisfacción. Incluso Rodrigo, con su sentido del humor característico, logra sacarme una sonrisa de vez en cuando.En cuanto a Raquel, de vez en cuando la veo en la empresa, pero afortunadamente su intento de hacer que me despidieran no tuvo éxito gracias a la indiferencia de su hermano.En cuanto a los Chrysler y Violetta, no he sabido nada de ellos, lo cual ha contribuido a mi paz mental. Además, el nuevo detective que contraté me ha asegurado que tiene noticias de mi padre, lo que me llena de esperanza y
Mientras nos acercábamos a la empresa Chrysler en la camioneta junto a Raúl, sentía un nudo en el estómago que no parecía desaparecer. Mi pie no dejaba de moverse nerviosamente, aunque trataba de disimularlo manteniendo una apariencia tranquila. No entendía del todo por qué Raúl me había pedido específicamente que lo acompañara, pero sabía que como su asistente, tenía que obedecer las órdenes del jefe.Después de unos minutos de viaje, finalmente llegamos a nuestro destino. Bajamos de la camioneta y comenzamos a caminar entre las instalaciones de la empresa, sin saber qué nos esperaba o cuál era el propósito de nuestra visita.— Tú no puedes entrar, no eres bienvenida en esta empresa. — Afirma Estefanía a Alicia con frialdad.— ¿Acaso me negarán el paso a mí, a Raúl Hoffman? ¿Acaso sabes quién soy? — Interviene Raúl con sorpresa.— Usted puede entrar, señor, pero ella no. — Responde Estefanía con firmeza.— Ella es mi acompañante, y si me niegas el paso, lo tomaré como una ofensa pers
Raúl Hoffman.Es evidente que Alicia ama a Chrysler. La forma en que lo miraba en la reunión lo dejó claro. Sus ojos brillaban con un brillo especial, lo miraba como jamás ha mirado a nadie. No puedo evitar preguntarme por qué organicé este encuentro, pero necesitaba saber qué siente ella por él.No logro comprender cómo una mujer como ella puede amar a alguien como Chrysler, un hombre que parece ser tan distante y arrogante. Me molesta profundamente que ella pueda encontrar la felicidad en sus brazos, y no entiendo por qué me afecta tanto. Por lo general, soy capaz de controlar mis emociones perfectamente, pero cuando se trata de ella, me resulta difícil mantener la compostura.— Raúl, estás más serio de lo normal. ¿Pasa algo? — Comenta Rodrigo, preocupado por mí.— No es nada, Rodrigo. No te preocupes. — Respondí, intentando restar importancia al asunto.— Soy tu hermano, puedo hablar contigo. ¿Estás seguro de que no quieres compartir lo que te está molestando? — Insiste Rodrigo, mo
Estaba concentrada en mi trabajo cuando noté la llegada de una persona acompañada de sus guardaespaldas. Su presencia me abrumó; desde que lo vi en la reunión, no he podido sacarlo de mi mente. Sin embargo, me mantuve seria, negándome a permitir que cualquier sentimiento hacia él floreciera.A pesar de la tormenta de emociones que me invadían, me esforcé por mantener la compostura y continuar con mis tareas. No podía permitir que mi mente divagara hacia un hombre que me había causado tanto dolor.— Debo admitir que eres mucho más inteligente de lo que pensaba. Me pregunto cómo obtuviste este puesto. Tal vez te metiste en la cama de uno de los Hoffman, o de los dos. — Insinúa Harry con desprecio.— Señor Chrysler, usted no es bienvenido en esta empresa. — Declaré con firmeza.— Entraré a ver a Raúl y tú no lo impedirás. Me aseguraré de que te despidan, Alicia. — Amenaza Harry, ignorando mis palabras.— ¿Por qué tanto odio? Si yo lo lastimé como usted dice, es lo menos que se merece y l
Harry Chrysler....Estaba sumamente molesto conmigo mismo. No podía creer lo estúpido que fui al pensar que Alicia era la responsable. Una simple investigación reveló que la verdadera culpable era Estefanía, no Alicia.Quizás me cegué al pensar que Alicia solo estaba a mi lado por interés. Me negué a considerar la posibilidad de que realmente me amara de manera genuina, y me resultó más fácil alejarla de mi vida.Raramente he experimentado tanto arrepentimiento como ahora, por haberla despreciado y humillado de la manera en que lo hice. La idea de haberla lastimado de esa manera me hace sentir profundamente apenado y arrepentido. Desearía poder retroceder el tiempo y rectificar mis acciones.— ¡Por favor, perdóname! No quería hacerlo, fue un error. — Suplica Estefanía, con lágrimas en los ojos, mientras es arrestada por los oficiales.— Pasarás al menos tres años en prisión. — Afirmé, con frialdad en mi voz.— ¡Por favor, no! — Ruega Estefanía, desesperada por evitar su destino.— Llé
Alicia Montero.Durante las últimas horas, he estado recibiendo incesantes llamadas de Harry, hasta el punto de tener que bloquearlo por completo. Me invade un profundo temor de que pueda buscarme, pero más que miedo hacia él, es un miedo por mí misma, por caer nuevamente en su influencia tóxica.Al llegar a la oficina, noté que Raúl ya estaba allí antes que yo. Sostenía un ramo de rosas rojas en sus manos, pero en lugar de ofrecérmelas, las arrojó directamente a la basura. Quedé completamente sorprendida por su actitud, sin entender qué podía haber motivado ese gesto tan inesperado.— Buenos días, señor. ¿Esas flores? — Saludé con una sonrisa al ver las flores en el escritorio de Raúl.— Las han traído por error, señorita Montero. Hoy es viernes y Damon no tiene clases. Tal vez podríamos llevar el trabajo a mi departamento y pasar el día con él, si le parece. — Sugiere Raúl, con una mirada cálida hacia mí.— ¡Me encantaría! Pasar tiempo con Damon. Su hijo es encantador. — Respondí, e
La presencia de Harry frente a mi puerta me tomó por sorpresa y me llenó de incomodidad. No quería ni verlo ni hablar con él, pero no sabía qué hacer en esa situación tan incómoda. Antes de que Harry pudiera verme, sin pensarlo dos veces, me di la vuelta y bajé las escaleras del edificio tan rápido como pude. No me atreví a mirar hacia atrás, solo quería alejarme lo más rápido posible. Mis pasos eran rápidos y decididos mientras me dirigía hacia la salida. No me importaba tener que ir a un hotel o a cualquier otro lugar, lo único que quería en ese momento era evitar a Harry a toda costa. No podía soportar la idea de tener que verlo o hablar con él nunca más.Cuando estaba a punto de salir del edificio, chocó con el pecho de Raúl. Él sostenía su celular en la mano, era claro que ella lo había olvidado en el auto de él.— ¿Qué ocurre? Estás temblando. — Pregunta Raúl, notando mi nerviosismo.— Por favor, llévame lejos de aquí. — Rogué con una mirada llena de angustia.— Vi el carro de C
La furia de Harry era evidente cuando no paraba de gritar mi nombre y golpear la puerta de mi departamento. Sus voces resonaban en el pasillo y los golpes resonaban en mis oídos, mientras los vecinos empezaban a quejarse por el alboroto. — ¡Abre ahora mismo, Alicia! — Grita Harry, golpeando la puerta con fuerza.— ¡Lárgate o llamaré a la policía! — Respondí con voz firme, manteniendo la calma a pesar de la situación tensa.— ¡Alicia! ¡Alicia! — Continúa gritando Harry, aumentando la intensidad de su voz mientras se niega a irse.— ¡Vete de una vez, Harry! No tienes derecho a estar aquí. — Insiste Alicia, manteniendo la firmeza en su tono.— ¡No me ignorarás, Alicia! ¡Volveré y lo arreglarás conmigo! — Amenaza Harry antes de marcharse, aunque su tono sigue siendo agresivo.Durante el resto de la noche, no pude quitarme de la cabeza a ese maldito hombre. Su presencia se cernía sobre mí como una sombra oscura, perturbando mi tranquilidad. Cada vez que cerraba los ojos, su imagen aparecí