Traté de disimular mis ojos llorosos con maquillaje y me esforcé por mantener la compostura mientras me preparaba para ir al trabajo. Solo faltaba un día para que se cumpliera la semana y sabía que necesitaba estar tranquila y concentrada para enfrentar el día. A pesar de haber dado todo mi esfuerzo al trabajo, la sombra del señor Hoffman, mi jefe estricto, aún pendía sobre mí. No estaba segura de si lograría mantener mi empleo. Todo parecía depender de la suerte en este momento.Mis pensamientos se dispersaron cuando sentí la presencia del señor Rodrigo Hoffman acercándose. Era difícil no notarlo: alto, con una mirada penetrante y cabello rubio, aunque sus ojos, a diferencia de los de Raúl, eran de un profundo color café. — Mucho gusto, Alicia. Definitivamente, mi hermano tiene un excelente gusto.— Expresa Rodrigo mientras me mira de arriba a abajo.— Mucho gusto, señor.—A mí llámame Rodrigo, no soy tan antipático como Raúl. ¿Nos hemos visto antes, muñeca?— ¿Qué? ¡Es la primera ve
— ¿Tú me dirás que juegue con el play station como las otras niñeras?— Pregunta en un tono serio.No sé porque presiento que las demás únicamente dejaban al pequeño frente a una pantalla para no lidear con él. Sin embargo, yo deseo conocerlo y saber que le gusta.— No, no sabía que tenías ese aparato. Podemos jugar afuera, el día está hermoso. ¿Qué dices?— Propuse.— No quiero jugar afuera, ¡es aburrido!— Resopla Damon.— Bueno, ¿qué te parece si jugamos a algo divertido? Podemos correr, jugar a la pelota o explorar juntos. Seguro que lo pasaremos genial. Además no conozco el departamento.— No sé...— Expresa dudoso Damon.— Vamos, te prometo que será divertido. ¿O te quedarás encerrado todo el día en tu habitación?..Finalmente, logré convencer a Damon y ambos nos dirigimos al jardín. El departamento era tan grande que tenía su propio espacio al aire libre. Coloqué una pequeña manta en el suelo y allí colocamos los juguetes de dinosaurios de Damon, así como algunos colores y libros d
Estaba sumida en una profunda tristeza al darme cuenta de que una vez más había perdido un empleo. Quizás debía aprender a callarme la boca, pero no podía contenerme cuando veía injusticias. Ver cómo esa mujer maltrataba al pequeño Damon hizo que mi corazón se retorciera de dolor. La impotencia me invadió al recordar su rostro lloroso y angustiado.Decidí no compartir mis problemas con Max ni con Carol, no quería preocuparlos más de lo necesario. Además, sentía la necesidad de aprender a resolver mis propios conflictos como adulta funcional que era.Evité ir a la empresa, ya estaba cansada de tanto dolor y humillación, como lo que me hizo Harry en el pasado. Simplemente me puse mi pijama y me recosté en el sofá, buscando refugio en el sueño. A veces, me sentía agotada de luchar día y noche, solo para que todo me saliera mal. Debido a mi situación de desempleo, me permití dormir hasta el mediodía, sumergiéndome en un sueño profundo y reparador. Sin embargo, fui abruptamente sacada de
Durante los últimos dos meses, he experimentado una tranquilidad que no había sentido en mucho tiempo. He disfrutado enormemente de mi trabajo y de la compañía de Damon, quien se ha convertido en una presencia constante en mi vida. Lo veo prácticamente todos los fines de semana, e incluso a veces viene a la empresa con su padre.El señor Raúl ha sido increíblemente amable y respetuoso conmigo. Hemos formado un gran equipo y he podido ayudarlo con sus proyectos, lo que me llena de satisfacción. Incluso Rodrigo, con su sentido del humor característico, logra sacarme una sonrisa de vez en cuando.En cuanto a Raquel, de vez en cuando la veo en la empresa, pero afortunadamente su intento de hacer que me despidieran no tuvo éxito gracias a la indiferencia de su hermano.En cuanto a los Chrysler y Violetta, no he sabido nada de ellos, lo cual ha contribuido a mi paz mental. Además, el nuevo detective que contraté me ha asegurado que tiene noticias de mi padre, lo que me llena de esperanza y
Mientras nos acercábamos a la empresa Chrysler en la camioneta junto a Raúl, sentía un nudo en el estómago que no parecía desaparecer. Mi pie no dejaba de moverse nerviosamente, aunque trataba de disimularlo manteniendo una apariencia tranquila. No entendía del todo por qué Raúl me había pedido específicamente que lo acompañara, pero sabía que como su asistente, tenía que obedecer las órdenes del jefe.Después de unos minutos de viaje, finalmente llegamos a nuestro destino. Bajamos de la camioneta y comenzamos a caminar entre las instalaciones de la empresa, sin saber qué nos esperaba o cuál era el propósito de nuestra visita.— Tú no puedes entrar, no eres bienvenida en esta empresa. — Afirma Estefanía a Alicia con frialdad.— ¿Acaso me negarán el paso a mí, a Raúl Hoffman? ¿Acaso sabes quién soy? — Interviene Raúl con sorpresa.— Usted puede entrar, señor, pero ella no. — Responde Estefanía con firmeza.— Ella es mi acompañante, y si me niegas el paso, lo tomaré como una ofensa pers
Raúl Hoffman.Es evidente que Alicia ama a Chrysler. La forma en que lo miraba en la reunión lo dejó claro. Sus ojos brillaban con un brillo especial, lo miraba como jamás ha mirado a nadie. No puedo evitar preguntarme por qué organicé este encuentro, pero necesitaba saber qué siente ella por él.No logro comprender cómo una mujer como ella puede amar a alguien como Chrysler, un hombre que parece ser tan distante y arrogante. Me molesta profundamente que ella pueda encontrar la felicidad en sus brazos, y no entiendo por qué me afecta tanto. Por lo general, soy capaz de controlar mis emociones perfectamente, pero cuando se trata de ella, me resulta difícil mantener la compostura.— Raúl, estás más serio de lo normal. ¿Pasa algo? — Comenta Rodrigo, preocupado por mí.— No es nada, Rodrigo. No te preocupes. — Respondí, intentando restar importancia al asunto.— Soy tu hermano, puedo hablar contigo. ¿Estás seguro de que no quieres compartir lo que te está molestando? — Insiste Rodrigo, mo
Estaba concentrada en mi trabajo cuando noté la llegada de una persona acompañada de sus guardaespaldas. Su presencia me abrumó; desde que lo vi en la reunión, no he podido sacarlo de mi mente. Sin embargo, me mantuve seria, negándome a permitir que cualquier sentimiento hacia él floreciera.A pesar de la tormenta de emociones que me invadían, me esforcé por mantener la compostura y continuar con mis tareas. No podía permitir que mi mente divagara hacia un hombre que me había causado tanto dolor.— Debo admitir que eres mucho más inteligente de lo que pensaba. Me pregunto cómo obtuviste este puesto. Tal vez te metiste en la cama de uno de los Hoffman, o de los dos. — Insinúa Harry con desprecio.— Señor Chrysler, usted no es bienvenido en esta empresa. — Declaré con firmeza.— Entraré a ver a Raúl y tú no lo impedirás. Me aseguraré de que te despidan, Alicia. — Amenaza Harry, ignorando mis palabras.— ¿Por qué tanto odio? Si yo lo lastimé como usted dice, es lo menos que se merece y l
Harry Chrysler....Estaba sumamente molesto conmigo mismo. No podía creer lo estúpido que fui al pensar que Alicia era la responsable. Una simple investigación reveló que la verdadera culpable era Estefanía, no Alicia.Quizás me cegué al pensar que Alicia solo estaba a mi lado por interés. Me negué a considerar la posibilidad de que realmente me amara de manera genuina, y me resultó más fácil alejarla de mi vida.Raramente he experimentado tanto arrepentimiento como ahora, por haberla despreciado y humillado de la manera en que lo hice. La idea de haberla lastimado de esa manera me hace sentir profundamente apenado y arrepentido. Desearía poder retroceder el tiempo y rectificar mis acciones.— ¡Por favor, perdóname! No quería hacerlo, fue un error. — Suplica Estefanía, con lágrimas en los ojos, mientras es arrestada por los oficiales.— Pasarás al menos tres años en prisión. — Afirmé, con frialdad en mi voz.— ¡Por favor, no! — Ruega Estefanía, desesperada por evitar su destino.— Llé