Capítulo 37

En el comedor, todos degustan la cena que Camila les preparó. La cara de satisfacción de ellos la hacen sentir feliz, puesto que significa que les ha gustado lo que ella les cocinó.

Frente a Jimena, un molesto Jeff come mientras la escudriña con ojos entrecerrados, maquinando mil formas de quitarle esa expresión de satisfacción y victoria de la cara.

«Conejita tonta, ¿por qué insistes en fastidiarme?», piensa, al tiempo en que trata de descifrarla con la mirada.

Por otro lado, Adam conversa muy a gusto con su madre, quien de vez en cuando le da mimos en la mano y le sonríe con mucho amor.

«Qué envidia», dice Jeff en sus pensamientos.

Ahora entiende la expresión fría y triste que Adam solía mostrar en esos cinco años. Es que dejó demasiado atrás para convivir con personas que lo odiaban.

Jeff observa a Camila con anhelo, deseando que su madre fuera tan protectora y cariñosa como ella. Él no sabe lo que es ser tratado con tanto amor y calidez, puesto que su progenitora nunca estuvo pend
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