Los días pasaban y las noche se volvían eternas, cada vez sentía que no podía, que el perder a Ibrahîm me llevaba cada vez más a la locura. El solo pensar que mi bebé crecerá sin conocer a su padre es difícil. —Sophia tranquila, todo saldrá bien.Las palabras de Elena alivian un poco mi dolor, el saber que ella estará ahí para mí es reconfortante. —Me duele Elena. Ella se acerca y me deposita un abrazo, unos de esos que cuando suceden, se siente la necesidad de expulsar todo eso que te está dañando. —Todo saldrá bien. ●—Falta poco Sophia, inhala y exhala —Erick un amigo que conocí en el trabajo se acerca a darme ánimos en este momento tan especial y doloroso para mí. —¿Como está? —Elena se acerca rápido. —Las contracciones. Elena toma de mi mano y me sonríe, la quedo viendo y el sudor que recorre por mi frente se siente caliente aún con el aire helado del hospital. En eso un dolor punzante me comienza a atacar y doy un grito al cielo, Elena se asusta y rápido manda a llamar a
El reflejo del agua, mi rostro sobre ella, mis anhelos de poder estar dentro y perderme en sus milésimas. Muchas veces pensé en lo grandioso que sería simplemente volar e ir a donde tu alma te mande a donde tu corazón se sienta libre en armonía, donde tus sueños se cumplan sin pensar nada. Una vida donde mi yo interior se sienta rebosante. —Mi señora, ¿Me mando a llamar? —la voz de Cris interrumpe mis pensamientos, mis ilusiones. —Sí —digo con un rostro desorbitado —. Quería que me consiguieras papel y lápiz para escribir una carta. —Ahorita mismo, mi señora. La juventud es un camino que marca los pies de aquellos que deciden vivirla de manera inconveniente. Llena de púas que hieren a cada paso. Mi vida fue un rompecabezas con piezas que no cuadraban, más a la fuerza las introdujeron, piezas que marcaron más a que a mís pies, marcaron casi todo mi cuerpo. Pero como todo siempre hay algo que consuela ese dolor que en tu corazón se almacena, siempre hay algo que te acompaña y sabe
Sophia Pavanelli.-¿¡Ibrahîm!? -exclamó. ¿Pero que está pasando? Ya no sé que pensar, pasó mi mano por mis ojos tratando de borrar esta ilusión. No quiero creer que él está aquí de nuevo, no puedo torturame con esto otra vez -. ¿Que haces aquí?-Te quería ver de nuevo, Sophia -Me acerco a él y no puedo evitar este impulso, es como si mi cuerpo fuese atraído por una carga eléctrica que no controlo. A la mierda todo.Lo abrazo. -A pasado tanto tiempo -me alegra enserio volver a verlo, después de todo fue mi primer amor verdadero y aunque la gente no crea en eso yo si pienso que es realidad ese sentir ya que solo por Ibrahîm pude superar mis batallas y miedos y eso para mí lo convierte en algo real. Me separo de él y me sonríe y yo también sonrió, en este momento me siento como una niña cuando le están regalando una muñeca Barbie de esas que todas quieren -. ¿Quieres pasar? -le digo y él solo asiente. Entramos a mi casa y yo solamente lo guió a la sala, hago una seña para que se siente
Bueno pues como empiezo, creo que lo primero que diría de mí es que soy una chica solitaria solita que no tiene con quien pasarla bien ¡así de triste es mi vida! pero me gusta salir de fiestas a bailar y beber, haciéndolo pues conozco amigos bueno del momento nada mas pero lo importante es que me divierto. Soy una chica independiente, de pequeña me abandonaron en un orfanato pero eso es una historia aparte, he tenido encuentros románticos pero siempre lo único en que termina es en que me valla a tener sexo con ellos a la cama, acaso cuesta tanto esperarse por lo menos un año no creo que sea tan difícil, ahora lo único que tengo en mente es mi futuro y prosperar y posiblemente tener una familia si es que encuentro al hombre indicado.♧Hoy comienza las inscripciones para estudiar en una de las universidades más prestigiosas de Milán y ojalá, enserio ojalá pueda entrar está vez.La primera vez, fue todo un desastre.Primero: soy una chica que vive por su cuenta así que tengo que trabaja
—Despierta ya —escucho decir a una voz ronca.—¡Vete al diablo! —contestó con voz baja todavía con mis ojos cerrados. No los quiero abrir y ver la triste realidad que estoy viviendo. En eso siento como agarra mi brazo y me suspende para arriba y yo por la impresión, grito —. ¡Eres un maldito miserable!—A la otra has caso, y no pasará.Resulta que me quedé dormida, terminé llorando por mi miserable vida que al final solo cerré mis ojos y el sueño hizo que desapareciera por unos momento de esta vida.—Ya levántate, te tienes que bañar y arreglar —dice el miserable esté.Lo único que hago es hacer caso porque no tengo más remedio que aceptar esto por que no veo una salida, no quiero que me golpeen o algo parecido.—Aquí te dejo la ropa y trata de bañarte rápido, una mujer va a venir a maquillarte y todo eso que necesitas.Yo solo decido no contestar y hacer lo que él dice. Me adentro a donde parece ser el baño, y déjenme decirles que para ser unos narcotraficantes de mujeres si que tien
Ibrahîm Farûq.Dolor, maldito dolor de cabeza insoportable, alzó la vista y al parecer estoy acompañado y no solo de una, si no que de dos mujeres.¿¡Que demonios pasó anoche!?Me levanto de la cama algo mareado, voy a buscar alguna píldora o algo para que me quite este dolor, ya que se esta tornando horrible, me adentro al baño rápidamente, aquí suelo dejar pastillas para ocasiones como esta, primero lavo mi rostro para después seguir con los dientes, me tomo la pastilla a la boca y solo espero a que se me quite este maldito dolor de cabeza, salgo del baño y veo que las dos muchachas ya están levantadas.—¡Hola! —dicen las dos al unísono, bien amigables.—Hola —digo muy confundido, raspando mi garganta —. Me pueden decir como es que llegaron hasta aquí —digo serio tratando de imponer.Me miran algo indignadas.—No te acuerdas, tu nos trajiste bien emocionado —sonríen las dos —. Se podría decir que ayer estabas hasta el tope de alcohol.—Qué vergüenza. ¿Y cómo llegamos hasta aquí?—Bu
Sophia Pavanelli.Abro mis ojos lentamente y solo recuerdo cada momento de lo mal que lo he pasado desde que tomaron posesión de mí, hasta el momento en que me adentre a este lujoso avión.El señor dijo que no me preocupara, pero aclaremos algo, como mierdas quiere que eso pase, sinceramente no creo que eso sea posible, arrebataron todo lo que había logrado, arrebataron mis sueños, arrebataron mi vida.¿Entonces cómo?Pero decidí hacer todo lo posible para acoplarme a lo que sea se convertirá en mi vida, trataré de no pensar en el pasado trágico que tengo y en lo único que trataré de pensar es en qué esto que pasó solo es una más de las tormentas que tendré que superar.—Joven acabamos de llegar —dice la azafata.El escuchar esas palabras hacen que mi cuerpo tiemble del miedo, pensar en qué viviré mi vida como una sirvienta me hace sentir de lo peor, no pienso que ese trabajo sea para avergonzarse sino que como lo voy a emplear yo.No es de agrado alguno.—Su vuelo con destino a Emira
Me dirijo hacia la cueva del lobo, la jaula del depredador. Donde hasta los miedos más íntimos se vuelven realidad, bueno no, solo exageró un poco.—Tranquila Sophia, solo es un trabajo no te dejes llevar por las emociones.Al ver la puerta de su cuarto hace que me provoque curiosidad de saber que sucede dentro y no se el ¿porqué? pero así es, según me explicaron este hombre no sale mucho y creo que para mi va a hacer un problema ya que voy que tener que tolerar sus indiferencia e gritos.Me coloco en mi lugar para esperar a que salga ese hombre y así poder ordenar su cuarto y a saber que más, solo espero que no haya mucho desorden o será un dia pesado y lo que menos quiero es eso.Ya son las 10 de la mañana y ese hombre no ha salido o ¿será que ya salió? Y ni cuenta me di.—¿Dentro o no dentro? —digo a mi misma.Pienso mucho en que hacer, pero si esta ahí, lo que menos quiero es que me de una buena regañada, pero y que tal que ya no esté y yo esperando aquí como tonta.—Voy a entrar.