En octubre, el otoño tiñe de dorado Central Park en New York, es el mejor lugar para disfrutar de las hojas rojas de la estación. Sentados sobre las hojas rojas un hombre y mujer se abrazaban, la cara lateral del hombre es varonil y elegante, se inclinó y besó a la mujer en sus brazos. El sol poniente, tiñó sus sombras en un círculo de luz, y Catherine no podía ver la apariencia de la mujer. No podía ver con claridad, apretó los puños, y dio impulsivamente un paso adelante. Ella avanzó con rapidez y alejo a Lucian de un tirón de la mujer, mirándolo a la cara. Reclamo. −Tu..... ¿cómo puedes estar con otras mujeres? Cómo puedes? Lucian, la única mujer que puede gustarte soy yo. Solo yo. Sacó el diploma de universitario y la foto de graduación de su bolso y la agitó frente a el. Ella dijo con entusiasmo. −Yo he trabajado duro, para ser digna de ti. No puedes estar con otras mujeres. Cuando Catherine lo aparto hace un momento se sorprendió. Pero ahora al escuchar sus palabras, el ros
Lucian, había hablado con su familia y ellos organizaron una cena en casa, para conocerla. Pero cuando llego al hotel, solo estaba Catherine, no habia rastros de Franchesca. Cuando vio a la mujer su rostro cambió de felicidad a desden. −Por qué estás aquí? ¿Dónde está Franchesca? −Ella se ha ido – Catherine, respondió sonriente. −¿Se ha ido? – los ojos de Lucian se abrieron con sorpresa. La ansiedad lo agobio completamente − ¿A dónde fue? ¿Qué le hiciste? Catherine, se acercó tratando de consolarlo − Ella no te ama en absoluto. Le di cinco millones y acepto, ella se fue con un cheque. Como puede alguien que te ama irse de esa manera, está claro que ella ama el dinero, no a ti. ‘Paf’ El rostro de Catherine, se giro hacia un lado. El golpe fue contundente. Lucian, miró a Catherine con expresión sombría, sus ojos rezumaban ira hacia la mujer que tenía enfrente. −¿Quién te pidió que cuidaras de mí? Te advertí que te alejaras. ¿Acaso no puedes entenderlo? −¡Ella no te ama! – Cather
Ahora lo veía claramente, que no importaba cuánto lo intentara, no importaba cuánto luchara, Lucían nunca la amó en absoluto, y nunca la amaría en esta vida. Por ella solo podía sentir nada más que odio. Sentada frente a la ventana, mirando hacia fuera en este momento, las rosas del jardín están floreciendo. La habitación en la que vive, está en el segundo piso de la casa de sus padres, con la mejor luz y vista.Como única hija, sus padres la han amado desde que era niña. Su familia es de buena posición social y económica.A veces se preguntaba si era debido a su origen familiar, por lo que él no trataba de amarla. Qué ingenua, ahora después de alcanzar la madurez, comprende, que las relaciones deben establecerse de manera natural, no impuesta. Es posible que ante él, haya dejado una imagen de mujer caprichosa y obsesiva. Pero la verdad es que siempre ha amado a Lucía de una manera sincera.Es mejor no pensar en eso y olvidarlo. ¿Si en esta vida no están destinados? Que así sea.El
. Podría ser que ella... Su reacción, le dio a Jack la respuesta que quería. Sus ojos se entrecerraron con un un toque de alegría. −Cuando llevé a Gianna al chequeo de rutina, me encontre con Catherine. Dijo, que esta embarazada de ocho meses. La calma en el rostro de Lucian, finalmente se rompió, mirando su hermano con agudeza, pregunto −¿Qué quieres decir? −No intento decir nada. − sonrió, su expresión era burlo y a la vez divertida, era similar a Gianna cuando expresión su opinión en el auto. −Odias profundamente Catherine, por lo que es imposible tocarla, ¿verdad? La cara de Lucian se volvió roja, ante el evidente sarcasmo de Jack, lo enfrento −¿A dónde quieres llegar? Habla de una vez. −No quiero llegar a ninguna parte − El se encogió de hombros como si no fuera su problema − Solo quiero recordarte, si no has tocado a Catherine, no debes preocuparte, pero si te acostaste con ella ... Jack, detuvo sus palabras, se puso de pie y caminó frente a Lucian, inclinando su cuerpo
En realidad, no le importaba si no tenia herederos, pero pensó en las excusas que su madre usó para obligarlo a casarse nuevamente que casi tuvo un dolor de cabeza. Es probable que su madre siga insistiendo en conseguirle una nueva esposa. Si el tuviera un hijo, ella estaría satisfecha. ¿Un hijo? ¿Un hijo de el y Catherine? Sus ojos continuaban mirando a las dos personas que todavía caminaban abrazados. Sus ojos se tornaron fríos, lentamente. Catherine, miró el sol poniente en la distancia el sol iluminaba su bonita figura, en verano siempre hacia demasiado calor por lo que se sintio un poco mareada. Desde el inicio de su embarazo, tiene miedo de cometer algún error y poner en peligro él bebe en su vientre. Es lo más importante para ella. Del otro lado, frente al grupo de villas, hay un pequeño parque con árboles frondosos y pequeños estanques. Es un pequeño ambiente familiar, niños de todas las edades vienen a jugar aquí. Su hijo, también vendrá cuando tenga la edad adecuada.
¿Casarse? ¿Es la mejor decisión? ¿Cuándo el niño sea grande, y pregunté por su papá, que le dirá? Pero lo que más le preocupa es la actitud de Lucían. ¡No! Él no puede enterarse, no puede, pero tampoco quiere lastimar a Sergio. No lo merece. De nuevo la vida la pone en una situación difícil, pero ella tiene que proteger a su bebe. Si Lucían descubre la verdad, le ordenaría desaparecerlo. Ella aun no puede olvidar sus palabras. −Sergio… − De repente levantó la cabeza para mirarlo, con de determinación en sus ojos − Acepto casarme contigo. Él se quedó sin palabras, no podía creer lo que estaba escuchando. ¿Acepta casarse conmigo? Miró a Catherine, el sol poniente le tiñó su rostro de rojo, pero sus manos estaban frías, y aún temblaba de miedo. Pensando en las palabras de Lucían hace un momento entendía el porqué de su decisión, suspiró suavemente en su corazón. −Si esto es lo que quieres, entonces nos casaremos. Catherine trago y se acercó un poco más, se sentía terrible no que
Lucían se quedó en la ciudad de Washington, por dos días más. Después de terminar el traspaso, volvió a New York, en una semana estará manejando su nuevo cargo. Como regresó temprano, no notificó a nadie sobre su llegada. Después de bajar del avión, alquilo un coche y se dirigió a la mansión, el coche pasó la puerta de salida del aeropuerto y no muy lejos había un coche aparcado a un lado de la carretera. Una mujer estaba parada frente al auto mirando la capota abierta, sosteniendo su teléfono móvil en la mano, tenía una expresión preocupada y molesta. −Detente − ordeno al conductor, quien se detuvo a un lado de la carretera de inmediato. Lucían bajo del auto y se sorprendió de ver quien era la mujer. − ¿Qué sucede? − el miró a Natalia de pie al costado de la carretera, mirando su auto contrariada. − ¿Lucían? – dijo sorprendida de verlo en ese momento. Un poco avergonzada señalo su auto – Traje a un cliente al aeropuerto, pero cuando regresaba, el auto se descompuso. Quería llamar
—Tu y él bebe estarán a salvo. Lo prometo — le dijo Lucían. El rostro de Catherine se puso pálido, sostuvo la mano de Lucían con fuerza. Era extraño, el no aparto su mano. Ella apoyo su cuerpo en su pecho, podía sentir todo su cuerpo temblando y su frente sudorosa. Envolvió un brazo alrededor de sus hombros y miro sus ojos llenos de pánico — Calmate, no pasara nada. —Yo… estoy cansada — Ella sentía que su cuerpo se desgarraba del dolor, era tan fuerte que creía que no lo soportaría más, se sentía cada vez más débil y a punto de desmayarse. — Lucían, no dejes que nada le pase a mi bebé, por favor no dejes que nada le pase. Su cuerpo se inclinó y comenzó a tensarse. Sus manos todavía sostenían su ropa, pero el cuerpo débil empezaba a deslizarse hacia abajo. El vio caer a Catherine al suelo. La atrapo antes de que cayera, la abrazó y la acunó en sus piernas sentándose con ella en el suelo, le dijo en voz baja — ¿Estoy aquí? No dejare que nada te pase. Catherine no podía creer que Luc