Después de eso, se quedaron platicando un poco más para después despedirse de la familia ya que era hora de comer y los jóvenes argumentaron que comerían en casa, pero cuando estaban de camino a casa Sayuri recibió una llamada provocando que ella sonriera alegre prometiendo que estaría en ese lugar lo más rápido por lo que se disculpó con su hermano y mejor amigo ante se frenar de golpe el automóvil y expulsarlos de este, donde les pedía disculpas antes de pisar el acelerador y alejarse del lugar.- Pero… ¿qué diablos acaba de pasar? – dijo asustado Taiki.- Se veía ansiosa y feliz – opino Shrio.- Eso no explica ¿porque nos lanzó fuera del auto? – se quejó el pelinegro.- De seguro esa persona le llamo.- ¿Eh…?- Según me conto, ya está empezando a salir con alguien.- ¡Que! y… ¿quién es esa pobre alma incauta?- Perdón, ni a mí me ha dicho – dijo algo apenado Shiro.- Tch… ya luego la torturare para que me cuente – indico sonriendo de lado Hiroki – bueno, supongo que por ahora me to
En esos momentos él se encontraba en estado de shock, ya que aún le costaba asimilar lo ocurrido en esos momentos ya que a su parecer debía ser una broma de la vida, no podía ser que él… que precisamente el fuera un Omega; eso era ridículo e inaceptable pero la prueba de ello era su recién debut y aunque su cuerpo ya empezaba a sufrir los calores de la llegada de su primer celo pero su mente se negaba a aceptarlo ya que él siempre se creyó una persona muy fuerte, talentosa y alguien inteligente no quería aceptar que le tocaba ser un dulce, tierno y frágil omega… algo que el mismo aborrecía porque era sinónimo de debilidad.Hiro Takahashi, era un chico 7 años de edad de cabello rubio almendrado, de ojos de color azul , de complexión delgada y de piel clara. Ciertamente su cuerpo, su carácter y personalidad gritaban que el sería un gran Alfa e igual eso sería algo realmente normal en su familia, ya que en su familia siempre habían nacido puros alfas.La familia Takahashi era dueña de un
Justo en esos instantes se sentía libre y feliz por primera vez en toda su triste vida… es verdad que para tener una corta edad de 7 años, ya habia experimentado la crueldad de la vida de la mano de sus padres, pero justo ahora al experimentar ese calor recorrer su cuerpo así como dejar escapar un rugido fuerte confirmando su segunda naturaleza que le indicaba que aquel destino triste que le esperaba no era para él y podría crear el suyo propio.Akira De Angelis, un joven mitad japones y mitad italiano; por primera vez en su vida se sentía muy feliz y al mismo tiempo sorprendido por el resultado de los hechos tras su debut ya que él era un castaño de cabello ligeramente alborotado, de ojos color caramelo y pestañas grandes, piel clara y muy suave, una apariencia delicada y complexión esbelta; definitivamente ese pequeño poseía el típico cuerpo que cualquier Omega desearía y envidiaría; por ello desde que el pequeño aprendió a andar fue educado como uno por sus padres que se miraban co
Ya habían pasado varios años desde que Akira se independizo de sus padres, en este tiempo fue reeducado por su tío… y ahora si podía decir que conoció el infierno ya que este se tomó muy literal la tarea de volverlo un Alfa hecho y derecho, donde busco fortalecer su cuerpo con entrenamiento físico e igual le dio clases intensivas sobre el manejo de la empresa e idiomas, por ello en sus actuales 16 años ya participaba de forma directa en la toma de decisiones de la empresa.En ese momento se encontraba durmiendo un rato ya que su tío lo había mantenido despierto hasta muy altas de la madrugada para que revisara algunos documentos y contratos. Ellos se encontraban en el jet privado de la familia rumbo a Japón, ya que debían concretar varios contratos con diversas empresas de ese país.- Despierta Akira, llegamos – le ordeno Yuudai, mientras se levantaba y se estiraba.- Hmm… 5 minutos más – hablo entre sueños el castaño.- … - obvio que ese comentario enojo momentáneamente al pelinegro,
La luna aún estaba reinando en el cielo, pero al mismo tiempo se podían notar algunos destellos naranjas en el cielo: indicando que el amanecer se estaba acercando, pero este hermoso paisaje era ignorado por cierto castaño que se encontraba aun en el reino de Morfeo soñando con ese alfa pelinegro que conoció el día anterior, pero nada dura para siempre ya que de pronto empezó a sentir que alguien lo movía.- Hmmm… no… aun quiero dormir… - se quejó Akira moviéndose un poco para volverse acomodar y regresar a sus lindos sueños.-Aki-nii… – le dijo una vocecita al oído.Con algo de pereza el castaño abrió los ojos mientras los restregaba con su puño, notando a un pequeño pelinegro de cabello ligeramente esponjado, ojos verdes y tés clara, que le miraban divertido, el cual llevaba puesto un pijama con estampado de vaca.- Ah… - bostezo el castaño sentándose en la cama – Taiki-chan es muy temprano para que juguemos – hablo de forma tranquila mirando al menor, el cual solo le miro con enojo
La atmosfera era tensa en esos momentos en cierta habitación, por ello nadie se atrevía a moverse o decir algo.El comité disciplinario de la universidad se caracterizaba por estar conformado por los alfas más rudos del instituto y con obviedad el mejor de todos era su líder, algo que salía a relucir cuando este estaba de mal humor y ese era el caso justo en esos momentos, pero la razón de su enojo era desconocida para todos, por ello ninguno se atrevía a entrar al salón donde se encontraba líder.En ese instante Katsuro, el segundo al mando del comité estaba llegando al lugar donde noto a sus compañeros amontonados en el pasillo; al verlo ellos le explicaron la situación al pelinegro por lo que este simplemente dejo escapar un suspiro para luego pararse recto y entrar al salón. Al entrar se sorprendió de la gravedad del asunto: ya que era normal ver a su jefe de mal humor, pero en ese momento estaba realmente enfadado ya que hasta un aura negra lo rodeaba, entonces se puso a medir bi
Era una hermosa mañana, el cielo despejado, el aire estaba fresco, se podía escuchar el canto de los pájaros en la mansión Takahashi, donde un pelinegro se encontraba durmiendo cómodamente entre sus sabanas reviviendo los acontecimientos del día anterior en sus sueños.Era verdad que en algún momento de su infancia tuvo algo de miedo al pensar en su futura pareja y que esta la rechazara por ser como era, pero ahora notaba que todo lo dicho por su tío y su madre era real: la persona indica lo había aceptado tal y como era.Recordaba que después del beso, ambos se quedaron un rato más abrazados solo disfrutando de la compañía del otro, al entrar la noche el castaño se ofreció a acompañarlo hasta su casa, aunque Hiro se negó al principio, pero al final se rindió ya que el castaño resultaba ser muy necio, mientras caminaban de regreso él lo tomo de la mano, la cual solo fue soltada hasta que llegaron a la entrada de la casa, ahí Akira le dio un rápido beso en los labios para desearle buen
Busco arreglarse rápido para bajar a desayunar con ella, ya que sabía que no debía hacerla esperar mucho. Al llegar al comedor, la mesa ya estaba puesta con todo lo que a ella le gustaba: panqueques con miel, fruta picada, jugo de naranja, homelet de huevos, pan tostado, un poco de café y algo de pan dulce, a decir verdad, siempre era un misterio el cómo su madre podía comer todo y seguir delgada, pero prefería no pensar mucho en eso, se sentó a la mesa junto a ella y escogió comer un poco del homelet.El desayuno estaba transcurriendo en silencio hasta que una melodía empezó a sonar, era el teléfono de ella, la cual al mirar quien le llamaba se puso algo nerviosa y empezó a ignorarlo.- De nuevo te escapaste del trabajo – hablo Hiro mirándola de reojo.- Ah… noooo, claro que no - contesto nerviosa mientras que el teléfono seguía sonando.- ¿Y porque no contestas? – le pregunto algo divertido el pelinegro, ya que deducía quien era la persona que estaba llamando e igual le parecía dive