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El destino nos unió, pero tú me aceptaste
El destino nos unió, pero tú me aceptaste
Por: Mel Polanco
Capítulo 1: Esto es un chiste, ¿verdad?

En esos momentos él se encontraba en estado de shock, ya que aún le costaba asimilar lo ocurrido en esos momentos ya que a su parecer debía ser una broma de la vida, no podía ser que él… que precisamente el fuera un Omega; eso era ridículo e inaceptable pero la prueba de ello era su recién debut y aunque su cuerpo ya empezaba a sufrir los calores de la llegada de su primer celo pero su mente se negaba a aceptarlo ya que él siempre se creyó una persona muy fuerte, talentosa y alguien inteligente no quería aceptar que le tocaba ser un dulce, tierno y frágil omega… algo que el mismo aborrecía porque era sinónimo de debilidad.

Hiro Takahashi, era un chico 7 años de edad de cabello rubio almendrado, de ojos de color azul , de complexión delgada y de piel clara. Ciertamente su cuerpo, su carácter y personalidad gritaban que el sería un gran Alfa e igual eso sería algo realmente normal en su familia, ya que en su familia siempre habían nacido puros alfas.

La familia Takahashi era dueña de una de las más grandes empresas automotrices de todo Japón. Era algo natural para ellos tener alfas en la familia, por ello desde su nacimiento el pequeño pelinegro fue educado como uno para imponerse y nunca dejarse intimidar por otros, sus padres de hecho ya tenían grandes planes para su hijo, pero todas esas expectativas murieron en ese día de debut del chico ya que resultó ser un omega, dejando en shock a ambos padres, quienes tenían sentimientos encontrados, por lo cual se pidió el apoyo de un familiar para ayudar a calmar a Hiro en esos momentos.

Tras pasar el celo, Hiro se encontraba furioso, encerrado en su habitación y buscando romper todo a su paso porque estaba enojado consigo mismo porque sentía que se defraudo a si mismo. Aunque el mismo, sabia que destrozar su habitación no cambiaría nada y eso solo lo hacía enojar más.

Justo en eso se escuchó como alguien tocaba la puerta de la habitación.

- Se puede – comento un pelinegro de cabello largo, trenzado, el cual tenía los ojos de color marrón y piel clara; quien en esos momentos vestía una camisa blanca con un pantalón negro y zapatos del mismo color, con unas pantuflas blancas.

- … - Hiro miro con enojo a su tío Yumiko, por lo que simplemente lo ignoro y se fue a recostar en su cama boca abajo.

- Ya me contaron tus padres – comento sonriendo mientras cerraba la puerta detrás suya – felicidades – le comento sentándose a la orilla de la cama.

- ¿Por qué me felicitas? ¿qué tiene de bueno ser un inútil omega? – se quejó el menor mirando con enojo, al contrario, ya que pensaba que se estaba burlando de él.

- … - Yumiko se sorprendió por un momento, para luego suspirar – ¿eso es lo que te tiene de mal humor? – pregunto mirando a ver a los ojos a su sobrino.

- Si

- Pero eso no tiene nada de malo: Alfa, Beta, Omega… eso nunca marcara tu vida por completo.

- Para ti es fácil decir eso porque erres un Alfa.

- Hiro… - dijo suavizando su voz mientras se acercaba más al menor – sé que esta noticia es algo abrumadora, para todos lo fue, pero no por ello debes maldecir tu destino.

- Claro que sí, en vez de ser alguien ahora terminare siendo el adorno o trofeo de alguien – se quejó con molestia.

- Bueno eso pasara si tú te dejas o crees que lo eres – le hablo de forma dura el mayor tomándolo de la barbilla para hacer que se miraran a los ojos – Hiro, aunque seas un omega eso no te debe afectar en lo más mínimo, tu seguirás siendo como eres – comento mientras le sonreía al notar que captó la atención del chico.

- Pero eso significaría…

- Solo significa que será un poco más difícil para ti encontrar pareja, pero eso lo hará más especial – le hablo con ternura – ya que tu alfa destinado será alguien que te amé por quién eres y ambos se complementen, así que tu sigue actuando normal sin que nada te afecté – indico mirando que el se sentaba en la cama y se ponía a su lado suspirando – además que sepa tu no consideras a tu mama una omega de adorno o sí.

- Hmm… - contesto sonriendo suave – ella es interesante porque finge ser frágil, pero es fuerte y siempre que puede lo demuestra y saca lo mejor de ella.

- A eso me refiero hijo – dijo Yumiko – nuestra raza no nos dice quienes somos realmente si no nuestra propia personalidad, así que animo que tienes preocupado a todos.

- ¿No estarán decepcionados?

- ¿Por qué?

- Es que…

- Hiro, aunque seas omega eres su hijo y ellos te aman por quién eres no por lo que eres.

Hiro le miro a ver a los ojos recordando que era cierto, sin importar que sus padres siempre le apoyaban en todo y siempre le habían educado como alfa, pero jamás habían demostrado un rasgo de menospreciar a los betas u omegas. Ante eso solo bajo la mirada para luego ver a su alrededor.

- Cierto, aunque no se si sigan queriéndome tras ver esto – indico a modo de broma ligera escuchando la risa suave del mayor por sus palabras.

- Ellos entenderán y te apoyare, anda vamos que igual quieren verte y darte todo su apoyo – indico Yumiko con una suave risa acariciando la espalda de su sobrino quien le agradeció el gesto. antes de salir de la habitación encontrándose con sus padres quienes al verlo inmediatamente le abrazaron y empezaron a mimar.

Era verdad que la gran familia Takahashi siempre habia tenido alfas, pero en ese momento todo eso no importaba ya que para ellos lo mas importante era la felicidad de Hiro, aunque fuera omega no le harían de menos y buscarían que el tuviera todo lo necesario para obtener lo que quisiera y llegar a donde el quisiera.

Lo bueno o malo para él, es que el destino siempre tira a dar bromas pesadas a las personas, pero no todos la toman de buena manera como paso con la familia Takahashi, ya que paralelamente en Italia estaba sucediendo algo similar con otra familia… solo que a ellos no le gusto para nada esa noticia, porque arruinaba sus planes.

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