Estoy entrando en la casa de té.
Es de mi propiedad, sí, soy la orgullosa dueña, la abrí hace 6 años, y en ese entonces era una simple confitería, donde se vendía confituras, es decir, masas secas, masas finas y por supuesto, facturas, en realidad son minis facturas y las vendo por peso, no por docena, si fueran más grandes las vendería por docena.
También vendíamos sandwiches de miga, que se elaboraban en el momento.
Luego le agregué una de esas máquinas expendedoras de café, té, capuchino, etc, de esas que son autoservicio.
Más tarde puse algunas mesas, porque por suerte tenía muchos clientes y tenían que esperar por su pedido.
Luego alguien me pidió si le podría servir café expreso y a los pocos meses suplanté la máquina autoservicio, por servicio en las mesas.
Menos mal que no me deshice de esa máquina autoservicio, porque en este momento también me sirve, la coloqué apenas se entra a la casa de té o confitería, muchos le dicen confitería.
Me fui expandiendo de a poco.
Recuerdo que estaba dando uno de los primeros finales en la facultad, me estaba yendo bien, cuando salí de la facultad, decidí darle una sorpresa a mi novio, para avisarle que me fue bien en el examen, yo estaba feliz, él ya había terminado de cursar a esa hora y se suponía que estaría reunido con nuestros amigos en el bar de la otra cuadra de la facultad.
Se me ocurrió comprarme una cajita de goma de mascar y me desvié media cuadra, hasta el kiosco que vendía la marca que me gustaba.
Veo a lo lejos a una pareja que se está besando, se estaban matando con los besos, él estaba apoyado en el paredón que tenía una especie de asiento, que sobresalía, más o meno 15 centímetros de la pared, siempre pensé que cuando quisieron hacer esa especie de decoración, nunca pensaron que muchas de las parejas que salían de la facultad se detenían allí y lo usaban casi como un asiento, no era muy cómodo, es verdad, pero servía para apoyarse y no estar parados, con mi novio muchas veces lo usamos.
Me estoy acercando, el kiosco está apenas pasando la casa con la rebuscada pared que invita a sentarse.
No miro a la pareja, pero sí veo las zapatillas del muchacho que se estaba besando con la chica, las veo conocidas.
Mi corazón late rápido, tranquila, me digo, aunque es un modelo importado, en una facultad donde asisten 50.000 personas, debe haber muchos chicos con las mismas zapatillas, por más exclusivo que sea el modelo.
Cuando miré a la pareja, me quise morir.
Me quedé quieta, con una mano en mi corazón.
Era mi novio el que se estaba matando a los besos y lo hacía con una chica de nuestro grupo, no éramos allegadas, es verdad, pero me conocía y sabía que él tenía novia.
No parecía importarle mucho.
-¡Delfina!
Grita de repente Nicolás.
Se separó bruscamente de la chica, ella giró y me miró con una sonrisa triunfante.
Yo me di la vuelta y los ignoré a los dos, llegando a la esquina, unos 60 metros después de donde los había visto, Nicolás me agarró del brazo.
-Delfi, perdoname.
¿De verdad piensa que va a arreglar todo con un perdoname?
Mis lágrimas caían, no las podía contener.
-Delfi, por favor, perdoname, ella no significa nada…
No era lo que vi unos minutos atrás.
No fui al bar donde solíamos reunirnos, sin hablarle, fui a tomar el colectivo, quería llegar a mi casa.
Nicolás estaba con su moto, sin embargo, se subió conmigo al colectivo.
Yo seguía llorando.
Cada vez que me tomaba del brazo, yo, con bronca, le corría su mano.
-Perdoname Delfi, por favor, te amo.
-Dejame tranquila.
Estaba apenas a unos minutos de viaje, por lo que me bajé enseguida.
Antes que yo, estaba tocando el timbre del colectivo, Gastón, él estaba acompañado por una chica.
-Hola Delfina.
Me saludó, lo conocía desde siempre, era un vecino.
-A vos también te saluda otro.
-¡Vos no la estabas saludando, le estabas comiendo la boca!
Le grité con odio.
Gastón estaba caminando unos metros adelante, abrazado con esa chica que estaba con él.
Debe haber escuchado lo que le grité a Nico.
-Te pedí perdón.
-Pensé que me querías, que éramos felices, que me eras fiel.
-Ella me buscó.
-Sos un idiota ¿Tenés idea la cantidad de propocisiones que yo tengo por día? Y sin embargo vivo por vos.
Arranqué a cruzar la calle, no miré, estaba enfurecida, triste y con ganas de morirme.
-¿Sos loca?
Me pregunta, tirándome para atrás.
Realmente no vi venir a esa camioneta.
La camioneta siguió su camino sin imaginarse que por un milisegundo casi acaba con mi vida.
-No me fijé y tampoco creo que a vos te importe.
Caminé hasta mi casa, el colectivo me dejaba a tres cuadras.
Él me acompañó en silencio, entré a mi casa sin mirarlo, sin saludarlo.
No podía más, se había terminado mi cuento de hadas.
Tenía el novio más lindo de la facultad y estaba enamorada de él.
Lloré toda la noche, preguntándome porque había hecho eso, porque me había engañado.
A la chica la odio.
Pero a él, lo odio más.
Al día siguiente tenía otro final, no me presenté, no podía, en casa solo les dije que me peleé con Nico.
Mi madre no entendía por qué.
Yo no di demasiadas explicaciones.
Hacía un año que salíamos, eso era bastante tiempo.
Nico era amigo de unos amigos míos y congeniamos enseguida.
Lo vi y me enamoré de él.
Jamás esperé esa traición, aparte estaba con ella a media cuadra de la facultad, no le importó nada.
Me sentí humillada.
Nunca más le contesté una llamada.
Me costaba horrores concentrarme en la facultad.
Dejé de cursar una de las materias, solo porque él salía a esa hora y siempre nos encontrábamos en el pasillo del lado sur de la facultad, yo estudiaba nutrición, era una licenciatura.
Nicolás estudiaba abogacía, era buen alumno. Yo también lo era.
Me acordé de Nicolás, porque por la vereda de enfrente de mi local, pasó Gastón, el chico que estaba ese día en el colectivo, ese día él estaba con su novia.
Unos meses antes de que me peleara con Nicolás, me había cruzado en la calle con Gastón, era un sábado a la noche, no era muy tarde, por lo que iba a tomar el colectivo hasta la zona de los bares y las discotecas, me iba a encontrar con mi novio.
-Hola Delfi.
Me freno para saludar a Gastón.
Me da un beso en la mejilla.
-Hola ¿Cómo te va?
-Ahora que te veo, muy bien…estás preciosa.
-Gracias…
-¿Tenés algo que hacer hoy?
Recuerdo que lo miré pensando que no podía ser, que cada vez que nos encontrábamos, sentíamos cierta atracción, pero nunca el destino nos encontró estando los dos sin pareja.
Por otro lado, yo amaba a mi novio, más que eso, lo adoraba.
Sin embargo, Gastón, le decía algo a mis sentidos.
-Tengo novio…
-¡Qué lástima!...Aunque…lo podés dejar, podemos irnos por ahí.
Lo miré, era realmente un chico que siempre me había gustado, pero yo era una mujer fiel, aunque la invitación de Gastón era tentadora, yo no me tenté.
Respiré hondo, antes de contestarle.
-Estoy enamorada de mi novio.
-Qué pena, me gustaría que estés enamorada de mí.
-Gastón…no…
Se inclinó hacia adelante, yo me alejé y para poner distancia, le apoyé una mano en su pecho.
Sentí una sacudida por dentro, que no entendí, amaba a mi novio.
Él, que se estaba acercando para besarme, debe haber sentido lo mismo, porque se quedó quieto, hasta me pareció que se sobresaltó.
Seguí mi camino, estaba bastante turbada.
Sentía que le había sido infiel a mi novio.
No me dio ni un beso, pero ese sacudón interno, ese calor que me sorprendió, me hizo sentir mal conmigo misma.
Esa sensación me duró hasta un rato después de estar con Nico, cuando lo miré con amor y él me besó como siempre, haciéndome perder la razón en sus brazos, con sus caricias.
Aunque después de haberlo dejado y recorriendo en mi mente, sus besos y sus caricias, me di cuenta que muchas veces me besaba delante de sus amigos como queriendo lucirse.
No sé si había tanto amor en su corazón como él me juraba.
POR DELFINAA Nicolás lo vi muy pocas veces luego de esa noche donde lo encontré infraganti, pero ni lo saludé.Se me cayó la venda de los ojos.Me costó unos meses olvidarlo, me ayudó a hacerlo cuando me encontré de frente con un cartel de un local inmenso que decía ¨Se alquila, con opción a compra¨Era la zona más transitada del barrio.Me quedé viendo el cartel y miré el local, inmediatamente me imaginé dentro de él y mi mente me gritaba que era una confitería lo que tendría que haber allí.Sacudí la cabeza y seguí de largo.Mi madre me había pedido que vaya hasta el vivero que tenía Roxana, la hermana de Gastón.Ella vivía cerca del local que vi en alquiler, apenas a una cuadra.El vivero lo tenía delante de su casa.Cuando llegué, Roxana estaba atendiendo a una persona, y no sé de dónde salió, pero Gastón apareció delante mío.-Hola Delfi.Me sonrojé, él había escuchado la discusión que tuve con mi novio y sabía el porqué de la pelea.-Hola.-No valió la pena.¿Se estaba refirien
POR GASTÓNMi hermana no estaba en el vivero, necesitaba ir a una reunión y no tenía con quién dejar a Camila.Es por una posibilidad de un trabajo bastante importante y me dejaría réditos muy sustanciosos.Mi madre ese día tenía que ir al médico y la niñera era otro día más que no podía venir, estoy pensando en cambiar de niñera, yo no estaba muy conforme con su desempeño.Es muy difícil hacerme cargo de mi hija como padre soltero.La madre de Camila nos dejó cuando mi bebé tenía solo 6 meses.Era modelo publicitaria, es una mujer realmente bella, la conocí en un evento, quedé prendado por su belleza.Me enamoré apenas la vi.Lástima que solo tenía para ofrecer su belleza y aunque era mucha, no alcanza para nada.En un principio parecía que todo iba a funcionar entre nosotrosYo había ido a Perú por trabajo, tenía tres autos que los trabajaba para servicios de empresas.Uno de ellos era antiguo y siempre lo ploteaban para promocionar una bebida alcohólica, el gerente de publicidad de
POR GASTÓNMi mente no se puede alejar de Delfina.Recuerdo la primera vez que estuve a punto de besarla, le iba pedir que fuera mi novia, hacía rato que me gustaba.Yo tendría unos 16 años y ella, en ese momento, debía tener 14.Éramos chicos.Estábamos sentados, desde hacía un par de horas, en el banco de una pequeña plazoleta que hay en un cruce de dos avenidas, allí se forma como un triángulo, se juntan algunas calles, pero esa plazoleta está a un costado y queda bastante resguardada del tráfico.El otro día, cuando pasé, estaba con rejas de protección, años atrás no las tenía.Ese día, en un principio éramos un grupo de 8 o 10 personas entre chicas y muchachos, que se fueron yendo todos y nosotros nos quedamos hasta el final.Solo estaba en otro banco, Olivia, la mejor amiga de Delfina, estaba charlando con Thiago, uno de mis amigos, nos estaban esperando, dándonos un poco de privacidad.Me había acercado bastante a ella, moría por besarla.-Hola.Nos saludan Yanina y Lore, dos c
POR GASTÓNSigo recordando ese momento…Estábamos volviendo a Perú.Miré dormir a Aitana, no sé si estaba muy cómoda, son unas cuantas horas arriba del avión.Es hermosa mi mujer.Estoy feliz cuando le observo la panza.Me encanta la idea de ser padre.Cerré mis ojos, pero fue otra cara y otro cuerpo el que se me apareció.Me sobresalto.Ya me voy a olvidar de Delfina, en cuanto pasen unos días y saber que no la voy a ver, se me tiene que pasar lo que ella me hace sentir.¿Sentirá lo mismo que siento yo?¿Sabrá lo que yo siento?Lo que ella me hace sentir.Estoy esperando y los recuerdos vuelven a mi mente y se mezclan llevándome a distintos momentos de mi vida.Recuerdo una noche que yo estaba besando a una chica en la esquina de la casa de Delfina, es que esa esquina, en el barrio, se la conoce como la esquina de los enamorados.En diagonal, hay una pequeña fábrica y al frente, por un lado hay un taller mecánico y por el otro lado un comercio que cierra bastante temprano, a eso se
POR GASTÓNPienso todo eso cuando salí de la reunión de la empresa que me citó a último momento.Espero que Cami no haya llorado.Es un ángel mi hija.Volví a mi país luego de darme cuenta que nunca más voy a tener nada con Aitana, porque aunque volviese, no le puedo perdonar que haya abandonado a nuestra hija.En la reunión me fue bárbaro, económicamente estoy muy bien.No estoy a la altura de esos productores de los que hablaba Aitana, pero tengo una flota de 20 autos, ya no manejo ninguno como chofer, salvo alguna emergencia.Hasta ahora viví en la casa de mi madre, sobre todo porque necesitaba que me eche una mano con Camila, es que siempre estoy al pendiente de mi trabajo, tengo reuniones y hay muchos choferes a los que tengo que vigilar.Tengo el dinero para comprarme una casa, sonrío, porque la casa que me podría comprar es como las que soñaba Aitana, como las que aparecen en las películas de Hollywood, aunque a lo mejor tampoco se conformaría.Salgo los sábados por la noche y
POR DELFINAMario bajó la persiana, iba a salir por la puerta del cortado.Esa puerta daba a un pasillo, del que se asomaba una escalera y para el otro lado estaba la puerta de la calle.Salió y yo cerré con llave, tenía tres cerraduras.Mario se iba más temprano, en general no hacía falta que se quedara hasta tan tarde.Pero nos entró un pedido bastante grande y él era el maestro pastelero.Era excelente.Aprendí más, viéndolo trabajar que con todos los cursos que yo había hecho, es una suerte que trabaje para mí.Le pagaba más que un excelente sueldo.No quiero ni que se tiente con ir a trabajar a alguna otra confitería.De todos modos, él no era así.Yo le di trabajo en un momento donde él lo estaba pasando mal, le di flexibilidad horaria, porque la necesitaba.Su esposa había perdido un embarazo de 7 meses, tuvo un accidente automovilístico y él, por cuidarla, se había quedado sin trabajo.También le dije que ella podría ser su ayudante en la cocina, siempre que sea necesario.
Por DelfinaCon el dinero sobrante, cerré toda la parte de arriba del local, por dentro parecía un loft, solo había un baño, terminado y listo para usar.El lugar era habitable y yo estaba fascinada con el tema de vivir sola.A mis padres no les hizo mucha gracia.En el salón de té me iba de maravilla, la mayoría de las veces abonaba dos cuotas juntas y a fin de año, hice tanta diferencia de dinero, que pude terminar mi casa por dentro, no con todos los detalles que yo habría querido, pero me estaba quedando tal cual me la había imaginado.Cuando fue el boom de regalar desayunos, en el día del padre y luego en el día de la madre, hice una diferencia de dinero abismal, terminé mi casa, ahora sí con todos los detalles.No salgo demasiado, a veces nos encontramos con Olivia, pero ella tiene novio y ya no salen a bailar y realmente yo termino de trabajar bastante cansada.Estoy pensando que en cuanto termine de pagar el crédito inmobiliario, me voy a comprar un auto, eso a veces me detien
Por GastónEstuve ansioso todo el día.Me decidí a pasar por el salón de té de Delfina.Voy a ir a última hora, en invierno cierra a las 20 hs. y en verano a las 21 hs.Le dije a mi madre que tenía que revisar los autos para un evento.Muchas veces mi trabajo es por la noche, por lo que no desconfió.A mi edad y poniendo excusas.Lo que sucede es que ella se quedaba con Cami.Tampoco le podía decir que iba a ver a Delfina con toda la intención de seducirla.Estoy pensando seriamente en comprarme una casa y vivir solo, con Camila.Pero de noche no me gustaría dejarla con extraños, por lo que seguiría contando con mi madre.Aunque sí tendría más independencia.También pensé en mandarla a un jardín maternal, sobre todo para aliviar el trabajo a mi madre.Pero hay que buscarla al jardín y si yo no llegaba a horario, también le tendría que pedir a mi madre que la vaya a buscar, puedo contratar a alguién, pero las veces que contraté a una niñera, nunca me dio el resultado esperado.La chica