POR GASTÓN
Sigo recordando ese momento…
Estábamos volviendo a Perú.
Miré dormir a Aitana, no sé si estaba muy cómoda, son unas cuantas horas arriba del avión.
Es hermosa mi mujer.
Estoy feliz cuando le observo la panza.
Me encanta la idea de ser padre.
Cerré mis ojos, pero fue otra cara y otro cuerpo el que se me apareció.
Me sobresalto.
Ya me voy a olvidar de Delfina, en cuanto pasen unos días y saber que no la voy a ver, se me tiene que pasar lo que ella me hace sentir.
¿Sentirá lo mismo que siento yo?
¿Sabrá lo que yo siento?
Lo que ella me hace sentir.
Estoy esperando y los recuerdos vuelven a mi mente y se mezclan llevándome a distintos momentos de mi vida.
Recuerdo una noche que yo estaba besando a una chica en la esquina de la casa de Delfina, es que esa esquina, en el barrio, se la conoce como la esquina de los enamorados.
En diagonal, hay una pequeña fábrica y al frente, por un lado hay un taller mecánico y por el otro lado un comercio que cierra bastante temprano, a eso se le suma el poco movimiento de gente en esa zona, y también la poca luminosidad, es bastante oscura esa esquina.
Muchos, cuando somos adolescentes, terminamos allí con nuestras conquistas.
No vamos a tener relaciones en plena calle, aunque más de uno lo ha hecho, pero sí podemos besarnos sin control.
Estaba como loco besando a una chica, que ni recuerdo quien era, cuando escuché dos voces conocidas, no hice a tiempo de alejarme demasiado de mi conquista, cuando Delfina y su amiga Olivia, doblaron la esquina, lo primero que Delfi miró fue mi mano que seguía agarrando la teta de la chica.
Luego me miró a los ojos, no hizo ningún comentario, tampoco me saludó.
Yo, después de verla, hasta perdí el interés en esa chica y lo recuerdo bien, me quedó un sabor amargo en la boca.
En ese momento yo tenía 17 años y ella 15.
Parecía que no salí con ella porque siempre encontraba a otras que me brindaban sexo en las primeras citas.
Miro a mi mujer que sigue durmiendo al lado mio.
Por fin llegamos a Perú,
Recuerdo que en los últimos meses de embarazo, Aitana estaba realmente insoportable, pero yo la quería y me encantaba cuidar de ella.
Por fin llegó el momento del parto, pidió que le dieran la epidural, es una anestesia para no sentir dolor, en realidad, ella tenía una cesárea programada, pero Camila se adelantó unas semanas.
Tuvimos, en ese momento, una discusión muy fuerte porque ella no quería amamantar.
La pude convencer, aunque cada vez que la amamantaba era un suplicio escucharla rezongar.
Yo le cambiaba el pañal a mi hija, más veces que su madre, pero bueno, la niña es de los dos y las tareas hay que compartirlas.
Cerca de los tres meses de Camila, Aitana apareció con la noticia que iba a posar de nuevo para playboy, su pecho estaba inmenso por la leche que se le acumulaba.
No me gustó la idea, pero no pude evitar que ella hiciera lo que le viniera en gana, aunque después de todo, la conocí mientras trabaja de modelo.
Lo acepto o lo dejo y como realmente la amaba, lo acepté.
Luego de esas fotos, que también me quise morir cuando las ví, dejó de amamantarla, con la excusa que ya había vuelto a trabajar y que en los eventos en donde tenía que asistir, le pagaban muy bien, muchas veces, los vestidos que lucía no se podían usar con corpiño y chorreaba leche materna.
Camila ya tenía 5 meses.
Tomó leche de fórmula y comenzó con sus primeras papillas, si estaba yo en casa, era quién la alimentaba, si estaba sola, Aitana, contrataba a una niñera.
Realmente era bastante difícil, más allá de todo lo que sentía por ella, la convivencia con mi mujer.
Comenzó a trabajar más que antes.
Por las noches nos quedamos mi hija y yo y ella se iba a trabajar, siempre conseguía eventos para hacer por la noche.
Cuando estaba en casa, hacíamos el amor, pero ya no era con la misma intensidad que en un principio.
Cierto día, me dijo que la contrataron para hacer una campaña de ropa interior y que tendría que viajar a Estados Unidos, que solo era por 15 días.
Me quede con Camila, ella tenía que trabajar y no la podía cuidar, a los 15 días, me dijo que se extendía un poco más los días del trabajo.
Terminaron siendo casi dos meses los que ella se ausentó.
Yo no había dejado de trabajar y realmente ganaba mucho dinero.
Mis autos se duplicaban y eso me generaba mucho más dinero.
Aunque para Aitana seguía siendo poco, todo era poco para ella.
Cuando volvió, la noté más fría que de costumbre, no solo conmigo, sino con nuestra pequeña hija.
Ella se manejaba como si no tuviera pareja o una hija a la que atender.
Nuestra pareja ya casi no existía.
A veces me juraba que me amaba.
-A pesar de todo, te amo.
No sé qué era ese a pesar de todo, que me dijo.
Una de las pocas noches que se quedó en casa, hicimos el amor, como nunca, o como antes, con intensidad y varias veces.
Cuando se despertó me comunicó que se iba a vivir a Estados Unidos, ya tenía el pasaporte, una visa de trabajo, porque la habían contratado para no sé qué marca y que iba a ser más fácil si nos separabamos.
Recuerdo el dolor que sentí.
¿Lo de la noche anterior fue una despedida?
Cuando se lo pregunté, me dijo que sí.
-¿Y Camila?
-Está acostumbrada a estar con vos, aparte allá, yo no la voy a poder cuidar.
En ese momento mis lágrimas caían a raudales.
-¿Por qué?
Era un porque a todo, porqué me dejaba, porqué abandonaba a nuestra hija, porqué no le alcanzaba con lo que yo le brindaba, porqué era así…
-Lo lamento, de verdad te amo, pero mi carrera está primero.
-¿Es definitiva nuestra separación?
Pregunté yo, esperando que ella recapacitara.
-Sí…perdón.
Se me vino el mundo abajo, dejé mil cosas de lado por ella, le perdoné muchas más, me quedé a vivir, sin quejarme, en un país que no era el mío, con otras costumbres, solo por ella.
Estaba desolado y lo que más me dolía era la indiferencia que demostraba hacía nuestra hija.
Le pregunté que quería que hiciera para que se quedara.
Me respondió que nada.
El viaje estaba programado para dos días después, lo hacía con un productor.
-¿Te acostaste con él?
-¿Eso tiene alguna importancia?
-Te desconozco.
-Es una lástima que no seas un hombre rico, que no me puedas dar la vida que me merezco, con eso serías perfecto.
-¿Siempre fuiste una m*****a, o solo ahora?
-No lo soy, solo que mi carrera está primero y por mi belleza me merezco vivir como una reina.
-Yo trabajo, estoy bien económicamente ¿Qué te faltó?
-Casas, yates, joyas…
-Lamento en el alma que seas así ...firmame la patria potestad de Camila, no creo quedarme mucho tiempo más acá, yo también renuncié a mucho por vos.
-Lo sé y me lo merezco.
-Estás muy equivocada, ojala no sea tarde cuando decidas volver.
-Gastón, de verdad necesito otra vida…aunque te ame.
-¿Y a nuestra hija?¿A ella la amás?
-Claro.
Me extiende unos papeles, era un documento donde decía que renunciaba en forma permanente a la tenencia de Cami y a ser su madre.
Mi dolor se transformó en indignación, en odio y en desprecio.
Finalmente, dejándome con un vacío absoluto, ella desapareció de nuestras vidas.
Esa noche dormí abrazado a mi bebé y cuando cerré los ojos solo me tranquilicé cuando vino la imagen de Delfina a mi memoria, la recordé con su hermosa sonrisa.
Finalmente me dormí.
Pasaron los días, las semanas y los meses.
Decidí, por fin, volver a mi país.
Camila ya tenía un año y medio y de su madre no supe nada más.
Pude entrar al país la mayoría de los autos, aunque por los impuestos, que son bastante altos, perdí en el camino el valor de dos autos.
POR GASTÓNPienso todo eso cuando salí de la reunión de la empresa que me citó a último momento.Espero que Cami no haya llorado.Es un ángel mi hija.Volví a mi país luego de darme cuenta que nunca más voy a tener nada con Aitana, porque aunque volviese, no le puedo perdonar que haya abandonado a nuestra hija.En la reunión me fue bárbaro, económicamente estoy muy bien.No estoy a la altura de esos productores de los que hablaba Aitana, pero tengo una flota de 20 autos, ya no manejo ninguno como chofer, salvo alguna emergencia.Hasta ahora viví en la casa de mi madre, sobre todo porque necesitaba que me eche una mano con Camila, es que siempre estoy al pendiente de mi trabajo, tengo reuniones y hay muchos choferes a los que tengo que vigilar.Tengo el dinero para comprarme una casa, sonrío, porque la casa que me podría comprar es como las que soñaba Aitana, como las que aparecen en las películas de Hollywood, aunque a lo mejor tampoco se conformaría.Salgo los sábados por la noche y
POR DELFINAMario bajó la persiana, iba a salir por la puerta del cortado.Esa puerta daba a un pasillo, del que se asomaba una escalera y para el otro lado estaba la puerta de la calle.Salió y yo cerré con llave, tenía tres cerraduras.Mario se iba más temprano, en general no hacía falta que se quedara hasta tan tarde.Pero nos entró un pedido bastante grande y él era el maestro pastelero.Era excelente.Aprendí más, viéndolo trabajar que con todos los cursos que yo había hecho, es una suerte que trabaje para mí.Le pagaba más que un excelente sueldo.No quiero ni que se tiente con ir a trabajar a alguna otra confitería.De todos modos, él no era así.Yo le di trabajo en un momento donde él lo estaba pasando mal, le di flexibilidad horaria, porque la necesitaba.Su esposa había perdido un embarazo de 7 meses, tuvo un accidente automovilístico y él, por cuidarla, se había quedado sin trabajo.También le dije que ella podría ser su ayudante en la cocina, siempre que sea necesario.
Por DelfinaCon el dinero sobrante, cerré toda la parte de arriba del local, por dentro parecía un loft, solo había un baño, terminado y listo para usar.El lugar era habitable y yo estaba fascinada con el tema de vivir sola.A mis padres no les hizo mucha gracia.En el salón de té me iba de maravilla, la mayoría de las veces abonaba dos cuotas juntas y a fin de año, hice tanta diferencia de dinero, que pude terminar mi casa por dentro, no con todos los detalles que yo habría querido, pero me estaba quedando tal cual me la había imaginado.Cuando fue el boom de regalar desayunos, en el día del padre y luego en el día de la madre, hice una diferencia de dinero abismal, terminé mi casa, ahora sí con todos los detalles.No salgo demasiado, a veces nos encontramos con Olivia, pero ella tiene novio y ya no salen a bailar y realmente yo termino de trabajar bastante cansada.Estoy pensando que en cuanto termine de pagar el crédito inmobiliario, me voy a comprar un auto, eso a veces me detien
Por GastónEstuve ansioso todo el día.Me decidí a pasar por el salón de té de Delfina.Voy a ir a última hora, en invierno cierra a las 20 hs. y en verano a las 21 hs.Le dije a mi madre que tenía que revisar los autos para un evento.Muchas veces mi trabajo es por la noche, por lo que no desconfió.A mi edad y poniendo excusas.Lo que sucede es que ella se quedaba con Cami.Tampoco le podía decir que iba a ver a Delfina con toda la intención de seducirla.Estoy pensando seriamente en comprarme una casa y vivir solo, con Camila.Pero de noche no me gustaría dejarla con extraños, por lo que seguiría contando con mi madre.Aunque sí tendría más independencia.También pensé en mandarla a un jardín maternal, sobre todo para aliviar el trabajo a mi madre.Pero hay que buscarla al jardín y si yo no llegaba a horario, también le tendría que pedir a mi madre que la vaya a buscar, puedo contratar a alguién, pero las veces que contraté a una niñera, nunca me dio el resultado esperado.La chica
Por GastónFue hacia su oficina y por supuesto que yo la seguí, no me iba a perder la oportunidad de estar con ella, en un lugar más reducido…-¿Estás viendo a alguien?Pregunté como al descuido.Se sobresaltó, creo que no pensó que la iba a seguir hasta su oficina.-No, hace tiempo que no salgo con nadie…me estoy volviendo vieja…-¡Delfi, tenés 25 años!-Bueno, ya no soy una adolescente.-Es verdad…sos una mujer…muy sexi…¿Se puso nerviosa?Me pareció que quiso tomar distancia.-Los encontré.Dijo cuando terminó de revisar unos papeles y me extendió unos garabatos que hizo mi hija.La miré sin tomar las hojas de su mano.-Para su edad dibujó muy bien.Me lo dice seria.-Puede ser, pero debo ser muy ignorante en la materia, para mí son garabatos.-Es que me gusta bastante la psicología, aunque soy licenciada en nutrición, pero comenzó a interesarme cuando cursé algunas materias de psicología que tienen que ver con la parte alimentaria y después leyendo distintos artículos, me interesó
Por DelfinaEstaba cerrando el salón de té, en cuanto Mario cruzara la puerta, iba a bajar la persiana, nuevamente se había quedado hasta el final, por suerte nos sobraba el trabajo.Veo entrar a Gastón y se dirige hacia mí, Mario vuelve sobre sus pasos y cuando le digo que es un amigo, se despide hasta el otro día.Gastón me agradeció por haber cuidado de su pequeña hija el día anterior.Me preguntó dónde vivía y yo, que estaba muy feliz con ese tema, se lo conté con sencillez.Me felicitó.Mientras terminaba de cerrar y apagar todas las luces, le convidé con un café de la máquina que funciona con fichas.Me dijo que estaba viviendo en Buenos Aires y que también le iba muy bien.Charlamos un rato, hasta que me acordé de los dibujos que había hecho Camila, cuando los fui a buscar, él me siguió hasta la oficina.De repente estábamos muy cerca.Toma mi barbilla para que lo mire, él es muy alto.Sin preverlo, pero deseándolo, Gastón se acercó a mí y me asaltó la boca.En ese momento, par
Por DelfinaEstaba hablando con mi madre, mientras seguía atendiendo y cobrando, cuando suena mi celular, eran sobrinas, a las que le encantaba quedarse en casa, se sentían a gusto conmigo y éramos muy cercanas, me pedían permiso porque se querían quedar a dormir en casa esa noche.-Hoy no puedo…me invitaron a cenar.-¿Quién?Enseguida indagaron.-Un amigo.-Que te diviertas.Corté luego de mandarles mil besos.Mi madre no se había perdido detalle de mi conversación.-¿Se puede saber quién es el galán?Mi madre se muere por saber más detalles.Decidí contarle de quién se trataba.-Es un chico que conozco desde siempre y siempre me gustó...desde ya te digo que está separado y tiene una hija de dos años.-¿Separado?Me pregunta espantada, me molesta bastante la actitud de mi madre, tiene prejuicios sobre cómo vive la juventud este tiempo, claro la gente antes no se divorciaba y era infeliz toda la vida y las mujeres se callaban los terribles cuernos que tenían, pero eso para algunas per
Por GastónDelfi me vuelve loco, es hermosa, apasionada, me lleva al límite, me encanta su cuerpo y su personalidad, es independiente, tengo tantos recuerdos de las veces que la quise conquistar, a pesar que nunca concretamos, siempre me volvió loco.Creo que ni con Aitana, en nuestros mejores momentos, estuve mejor, ni siquiera igual.Con Delfi estábamos desesperados, los dos.Sin embargo y pese a tener ganas continuas de estar con ella, quise pensar bien que pasos a seguir.Ya no somos niños, somos muy jóvenes, pero la adolescencia la dejamos atrás.No creo que sea una chica que se acueste con el primero que se lo propone, sino, no saldría de su cama, porque debe tener detrás suyo una lista interminable de candidatos.Lo del otro día, se dio porque los dos nos teníamos ganas desde siempre.Llegó a todos mis sentidos, eso es lo que realmente me dejó en standby, no es que me asustó, bueno…tal vez un poco.Lo que quise tener en claro, era si verdaderamente estaba dispuesto a tener una