Por Delfina.

Nos mudamos a nuestra nueva casa, con Gastón estamos muy unidos y Camila a veces me llama mamá, pero la mayoría de las veces lo hace por mi nombre.

Gastón la lleva y la busca en el jardín y luego mi suegra la cuida y por la noche la va a buscar, me ayuda a cerrar el local y nos vamos a nuestra casa.

Es un sueño hecho realidad.

Nos amamos y esa es nuestra realidad, sus ojos siguen envolviendome con los rayos cálidos y dorados que despiden cuando me miran.

Siento su deseo hacia mí, casi en forma continua y son muchas las noches que apenas dormimos por amarnos.

Estos días me siento más cansada que de costumbre y por la tarde, a la hora de la siesta, subo a descansar un rato.

Todavía no hablé con él sobre la idea de reformar arriba y hacer un salón de fiesta.

Estamos organizando nuestro casamiento, tengo que hacer las pruebas del vestido de novia, del peinado, elegir el tocado que acompañe el peinado, elegir las flores para el salón, decidir el color de los manteles, que se y