Ya se enamoraron de Jacob. ¿Cómo qué todo anda muy feliz y tranquilo por aquí? jejeje Gracias por la oportunidad que le dan a mi novela, saludos.
El domingo salimos a almorzar afuera de la casa porque Jacob le había prometido a Angelo comprarle un videojuego que ni yo entendía, le insistí a Jacob que eso no era necesario, que Angelo solo se había aprovechado de la situación, ni siquiera sabía en qué momento Angelo lo había convencido de eso, al parecer tenía sus habilidades escondidas, pero al final terminamos en el centro comercial después de almorzar, mamá había venido con nosotros, Alice intentaba mantener su distancia, ya comenzaba con la etapa de “me avergüenza estar con mi mamá”, aunque eso fue hasta que vio una tienda de ropa de marca y Jacob le dio permiso de escoger lo que quisiera, le advertí con la mirada que no abusará y ella terminó por escoger un par de blusas y dos vestidos, era una tarde preciosa y el día había sido excelente, Jacob cada vez me sorprendía más con sus detalles, aunque mañana saldríamos a su conferencia y estoy segura que por eso quería chantajear a mis hijos.Ahora había entrado a la tienda de ap
El día del viaje llegó, nos despedimos de los niños y le dí mil recomendaciones a mi madre y a Iriana, es que era la primera vez que iba a estar tan alejada de ellos por más de veinticuatro horas, me parecía increíble como Jacob se había ganado el corazón de todos, era un hombre maravilloso, hasta Angelo me dijo que no me preocupará por ellos, salimos de la ciudad en un helicóptero, jamás me había subido a uno y estaba pálida al verlo, pero Jacob estuvo a mi lado, llegamos en minutos y el helicóptero llegó a un hotel, Jacob me ayudo a bajar, aún me temblaba el cuerpo y el sonido que hizo en el camino lo escuchaba en mis oídos como un eco. –¿Te sientes bien? –me preguntó Jacob. –Sí. –Vamos a la habitación –propuso –. Puedes descansar unos minutos y luego salimos. Lo acepté, seguramente mi cara lo decía todo y es que ni siquiera me había subido a un avión mucho menos a un helicóptero. Llegamos a una habitación preciosa, el piso color beige, paredes blancas con cuadros colgando, una
Moví mi mano por toda la cama buscando a Jacob, pero no lo encontré por ningún lado, tardé en entender que estaba sola en la cama, con pesar abrí los ojos y miré alrededor, espero que Jacob tenga una buena razón para no seguir en la cama; fue cuando la puerta del baño se abrió y él salió con una toalla hasta la cintura, recorrí su marcado abdomen con mis ojos, traía el cabello húmedo y algunas gotas de agua pasaban por su piel. –Buenos días –sonrió, levantó su mano y señaló sus ojos –. Mis ojos están aquí. –Eres un pesado. –¿Yo? ¿Por qué? –preguntó acercándose a mí, la forma en que venía me inquietaba. –Porque te bañaste sin mí –hice un puchero –. Después de que me hiciste prometerte que nos bañaríamos juntos todos los días. Se subió a la cama dejando gotas de agua sobre la sábana, me reí cuando se acercó, su piel estaba fría. –Te veías tan linda durmiendo que no quería despertarte –me dio un beso, iba a separarse pero yo lo detuve para besarlo mejor y más deseosa, al moverme l
Después de que Ronald saliera de nuestro alrededor y fuera al otro salón con sus compañeros, Jacob continuó saludando a todos, de inmediato reconocí a Esteban Montaner, nuestras miradas se cruzaron y le sonreí, me alejé un poco de Jacob para ir a saludar. –Rebecca, nos seguimos encontrando –sonrió. –Supongo que es algo común si estamos en el mismo lado –comenté –. A menos que me esté siguiendo. –Puede ser cualquiera de las dos opciones –bromeó. El señor Montaner apareció a su lado, mi viejito traia un traje negro, me sonrió enseguida y tomó mi mano. –Es un gusto verla, señorita –saludó besando mi mano –. Está usted muy hermosa está noche. –Papá, deja tranquila a Rebecca. –Está bien –lo detuve y acerqué mi otra mano para saludarlo –. Es una gran alegría volver a verlo, señor Montaner. Él me sonrió de esa manera tan especial como lo hacía en el club, fue un segundo hasta que separé mi mano, tampoco podíamos quedarnos así todo el tiempo. –La campaña está por terminar, ¿has pensa
Las elecciones llegaron, todos ejercimos nuestro derecho y fuimos a los lugares correspondientes a emitir nuestro voto, con los chicos del trabajo volvimos a hablar para terminar los últimos detalles para los preparativos de la fiesta, teníamos que estar listos cuando anunciaran a los ganadores, volví a casa agotada a darme una ducha y arreglarme para asistir al evento, los chicos nos acompañaron al lugar, mi madre llevaba una blusa roja y una falda negra elegante, Angelo llevaba un traje similar al de Jacob, dijo que quería ser como él cuando fuera grande, me gustaba que tuviera una figura masculina cerca a quien admirar y lo que más me ilusionaba era la forma en que Jacob lo aceptaba, Alice llevaba un vestido largo color rosado, se veía preciosa mi niña, estaba creciendo demasiado rápido, yo llevé un vestido de seda color musgo. –Parecemos salidos de Hollywood –bromeé al vernos tan elegantes. Seguramente nadie nos reconocería en la calle. –Vamos a celebrar la victoria de Jacob –c
Jacob empezó su nuevo cargo político, no perdió tiempo en comenzar a hacer nuevos contactos e involucrarse en todas las actividades, yo me quedé en el apartamento tres días antes de contactar a Esteban, hablé con Jacob para decirle que aceptaría el empleo, tuvimos una plática que fue interrumpida por su madre, pero al final aceptó, me vería con Esteban en el almuerzo para hablar sobre las condiciones y su oferta de trabajo. Hablando de Jacqueline Hoffman, esa mujer está metida en todo lo que hacemos, siempre haciendo comentarios sobre nuestra convivencia en la casa, Jacob me estaba diciendo que me tomará un tiempo para descansar cuando la bruja malvada apareció y nos interrumpió preguntando una tontería y no le dí tiempo a Jacob a protestar y le informe que ya me iba a reunir Esteban, creo que entendió muy bien mi pesar, Jacqueline se la pasaba criticando todo lo que tomábamos en la casa, con los niños casi no se metía, gracias al cielo porque yo no sabía de que era capaz si les hací
–Ah… El vaivén de Jacob era rápido y duro, me dio la vuelta con habilidad, levantó mis glúteos y volvió a penetrarme con fuerza, me sujeté de la sábanas. –Jacob, espera. –No. Era demasiado, se sentía tan fuerte y profundo, se inclinó mientras continuaba, su pecho rozó con mi espalda hizo a un lado mi cabello y beso mi cuello. –No puedo detenerme ahora, hermosa. Se movió más duro y rápido, el sonido de nuestros caderas chocando y los gemidos se escuchaban en toda la habitación, solté un gritó cuando el org.asmo recorrió mi cuerpo y sentí como Jacob se vació dentro de mí, se dejó caer a un lado de la cama con la respiración agitada, me moví para acomodarme en su pecho, él me abrazó, me gustaba esto, era como un momento íntimo entre nosotros, estuvimos en silencio un momento, me dí la oportunidad de mirarlo, él tenía los ojos cerrados y su gesto era de tranquilidad, su respiración era más lenta, era muy guapo y creo que nunca me cansaría de verlo, se veía tan relajado, creí qu
Por la mañana al despertar, Jacob estaba saliendo del baño, lo mire con esa toalla enredada en su cintura y me pareció extraño. –Buenos días –me saludó. –Hola –murmuré cuando se acercó a darme un beso –. No te escuché llegar anoche. –Sí, ya sabes como es mi madre –rodó los ojos –. Te vi dormida y no quise despertarte. Me quité la sábana y fui al baño, él no me siguió como todas las mañanas, estaba saliendo cuando lo encontré ya cambiado. –Debo ir a la oficina temprano –me tomó de los hombros y me besó –. Te veo en la noche y me cuentas sobre tu empleo. –Si, saldré estos días a conocer los hoteles. –Bien, te veo más tarde. Él salió y yo terminé de cambiarme, los niños ya estaban casi listos, era increíble como ya habían tomado su propia rutina en está casa, recuerdo que en la nuestra tenía que levantarlos a la fuerza, desayunamos juntos como cada mañana, para nuestra buena suerte no vimos a Jacqueline, salí al trabajo y Esteban ya me estaba esperando con un auto en la entrada,