Sergio Castro nos saluda con más formalidad de la que esperaría, no hemos cruzado el puente en el cual somos amigos íntimos, pero sí contrincantes que se respetan. Le da un beso en la mejilla a mi esposa y la abraza, luego nos felicita por nuestras nupcias y alaga la decoración navideña. Le ofrecemos algo de beber y ambos niegan con la cabeza. —Sergio, viviendo en la casa de los papás a los 25 años, espero que nadie vote por ti —dice y estrecha su mano con la mía. —¿A qué se debe el honor de esta visita? —¿Vengo a hablar con tus papás? —¿Estás embarazada Mónica? —pregunta Sebastian y ella le ve horrorizada —No. —responde indignada. —En serio nadie me respeta. —Me encanta esta interacción —comenta su papá sarcástico. Olivia Caine bajó las escaleras de su casa y Castro se quitó el saco. Se lo dio a su hija y se acercó a la mi madre, la cual venía con su ropa de descanso y su cara de: “quiero matar a mis hijos” había disminuido. La saludó con educación y ella le miró preocupada,
SergioUn año y ocho meses más tardeIsabela y yo hemos estado demasiado cómodos por nueve meses en la casa de mis papás, pero, tener a los abuelos cerca es ventajoso y desventajoso. Mi mamá no puede alejarse de sus nietos y a veces por más que lo intenta no logra guardarse sus opiniones, mis hermanos han encontrado en su sobrina más pequeña la alegría de experimentar con la vida de los demás y mi papá. Sebastian Caine, es la persona más intenta de la vida y no sé de verdad como Mily ha llegado hasta aquí con tres niños que él constantemente está echándoles a perder. Así que después del nacimiento de Isadora, decidimos ponernos serios y movernos para tener una casa propia, alejada. Y cerrada en la cual mi papá no llega trotando ni en un carrito de golf tampoco en su auto porque vio la luz encendida de la habitación de la niña. Nuestro plan era una casa normal, pero ya teníamos una rentada a alguien más de esas dimensiones y también somos los orgullosos hermanos de muchas personas ne
Isabela Ser mamá es un reto. Yo regresé a la escritura con esto de la maternidad y siempre les digo a todas: “no sé nada, pero aprendo rápido”. Con Isadora pasé un embarazo muy tranquilo, pero con muchas alarmas puestas, el parto fue muy complicado, una cesárea dolorosa, riesgosa y como resultado una hija preciosa, sana y maravillosa. Verla, crecer, la verdad, es la cosa más interesante del mundo. Sergio se toma a personal cuando no come, o cuando quiere a mamá para dormirse, yo me tomo personal su selección de palabras, al final ambos nos divertimos. Mientras nuestra hija duerme regularmente escribo, Sergio, ha estado trabajando en el banco, en su compañía de seguridad y ayuda con mis negocios, además es el papá soñado de una hija pequeña que le adora. Entre algunas de las cosas que han cambiado entre los últimos meses es que descubrimos que no somos aburridos, solo teníamos demasiado tiempo libre y lo aprovechábamos al máximo, ahora salimos en el auto y ya es una aventura, tambi
IsabelaTres años más tarde Sergio está cobijado con su hija frente a la ventana mientras miran a las vacas desde a lo lejos. Isadora, nuestra hija, la cual a partir de hoy, detesta a las nubes, porque de toda la conversación que tuvimos sobre no ir a fuera el día de hoy, ella solo entendió que no salió de casa por culpa de las nubes. —Mami —dice y me señala la silla. —¿Dónde está Truty? —Con su mami. —¿Y Lovey?—Con su mami, todos tus primitos están con la tía Mily. —Jumm. —responde. —¿Y Lu? —Lucrecia, está con la tía Pri. —Seguro que están muy aburridos. —¿Estás aburrida en un paseo con mamá y papá? —pregunta Sergio y le hace cosquillas, ella se ríe y le acaricia el rostro, me mira y lo mira un par de segundos antes de cubrirse el rostro y asentir. —Pues no, aquí hay que hacer cosas, en esta familia. Sergio se baja del sillón y va en busca de unas ollas, le miro seria y horrorizada y él vuelve a poner las ollas, porque si mi hija y mi esposo van a jugar tambor yo ocupo est
Sergio Mis primeros días de trabajo han sido agotadores, es impresionante todo lo que hay que aprender en la presidencia y todo lo que hay que conocer a tu equipo, nos envía ocho días por el país para conocer alcaldes, conocer a los pueblos y presentarme como nuevo presidente y conocer las debilidades de cada sector. Hay gente demasiado trabajadora, gente que trabaja muchísimo y me entregaron reportes y propuestas, eso me gustó, así como disfrutar del calor de la gente que nos recibió con alegría y amor, pero, me sentí solo, isabela decidió quedarse en casa con la niña porque siete días viendo gente no es exactamente la actividad favorita de mi hija. Isi ama a Cash, pero es miniOlivia. Veo una fotografía de mi hija con mi esposa, Isabela cargándole mientras ríe y disfruto de la combinación tan mágica que creamos nosotros dos. Isadora tiene el cabello rubio, pero tirando un poco al rojo de su tía y su abuela, unos ojos azules grandes, la sonrisa de su madre y suelta unas carcajadas
Isabela A la mañana siguiente, Isadora y yo nos ponemos nuestros albornos temprano, vamos a la cocina y el chef nos informa que hay un banquete para nosotras en el salón de la casa. Isidora ve al hombre y me toma de la mano, se cubre hasta el cuello y le da una de sus miradas de pánico que lleva en el rostro últimamente. La cargo y el chef nos acompaña personalmente al comedor principal, la mesa está llena de alimentos, frutas, diferentes estilos de huevos, demasiado pan, estilos de arepas, pastelillos y galletas, café en tres estilos, y veo al chef, el cual está sonriendo por la gracia producida.Yo intento ocultar el pánico en mi voz y la asistente encargada de la casa me pregunta si me gusta el banquete de desayuno.—Claro. —Señora, les llama el presidente. —Después le llamo, dígale, que hablamos luego. —Ella asiente y va hacia la habitación contigua. —Le agradezco por el desayuno, creo que no necesitamos un banquete. —Lo sé, pero los primeros días son difíciles. —Puede comp
Sergio Los periódicos tienen declaraciones de mi esposa escritas en todas partes, fotos de mi hija en medio de sus berrinches de sueño, cosa que la gente no sabe, porque no son papás de Isi y todo muy sacado de contexto, en otras opiniones yo soy un papá ausente. Esta noche decido regresar a casa porque después de gritarle a mi esposa y enviarle un montón de regalos a los que no respondió, lo único que he sabido de ella ha sido de boca de mi hermana y ella no siquiera me gritó, dijo: Sergio, Isabela no va a contestarte el teléfono. Milena finalizó la llamada e intenté pedirle a mi mamá que le diera una vuelta a mi esposa y ella me preguntó cuál de los dos debería estar disculpándose y cuidado de su familia. Aterrizo en el jardín presidencial y camino en busca de la Isa’s, pero ninguna responde. El chef en su lugar se acerca a mí y me saluda. —Señor presidente. Quiero que le aclare las reglas a la primera dama, si requieren de menús especiales los seguiré, sin embargo, no me parece
Sergio Los periódicos tienen declaraciones de mi esposa escritas en todas partes, fotos de mi hija en medio de sus berrinches de sueño, cosa que la gente no sabe, porque no son papás de Isi y todo muy sacado de contexto, en otras opiniones yo soy un papá ausente. Esta noche decido regresar a casa porque después de gritarle a mi esposa y enviarle un montón de regalos a los que no respondió, lo único que he sabido de ella ha sido de boca de mi hermana y ella no siquiera me gritó, dijo: Sergio, Isabela no va a contestarte el teléfono. Milena finalizó la llamada e intenté pedirle a mi mamá que le diera una vuelta a mi esposa y ella me preguntó cuál de los dos debería estar disculpándose y cuidado de su familia. Aterrizo en el jardín presidencial y camino en busca de la Isa’s, pero ninguna responde. El chef en su lugar se acerca a mí y me saluda. —Señor presidente. Quiero que le aclare las reglas a la primera dama, si requieren de menús especiales los seguiré, sin embargo, no me parece