Sergio Decir que mi esposa está loca es poco, que tiene rasgos sociopáticos es lo mínimo y que mi esposa es capaz de matar por mí queda extremadamente claro, pero ni me fijo en los expedientes y no contesto más llamadas durante mis cuatro días de hospitalización. Nos indican los cuidados y me dan de alta porque las balas no hicieron daños grandes en mi cuerpo, la caída lesionó mi clavícula y mi hombro, así que todo es muy doloroso pero no una causa para estar encerrado aquí. En su lugar me dicen que debo regresar a casa, pasar diez días costado y tranquilo y esperar a que mi cuerpo siga diciendo y demostrando que está bien. Luego me recomiendan tomar mínimo dos semanas de descanso porque he perdido demasiada sangre y ha sido de una forma u otra un evento traumático. La prensa, el pueblo y todo Dios quieren ver que asome la cabeza, pero me niego, porque lo único quiero es estar seguro, en casa, con mi familia. En lugar de ir a casa presidencial mi esposa y yo nos refugiamos en la q
Sergio La trabajadora social le entrega al niño a mi esposa y nuestra hija se acercan y le saluda, él toca el pelo de Isabela y le toma de las mejillas, Hache dice aliviado: —Mamita… —Apoya su cabeza contra el pecho de Isa quien le acaricia la espalda, le da besos en las mejillas y en las puntas de los dedos, carga a Isadora quien quiere abrazar a su hermano y yo me acerco a llenar de besos a mi hijo y él me agarra con sus manos regordetas la mejilla e intenta venirse conmigo. Lo cargo con mi lado bueno mientras isabela se disculpa porque andamos en pijamas a las 8:30 am. —Sé que los días han estado complicados y estamos aquí para darles la custodia temporal de Hache. Toda la junta está de acuerdo con que la familia que más se adapta para Hache son ustedes tres. —¿Custodia temporal? —Como a todos los otros papás de niños adoptados de este país. Serán seis meses de supervisión sobre El cuido de Hache y su proceso de adaptación y esperamos estar firmamos documentos en unos meses,
Capítulos extra Meses antes de la próxima candidaturaSergio es un hombre apasionado de la política, adora su trabajo y adora todos los cambios que logra a través de ello, pero hay unas cuantas semanas en las que quiere volverse loco y dejar todo tirado. Exactamente como esta semana, tuvo una reunión en la zona industrial de Brownsville para tratar algunos asuntos laborales y de contaminación con algunas empresas y quería sentirse feliz por el bien que le había hecho al planeta clausurando tres compañías y viendo los cambios que habían cumplido las otras empresas parar estar al nivel de lo que se solicitaba. También le habían pasado los documentos para la reelección, han sido tres años en cinco minutos, tres años de luchas, amenazas y trabajo duro. Tenía muy claro porque para los Westborn enamorarse de Mainvillage y de su gente era tan fácil. Tenía muy buenas probabilidades de salir reelecto, era solo que sus hijos tenían siete y cinco años y eran precioso y divertidos, Isaac jugab
Isabela sonrió y Sergio miró a sus dos hijos, a quienes les prometió que lo que más quería era pasar tiempo con ellos. Los dos pequeños conocían más a su padre, el presidente que ayudaba a la gente, que cambiaba cosas y trabajaba durísimo. Ambos estaba de acuerdo y habían conversado que era un poco molesto cuando papá no podía ir a cosas porque le preguntaban sobre temas que no venían ni al caso, pero, a él le hacía feliz y su mamá se sentía encantada con el trabajo duro que su esposo, los tres le apoyaban al 100 %. —¿En qué vas a trabajar? —pregunta Isadora. —Sí, ¿Qué vas a hacer todo el día? —le pregunta su hijo indignado. Isabela mira a su esposo divertida y asiente. —Sí. ¿Sergio, cuál es el plan?Sergio le dio otro mordisco enorme a su hamburguesa porque los ojos sobre él eran los más intimidantes que había visto. No tenía un plan de jubilación y no tenía un plan de gobierno. —¿Por qué no volvemos al bebé? —propone Isaac.—tú estabas mintiéndonos mamá —Isabela ve a su esposo c
Isabela era una mamá del fútbol impresionante, se despertaba a las cuatro de la mañana, se lavaba los dientes y la cara, iba y preparaba un desayuno ligero para su hijo y una merienda para cuando saliera de entrenamiento. Le revisaba el maletín para que no hubiera emergencias de tennis ni de camisetas para ir a la escuela y veía a su pequeño hijo salir de la ducha. —Si quieres no vamos. —Sí, sí, sí quiero, falté ayer. —se recuerda el niño y siu padre le da un beso en la mejilla. —¿Por qué no vuelves a la cama? Lo voy a dejar hoy, tengo un hueco a las diez para dejar a Isadora y me hice en la agenda un hueco de 11 a 1 pm para que almorcemos juntos. —Tres horas de almuerzo, ese país se va a ir a la mierda —comenta Isaac y su papá le regañan por el vocabulario, pero están seguros de que algún periódico tendrá una opinión similar. Isabela le come las mejillas a besos y le apura. —Qué tengas un lindo día y disfrutes del entrenamiento, te amo, te amo, te amo. —Te amo mami, gracias por
Rojas no era fan de la quinoa, pero Isabela suele prepararlo muy bueno, sabrosísimo, como si fuese poco su salmón siempre era perfecto, entendía cómo y por qué se había enamorado Sergio de ella. —Rojas puedes hablar y comer. —No. Sergio, eso es de mala educación —responde e Isabela se ríe mientras le sirve una copa de vino. —Sergio, el que tiene que hablar, eres tú, quieres volver a ser presidente sí o no. —Sí, laboralmente, no familiarmente. O sea cuantos entrenamientos de Isaac… —Sergi, esa la vida de Isaac e Isadora, ellos son los que tienen que ir a bailar y a jugar, y es guay que quieras, pero esta es tu vida. —Mis hijos son mi responsabilidad, y hasta el momento mi esposa lleva el 90 % de la responsabilidad y yo un 10 %. —Eso tiene que cambiar un poco y yo lo veo desde un punto 60-40, lo das todo cuando están en casa, haces todos los proyectos y tareas y juegas al futbol y aprendes ballet con tu hija. Sergio, eres un buen papá y un esposo sexi —Le asegura isabela. —Puedes
Sergio estaba caminando de un lado al otro cuando vio a Elise entrar a su oficina, llevaba unos jeans rotos, una gorra y su camisa del equipo de Isaac, una bolsa de papel y su cara de mal humo. —Sergio Caine, ¿qué haces aquí? —pregunta la mujer. —No sé. —Ve a ver a tu hijo. —No, porque se va a llenar de gente y les va a quitar. —¿Dónde quieres estar? —pregunta Elise. —En el jugo. —Entonces vas porque tu hijo quiere ver a su papá ahí en el césped saltando y aplaudiéndole los goles. —Okay. —Elise le entrega la bolsa, en ella encuentra la camisa del equipo de su hijo y se la pone. Los dos salen corriendo y Sergio pregunta siu puede cambiarse el pantalón y los zapatos, Elise le deja ir mientras espera en su auto. Tardan casi una hora en llegar al partido, todo está vendido y todo el mundo parece haber asistido a las ventas que se realizaban el honor a los pequeños del hospital. Isaac mira a su entrenador y a sus amigos que están un poco preocupados pro la cantidad de gente. El
Los candidatos de esta ronda son impresionantes, uno de ellos Castro que siempre va a ser un competidor muy fuerte, también se presenta tomas Baxton, un politólogo que representa un dolor de cabeza constante para todo lo que hago porque siempre o crítica. Vanessa Murris, una economista implacable con un plan de gobierno muy fuerte, y por último; Taylor Gómez, todo lo que la gente quiere ser, un trans, latino, guapo, inteligente, la verdad me dan celos, un poco. Se escucha por el micrófono—Por último, nuestro presidente y candidato a la presidencia Sergio Sebastian Caine Smith Pieth Burwish.La sala se llena de aplausos y se siente una energía maravillosa, me siento ganador, eso es increíble cuando pienso que verdaderamente descarté la posibilidad de volver a hacer esto. Veo en el auditorio a mis hijos aplaudiendo con fuerza, lo cual me contagia de energía. —Buenas tardes, Mainvillage—La sala se llena de aplausos, —Las cosas han cambiado, ahora me conocen, soy su presidente y tamb