Los días se sucedieron sin descanso, y no solo porque la casa de la manada viviera como en penumbra continua, con los invitados susurrando en las habitaciones habilitadas para ellos, y los habitantes habituales cabizbajos, sino porque Adam había dedicado varias horas a investigar las actividades de su hermano.
Durante el día resultaba imposible, y no solo porque la casa se hubiera llenado de personas a las que hacía muchos años que no veía, y que por tanto tenían ganas de hablar con él en privado; sino también porque los rituales tradicionales impedían que nadie desarrollara trabajos en esos días, así que Adam ni siquiera se molestó en explicarle a su familia que no podía parar de responder a los emails urgentes de trabajo; simplemente, se dedicó a filtrar los emails para responder solo a los verdaderamente importantes (al resto respondía su secretaria), y lo hac&ia
Sarah se sentía enferma de celos, ella que nunca jamás había sentido algo semejante, y que jamás se creyó capaz de amar y odiar con tanta intensidad a la vez. Adam había dejado de dormir en su cama, y como ella no se había atrevido a preguntar, no le había dado ninguna explicación. Aparecía por las mañanas en el salón en el que toda la familia recibía el pésame de los visitantes, y se adormilaba en su butaca como si apenas hubiera dormido en toda la noche. Y claro, Sarah suponía que así era, puesto que desde que lo vio con Brooke apoyada sobre su hombro, él no había vuelto a compartir su cama. Le parecía increíblemente irrespetuoso que durante el día velaran al hermano muerto y durante la noche lo traicionaran en la misma cama que Miles y Brooke habían compartido, pero ¿quién era ella para juzgar? Había sido tan boba como para enamorarse de un hombre que la había contratado para representar el papel de falsa novia, y encima le había entregado su cuerpo y su corazón sin pedirle nad
Adam tuvo que contenerse para no gritarle a Brooke, le desesperaba su actitud burlesca y su falsa pena, pues para él era obvio que no sentía mucha lástima por la muerte de Miles. Y es cierto que la vida que Miles había elegido en el último tiempo no había sido la más admirable, pero también era cierto que Brooke había disfrutado de ese dinero sucio que su hermano llevaba a casa sin preguntarse nada. Ahora, sentado a su lado, siendo testigo de sus pobres intentos por seducirlo, fue consciente de que su idea adolescente de que estaban emparejados por la diosa de la Luna era falsa. Ojalá pudiera volver atrás, y explicarle a la persona que huyó de aquella manada con el corazón roto que Brooke no era más que una buscavidas con un rostro bello.Si, ella seguía manteniendo intacta su envidiable belleza, su esculpido cuerpo, y desde luego, hacía cuanto estaba en su mano para resaltar sus encantos; pero nada tenía ya efecto sobre Adam, que era consciente de que bajo aquellas facciones de prin
La bella Brooke sentía una indescriptible mezcla de sentimientos en su interior; por una parte se sentía herida por la forma en que el pene de Adam había reaccionado ante su roce, ¡se había quedado flácido! Jamás se hubiera imaginado que algo así pudiera ocurrirle a ella, que era considerada una reina de belleza por todos los miembros de la manada; por otra parte estaba feliz, si Adam pensaba que todo aquel teatro que había montado en la zona trasera de la casa había carecido de sentido, se equivocaba. Había esperado a que la pequeña humana se levantara de su sitio en busca de Adam, y luego había utilizado su conocimiento sobre la casa para adelantarla por uno de los pasillos privados que seguramente ella no conociera, y que por tanto, no sabría usar. No había tardado mucho en encontrarse al lado de Adam, y aunque su mejor cualidad no era la paciencia, supo esperar a que la humana se acercara lo suficiente, y fue entonces cuando se arrodilló ante Adam y bajó sus pantalones. En es
Sarah se levantó de su asiento de la cena en cuanto le fue posible. No quería parecer una maleducada, y lo cierto es que Alfa Maiden había resultado ser un entretenido compañero de mesa, pero Sarah no estaba de buen humor. Llevaba toda la noche viendo como Brooke se insinuaba a Adam, y él, lejos de frenar sus avances, la dejaba continuar, y todo ello ante sus ojos. Corrió al baño más cercano, se encerró en él, y apoyó la cabeza sobre sus manos mientras dejaba que las lágrimas que había escondido durante toda la noche fluyeran con libertad. Sabía que aquel dolor que escapaba sus ojos estaba anegando el maquillaje que tan cuidadosamente se había aplicado, pero ya no le importaba nada. Al principio de la noche había querido ser del agrado de Adam, quería que él la apreciara, que volviera a hacerle el amor hasta que su cuerpo se rindiera de agotamiento; después de la pausa en la que siguió a Adam y se enteró de la cruel verdad, ya no quería nada. Había ido en su busca con la intención
- Escúchame, Adam, lo que tengo que contarte es grave, y necesito tomarme mi tiempo para hacerlo. Adam suspiró, cansado de los embrollos de Brooke, cansado por el largo día que había vivido y cansado de que en aquella casa todos quisieran ocultarle la verdad de lo que sucedía. Si Miles, antes de morir, había tramado algo,él necesitaba saberlo; y necesitaba ser consciente de las posibles ramificaciones que las acciones de su hermano pudieran tener, porque su padre siempre había alabado todo lo que Miles hacía, sin importar lo que fuera, y con el paso de los años, algunas de las decisiones de su hermano habían puesto en riesgo a la manada de un modo, u otro; así que era perfectamente consciente de que si alguien tenía que actuar en nombre de los Lobingston y arreglar los líos causados por las malas acciones de alguno de sus familiares, ese era él. - Brooke, te lo avisé, sin mentiras, sin líos, sin intentar seducirme cómo llevas haciendo toda la noche… La mujer se cubrió la boca con a
Realmente Adam no sabía que responder, miró rápidamente en dirección a Benedict, intentando adivinar por su expresión si les habría ya dicho algo a las dos mujeres que lo observaban con una expresión poco amigable; y como el Beta de su padre parecía una escultura carente de expresión,decidió improvisar, y arriesgarse a tener suerte.- He estado revisando documentos de Miles, realmente dejó las cosas muy desordenadas, y hay que arreglar todo cuanto antes.- Pero hijo mio…- dijo mi madre con expresión enfadada.- ya sabes que no me gusta que realices tareas como esas en esta semana.Adam miró hacia Sarah, pues estaba muy callada, y eso le resultó extraño, pero su expresión era realmente indescifrable y decidió que la enfrentaría en unos minutos, en cuanto hubiéran acabado de hablar con su madre.- Lo sé, mamá.- respondió Adam con el tono más conciliador que pudo poner.- pero es que realmente hay asuntos de trabajo que no pueden esperar, ya sabes como es el mundo de los negocios. Aderez
- Porque estoy enamorado de ti.Las palabras retumban en la cabeza de Sarah una y otra vez, no puede dejar de escucharlas, y aunque sabe que debería responder, porque Adam la está observando con un gesto extraño, hay algo muy hondo que se mueve en su interior. Una fuerza que le grita que ella también lo ama, y que debe confesarlo, que este es el momento perfecto; en cambio, la respuesta que abandona sus labios, es muy diferente.- No te creo.- ¿pero qué motivos iba a tener yo para mentirte, Sarah?- No lo sé, pero sé que los hombres lobo no os enamoráis, simplemente sentís la conexión con vuestra pareja destinada, no ocurre como con los humanos.- ¿Crees que yo no le he dado vueltas a eso? No sé lo que me pasa, no he tenido la conexión contigo, eso es cierto, pero puede que se deba a que eres humana, y yo lobo; lo que sé seguro es que estoy enamorado de ti, no me puedo imaginar mi vida contigo lejos.Sarah lo observa con ojos vidriosos, porque ella también lo ama, pero está demasiado
Adam se despertó muy temprano, sintió el cáido cuerpo de Sarah a su lado, y sonrió con satisfacción, porque si alguien le preguntara en esos instantes, él diría que así es como quería levantarse el resto de su vida, con ella a su lado.Sonaba tan empalagoso, y le asustó tanto la sensación de propiedad que sentía sobre la mujer que yacía junto a él, que no le quedó más remedio que levantarse de la cama, vestirse e irse. Miró la inocente cara de Sarah, aún dormida, sin haberse percatado de las preocupaciones que a él lo mantenían en vilo, y decidió acudir al único lugar en el que sabía que obtendría un buen consejo: junto a su madre.Encontró a Kara dando un paseo cerca de la casa, y aunque Adam sabía que la mujer no dormía mucho, le sorprendió que ya estuviera paseando antes de que hubiera amanecido.- ¡Mamá!- exclamó Adam.- ¿Qué haces levantada tan temprano?- ¡Ay, Adam! Espero que jamás descubras el dolor de perder a un hijo, hubiera preferido mil veces ser yo la que se hubiera ido.