Blair

Sammie se mueve por su celda. Sus dedos palpan cada rincón y grieta mientras busca. Me siento y observo. Tal vez sea porque ella no conocía a Dane ni sabía del poder que él tenía sobre los lobos, pero yo sabía que él se aseguraría de que toda posibilidad de que haya un intento de fuga hubiera sido solucionada, sobre todo después de que Jenson me contara cómo había escapado Salem.

“Tiene que haber algo”, murmura para sí misma, creo, ya que ni siquiera me mira en busca de una respuesta. Había murmurado las mismas cuatro palabras numerosas veces en las últimas horas.

“Digamos que encuentras una salida. ¿Crees que llegarás a alguna parte sin que te atrapen?”.

Ella se detiene y sus manos caen a sus costados. Poco a poco su cara se pone a la altura de la mía, aunque la escasa luz me impide verle los ojos.

“No estamos tan lejos del bosque. Miré cuando ese tipo me trajo aquí. No había guardias”.

Encontré eso difícil de creer. Tal vez no los había visto. Tal vez había estado demasia