Blair

Mi corazón palpita cuando los dos hombres se colocan sobre mí, no estaban en la celda conmigo y, sin embargo, parecía que ocupaban todo el espacio.

Dane, con sus extraños ojos carmesí, me mira mientras Abraxas habla, pero ni siquiera le escucho por encima de la sangre que me corre por la cabeza. No hago más que devolverle la mirada, tratando de entender los movimientos de su boca.

Cuanto más lo intento, más me duele la cabeza y siento que mis pulmones están trabajando horas extras. Un ataque de pánico, como Sammie lo había llamado momentos antes de que aceptara que me quitaran la bolsa de suero del brazo.

Abraxas chasquea los dedos: "¿Me estás escuchando?".

Quería decirle que no, que sus palabras no estaban haciendo efecto, pero no me muevo. Mis músculos me fallaban de todas las formas posibles. Estaba casi segura de que me iba a orinar encima si me quedaba algo de líquido en la vejiga.

Sammie había dicho que tenemos un método de lucha o huida dentro de nosotros. Solo ahora