Abraxas

Madison estaba dormida cuando llegué al hospital. Llevaba un par de días entrando y saliendo del sueño, bueno, casi siempre dormida. Klaus insistía en que necesitaba más tiempo para curarse y que esa era la forma que tenía su cuerpo de hacerlo. No es natural tener que esperar tanto para que alguien se recupere.

Los otros tenían todo controlado con Blair y Samara, si me necesitaban, ellos sabrían dónde encontrarme.

Me siento al lado de la cabeza de Madison. Tiene la cara arrugada como si le doliera algo. Tiene las rodillas recogidas contra el pecho y emite pequeños gemidos mientras sus dedos se agitan sobre las almohadas. Pero no le dolía, cada vez que dormía recordaba lo sucedido.

En el poco tiempo que estuvo despierta, conseguí obtener información. Cooper se la había llevado. La guió hacia el borde del bosque de la manada. Luego la inmovilizó y, afortunadamente, ella se defendió. Quizás no lo hubiera hecho hace unos meses.

Aún así se las arregló para inyectarla con algo.