Blair

Cada día esperaba sentirme un poco mejor. Pero cada día me equivocaba.

Cooper insiste en que la bolsa que bombeaba líquido en mi brazo me mantiene con vida y, sin embargo, me hacía sentir como si estuviera drenándome la vida.

Tocan a la puerta y empieza la misma rutina diaria. Entra una enfermera y revisa la bolsa de goteo. Me deja una toalla en el borde de la cama, un pequeño jabón y un cepillo de dientes.

Tengo que seguirla hasta las duchas, llevando conmigo la bolsa de medicamentos.

Había intentado ahorcarla dos veces con el tubo que me conectaba la bolsa de goteo al brazo. Las dos veces me había castigado retirándome la medicina el tiempo suficiente para hacerme sufrir. En varias ocasiones.

Cooper consiguió que me lo hicieran durante días seguidos hasta que le suplicaba que me dejara morir. Él siempre respondía lo mismo. "¿Cómo crees que se sintieron las personas que mataste? Mereces sufrir".

La sigo a las duchas. La mayoría de las celdas por las que pasaba estaban tr