Mi sangre se enfría cuando él dice el nombre de ella. Él estaba yendo tras ella de nuevo.

“Dane está camino aquí ahora con Klaus, pero tú lo conoces mejor que nosotros”.

“¿Alfa Neah?”, murmuro. Estaba indeciso entre quedarme a protegerla o ir a proteger a mi pareja. Podía ser una distracción para alejarnos de lo que realmente quería mi hermano.

“Me encargaré de Neah. Ve”, ofrece Eric.

“Si aparece aquí, conéctate con Dane. Yo estaré con él”, grito mientras bajo apresuradamente las escaleras y me dirijo a la salida.

El hospital no estaba lejos, pero estaba lo suficientemente lejos para que él ya pudiera haberle hecho algo a Raven.

Dane y Klaus están buscando cuando llego.

“Ella ya no está”, gruñe Dane en voz baja. “Sea lo que sea que le hizo, la dejó inconsciente. No puedo conectarme con ella”.

“Hemos buscado por todo el hospital, pero no hay nada”, me dice Klaus. “No hay cabello o sangre, e incluso el aroma de Raven se desvanece por completo”.

“Puedo olerlo”, digo con los dient