Ava despertó poco a poco para su sorpresa estaba el doctor revisando aun y una enfermera a su lado.
—B-Björn…—susurró con la garganta seca, se aclaró como pudo y volvió a preguntar por él, no recordaba nada, tenía una imagen borrosa de Thomas abriendo las puertas de donde se encontraba escondida.
—Señora Hoffmann, ¿Cómo se siente? Le hemos puesto un suero ya que llegó deshidratada puede ser perjudicial en su estado. —ella miró hacia el doctor.
—B-Björn…—insistió ahora ya que estaba más alerta de sus sentidos.
—Llama al señor Hoffmann, —le ordenó a la enfermera que se encontraba del otro lado de la cama revisando los signos vitales.
—Sí, doctor…—momentos después, apareció un Björn preocupado.
—Ava. &mdash
Ava despertó con una fuerte nausea, se llevó con dificultad la mano a su boca ya que tenía el catéter en el dorso de su mano, Björn despertó al escuchar maldecir a Ava.— ¿Qué haces? ¡No, no, te vas a lastimar! —exclamó alerta al ver las intenciones de ella.—Quiero vomitar…—dijo con su voz ronca. —Necesito…—una arcada y Björn corrió por el bote de basura que estaba cerca de la entrada de la habitación. Solo pudo vomitar un poco de agua. Su cuerpo sintió que necesitaba sacar más, pero no tenía nada aún en el estómago.—Tranquila, no hagas esfuerzo. —Ava tenía medio rostro metido en el bote, luego lo levantó hacia Björn que estaba a su lado. —Traerán en un momento tu almuerzo, no puedes vomitar más por qué no tienes nada…&m
Anton se encontró sentado en la parte trasera de su camioneta blindada, estaba estacionado en el estacionamiento del hospital. Un hombre de seguridad vestido de civil, se acercó del otro lado de la camioneta, luego subió en el asiento del copiloto.— ¿Ya averiguaron quién más está internado? —el hombre desde su asiento asintió.—No solamente están por el cuerpo de la señora Costa, si no por Ava Gray. —arrugó su ceño.— ¿Y quién carajos es esa? —Anton preguntó molesto.—En el registro que tenemos es la asistente del señor Björn, ex asistente hoy en la actualidad, hace cinco meses dejó el hotel.—Oh, esa asistente. Por la que Bruno y Björn pelearon la última vez… —él recordó a quién se refería. — ¿Y qu&
Björn estaba en la silla esperando al encargado de la investigación en contra de Christine y Bruno, su padre lo dejaría para lo último. La puerta se abrió de la oficina.—Señor Hoffmann, —dijo el teniente Morgan mientras rodeó el escritorio para sentarse en su silla. —La información que nos entregó acerca del posible paradero, ya no entraría en nuestra jurisdicción. — ¿Pero si se logra hacer una mancuerna con la policía de ese país? —preguntó Björn a punto de perder la paciencia.—Podría ser posible, habría que encontrarlo y extraditarlo, pero para encontrarlo sería el problema.—Tenemos una dirección. —le recordó.—Sí, pero no tenemos los suficientes…—Björn lo interrumpió.—Si es necesario
Ava se exaltó un poco cuando sintió el frío gel en su vientre. — ¿Está frío? — Björn preguntó en un tono bajo. —Algo, —luego el doctor comenzó a mover el aparato por su vientre aun plano. —En unos momentos más veremos…—dijo el doctor mientras miró la pantalla. — ¿Se puede saber de cuánto tiempo tengo…?—preguntó ella curiosa. —Esperemos ver…—el doctor se acercó más a la pantalla y entonces lo señaló. —Aquí está, —Björn sintió que su corazón estallaría de felicidad ahí mismo. —Tiene aproximadamente seis semanas, —Björn alzó sus cejas al igual que Ava. —Pensé que tenía menos…—susurró, luego sus ojos se cristalizaron. —En la sexta semana, el cerebro y el sistema nervioso de su bebé se están desarrollando rápidamente. Durante esta semana, comienzan a desarrollarse a ambos lados de la cabeza las vesículas ópticas, que luego formarán los ojos, como también los conductos que constituirán el oído interno. —Ava y Björn est
Anton miró detenidamente el informe que le había entregado su jefe de seguridad, lo volvió a leer y no podía entenderlo claramente. — ¿Qué? —preguntó Anton dando una bocanada a su puro. — ¿A mi qué me importa que esa ex asistente esté embarazada? —Es de su hijo Björn. —Anton casi se atragantó con el humo, tosió un poco y miró hacia el hombre. — ¡No me jodas! ¿Es una m*****a broma? —el hombre solo se quedó callado, en señal de confirmación para su jefe. — ¡Por tu cara creo que eso no es todo!, ¿O me equivoco? —exclamó y él negó. —En el expediente que conseguimos, —sabía que su jefe estallaría ahí mismo o si no le daba un infarto. —hay más información de la joven. — ¡Habla, m*****a sea! —exclamó muy furioso Anton. —La joven está registrada como Ava Elizabeth Gray… de Hoffmann. —Anton se quedó quieto repitiendo en su cabeza las palabras de él, entonces el puro se había caído de sus dedos, este quedó a lado de su silla
—Tiene que estar tranquilo, Anton. —Dijo el doctor y persona de confianza de él—Si no ocurrirá lo que tanto estamos evitando. —Anton se tensó. —Solo dame las pastillas que me das. —se quejó. —Esto no es juego, perdona que te lo diga y si quieres cambiar de doctor hazlo, pero tengo que decirlo. —el hombre guardó sus cosas en el maletín negro que estaba sobre el pie de la cama. —Ya, ya, no me hagas llorar. —se burló Anton, le entregó las pastillas, las tomó de mala gana. —La próxima vez, otros te van a llorar. ¿Eso quieres? —se sinceró finalmente tomando su maletín para marcharse. —No tengo humor para escuchar tus consejos, —miró hacia la ventana—Tengo que tener más tiempo. —Entonces cuídate…—respondió el doctor Marshall, Anton miró en su dirección. —Lo intentaré…—murmuró entre dientes. Durante el día, Anton esperó la llegada de sus abogados, tenía en su cabeza algo que no lo dejó en paz, si era lo que estaba imaginando,
Ava había amanecido con mucho apetito, incluso, no le gustaba cierta comida pero tenía antojo de comerla. Amelia estaba preparando todo para la ceremonia de Nicoletta Costa, al terminar lo pendiente con la persona encargada, bajó al comedor principal y entonces se detuvo en el umbral, vio a Ava a lado de Björn ambos desayunaban mientras conversaban de algo que no alcanzó a escuchar, Björn era otro, ella había sacado todo lo bueno de él, le había mostrado lo que era sentirse amado y ahora, estaban esperando a su primer hijo, Amelia se llevó una mano a su boca para callar el sollozo, Björn miró en su dirección.— ¿Está todo bien, madre? —Amelia se controló y afirmó caminando hacia la mesa como si no hubiera estaba observándolos.—Pensé que desayunarían más tarde, —se acercó a Ava y dej&oa
Sídney, Australia.Bruno se había cambiado el color de cabello a uno más claro, había empezado a usar gafas sin aumento y su forma de vestir era distinta de aquellos trajes de marca cara. Había pagado una gran suma de dinero para tener una identidad falsa que le abriera las puertas de todos los países sin dificultad alguna. Embajadores comprados así como políticos los había manipulado con la amenaza de mostrar información que los vinculaba a delitos graves. Bruno era el rey de la manipulación y con ello, estaría de incognito hasta que él lo decidiera. El auto blindado se detuvo frente al gran edificio, uno de sus hombres de confianza, abrió la puerta y le entregó un sobre color manila. Bruno lo tomó y caminó al interior del edificio donde tenía su penthouse. Un grupo de escolta civil custodiaba todo el lugar, subió el elevador p